Desvirgada por el esposo de mi hermana 4 (capilla y ayuda extra)

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Solo podía ver la colilla de cigarrillo de aquel hombre fornido… Me sentía tan expuesta y avergonzada… Mi culo estaba al aire libre, a la merced de mi cuñado y en la casa de Dios… Quise salir huyendo pero Camilo sujetó mis caderas  y me obligó a permanecer a gatas…

“¿Confías en mí?”, me preguntó con ojos brillosos y en tono ardiente.

“Sí”… susurré tímidamente…

“Gerard, pasa… Quiero que seas partícipe de la follada que tengo en mente para la dulce Sofía”, dijo Camilo.

Gerard, su joven amigo alto, grueso, de piel oscura, ojos marrones y manos grandes, dio una última fumada a su cigarrillo, entró al despacho, cerró la puerta de madera con seguro y se sentó a mi lado en aquel sofá. Ya cómodo, acarició mi cabello y dijo con voz ronca la típica frase “no te preocupes, no pasará nada que tú no quieras”.

Camilo continuó explorando mi ano con sus dedos y yo trataba de reprimir mis jadeos… Pasó de uno a dos dedos perfectamente impulsados por una tortuosa velocidad que solo hacía que mi coño se lubricara más.

“Esta es la primera vez de nuestra dulce Sofía así que yo quiero ser el primero en todo… Lo siento Geri, pero así son las cosas… ¿Estamos claros?”, preguntó mi cuñadito.

“Claro que sí, todo será como tú órdenes”, respondió Gerard….

En ese momento Camilo y Gerard cambiaron de posiciones y con ayuda de mi cuñado quedé boca arriba sobre su regazo y con las piernas abiertas. “Ahora quiero que chupes mi verga… Muero por sentir el calor de tus labios”, me dijo… Por su parte, Gerard me hacía gritar con sus movimientos de lengua y pequeños mordiscos a mi clítoris… Dos técnicas diferentes de sexo oral pero ambas deliciosas e hipnotizantes.

Camilo bajó su pantaloneta y liberó una polla grande, venosa y de cabeza roja. Tomó mi cabeza y metió su pedazo de carne en mi boca… Ufff, no tengo palabras para describir esa sensación… Era suave, pero firme… De la punta escurría un fino líquido baboso y de sabor particular que me encantaba… Lo que hice fue por instinto… Me dejaba guiar por el movimiento de sus caderas y sus gemidos… Trataba de llegar hasta el fondo porque me daba cuenta que lo volvía loco, pero su gran tamaño me detenía, así que usaba la estrategia de pasar mi lengua por su cabeza y mordisquear la punta. Entendí que esto último lo sacaba de quicio y continué hasta hacerlo perder el control…

Mientras realizaba esa tarea, Gerard me sorprendió metiendo uno de sus dedos en mi concha y el otro en mi culo… Wowwwwww, qué sensación… Estaba siendo estimulada por todos mis huecos y yo no quería que ninguno se detuviera… Continué chupando la polla de mi cuñado y cuando sentía un liguero cansancio lo pajeaba pero nunca dejaba por fuera mi lengua…

Me puse un poco golosa y la curiosidad me invadió… Quería probar la verga de Gerard también, pero sin dejar de disfrutar de la de Camilo. La idea encantó a estos dos hombres que pusieron ante mí dos pollas diferentes pero igual de grandes. La de Geri, de cabeza un poco más pequeña, color morado, pero un tallo inmenso, grueso y vibrante. Por su parte, Camilo era más cabezón, de tonalidad rosa, grueso, pero no al nivel de su amigo, en lo que sí destacaba era en su longitud… Yo solo pensaba en cuanta variedad y solo para mí.

Comencé chupando la de mi sexy Camilo antes de prestar toda mi atención a la de Gerard. Con Geri empecé diferente… Primero lamí sus bolas y subí despacio a su verga… Llegué hasta la mitad porque lo sentí en mi límite. Después, como si fuera una profesional, abrí lo más que pude mi boca y me metí las dos vergas… A ciencia cierta no sé cómo describir esa experiencia… ¡Solo puedo decir que ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida!… Dos sabores diferentes, dos tamaños distintos, dos hombres para mí sola… ¡Y en mi primera vez!

“¿Quieres vivir un momento especial?”, me preguntó Geri mientras jadeaba y me miraba de forma lasciva y estimulante… “Claro que sí… Quiero una experiencia inolvidable”, le respondí mientras continuaba chupando y succionando las dos vergas que tenía en frente.

“Si nos sigues pajeando y chupando de esa forma harás que ambos terminemos a la vez en tu boca… ¿La muy perrita quiere eso?, me preguntó Camilo.

Claro que quería eso… Lograr que no uno, sino dos hombres me dieran un baño de leche caliente en el primer intento sería sobre natural. Por ende, recordé algunas escenas porno que vi en xvideos.com y comencé a construir mi obra maestra

Abrí mi boca lo más que pude y masajeé con mis labios ambas vergas. Se me ocurrió poner cada mano en los traseros de mis amantes y clavar mis uñas mientras succionaba… Comprendí que la saliva es fundamental para ser la reina del sexo oral y dejé que mis fluidos se derramaran y empaparan mis labios, cachetes, cuello y tetas… Mi estrategia funcionó porque a los pocos minutos sentí un líquido salado y blancuzco que empapaba mi cara y tetas… El primero en explotar fue Gerard y a los segundos Camilo… Mi cuñado quería mi boca solo para él y tomó mi cabeza, metió su polla hasta mi garganta y me rellenó de leche… El momento fue tan intenso que ¡casi vomito en la casa de Dios!

Orgullosa por lo que había logrado sonreí y mordí mi labio inferior en señal de que solo era el inicio… Y sí que lo era, ya que luego de un breve descanso en el que ambos, cada uno sentado a mi lado, no dejaron de acariciar y morder mis tetas y meter sus dedos en mi concha, se preparaban para taladrar mis virginales huecos.

Esta vez Gerard quiso jugar de espectador. Camilo me desvistió lentamente y con mi vestidito de flores limpió los rastros de semen que aún quedaban en mi cara y tetas. Desnuda, a merced de dos hombres vi como Geri se masturbaba y para darle más estimulación me tocaba los senos y mi clítoris, gemía en cada movimiento y disfrutaba del paisaje… Ver a Camilo completamente desnudo era un privilegio y eso hacía que mi ritmo incrementara e hiciera aumentar de tamaño mí ya hinchado clítoris.

Mi cuñado se recostó en medio de mis piernas, mi clítoris palpitaba, estaba hambrienta de su pene…  unos cuantos milímetros me separaban de esa grande, gorda y venosa verga… No lo podía creer… Cuando, de un momento a otro, mi mente se nubló, un sonido agudo paralizó mis piernas abiertas de punta a punta y de mi huequito salió un líquido que empapó, los perfectos pectorales, brazos y la inmensa polla de Camilo…

“Eres tan dulce mi querida Sofía… No te apenes… Para mí, que te chorrees como una perra es mi mayor satisfacción ”, dijo antes de lamer y chupar con voracidad mi concha bañada aún de mis jugos.

Continuará…


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