Tengo ganas de verte

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Me subo en el coche. No me doy prisa en arrancar, hay una furgoneta intentando aparcar en un sitio muy justo delante de mi y se ve que le va a llevar tiempo.
Me quedo en el sitio, con los brazos apoyados en el volante, mirando como aparca, es una furgoneta blanca de empresa con letras rojas. Después de varios intentos y no conseguir aparcar, se baja el copiloto, un muchacho moreno, alto y robusto, lleva una camiseta negra señalada en su musculoso pecho, que termina en unos brazos fuertes y grandes. De ojos oscuros, cara cuadrada enmarcada por una sexy barba. Se le ve un chico serio pero tiene algo que solo verlo hizo que un cosquilleo recorriera mi entrepierna.

Sigo mirándolo y en mi cara se dibuja una sonrisa traviesa de medio lado, con una mirada felina observo como el muchacho dirige al conductor hasta que, por fin, la furgoneta termina de aparcar. Se baja el conductor y se ponen a descargar la furgoneta.

Me bajo del coche y hago un repaso a mi ropa.

Llevo unos leggins ajustados de color gris oscuro, camiseta de tirantes gris clara, muy escotada, aunque no es difícil por el tamaño de mi pecho, con un fino encaje blanco recorriendo el escote subiendo por mis hombros hasta llegar a la espalda, y mi chaqueta de cuero roja, me la abrocho hasta por debajo del pecho, dejando mi escote bien colocado para ser admirado.

Cruzo la calle y me acerco hasta ese moreno que me ha hecho mojar mi ropa interior.

Lo saludo y le doy dos besos, poniéndome un poco de puntillas para llegar, acercando mi cuerpo al suyo para que note mis tetas contra su pecho.

Al principio me mira sorprendido, pero se relaja un poco y nos ponemos ha hablar mientras no paro de sonreír con mirada de loba. Me acerco a su lado derecho, acercando mis labios a su cuello y al oído le digo: Vamos a mi casa.

Empiezo a andar mientras él le dice a su compañero que se iba un momento pero que no tardaba. Voy andando por delante concentrándome en mover mi culo lo más sexy y provocativamente posible, noto como mi culotte de encaje se puede apreciar a través de los leggins y siento como su mirada me devora desde atrás. Doblamos la esquina y aparece una pequeña escalinata, me alcanza cuando he subido un par de escalones dándome un azote con la mano abierta terminando en un buen agarrón de mi nalga derecha, tirando hacia él hasta soltarse. Otro cosquilleo.

Le miro de lado con una sonrisa lasciva dibujada en mi cara, seguimos hablando mientras caminamos y no puedo dejar de mirar esos labios carnosos que solo me dan ganas de lamer y morder, viendo como se mueven al hablar, deseando que recorran todo mi cuerpo. Llegamos a la puerta de mi casa, me pongo a buscar las llaves en mi bolso. Él está detrás de mí.

De repente, me agarra de las caderas con sus fuertes manos, tirando de mí hasta aplastar mi culo en su entrepierna, noto su polla dura entre mis dos nalgas y un fuerte cosquilleo me invade mojándome toda, mordiéndome el labio de deseo por tenerla dentro. Vuelve a repetirlo cuando consigo sacar las llaves del bolso, me tiene a mil por hora y a duras penas doy con la llave que es.

Cuando consigo meter la llave en la cerradura, me agarra las tetas y pega mi cuerpo contra el suyo, con mi espalda apoyada en su pecho y su polla entre mi culo. Empieza a besar mi cuello, aferrado a mi pecho, jugando con mis pezones por encima de la camiseta, casi queriendo sacar mis tetas por el escote. De un tirón de tetas me vuelve a colocar frente a la puerta.

Giro la llave, entro, lo dejo pasar, cierro la puerta y apoyo mi espalda en ella.

Él se abalanza sobre mi y me besa con deseo acariciando mi entrepierna, que está chorreando, por encima de las mallas. Se me escapa un suave gemido al notar su mano jugando, rodeo mis brazos alrededor de su cuello mientras mis labios van desde su boca hasta llegar a su oído, recorriéndolo con mi lengua, bajando hasta su cuello con dulces mordiscos, rodeandolo con mis labios.

Su mano empieza a subir hasta el principio de mis leggins y se mete dentro de mi ropa interior, noto como baja acariciando mi piel hasta llegar a mi calentura. Me toca suavemente por encima al principio pero pronto comienza ha acelerar el ritmo, siendo mas rudo, haciéndome temblar, apretando mis manos en su espalda, sujetándome.

Sus dedos comienzan a buscar mi agujero, con lo mojada que estoy no le cuesta mucho, me mete dos dedos de una sola vez, gimo muy fuerte sintiendo esos dedos metidos hasta el fondo dentro de mí. Empieza a meterlos y sacarlos con fuerza y rapidez, sin piedad, consiguiendo que gima una y otra vez cada vez más fuerte, destrozándome el coño, mis caderas lo acompañan en su movimiento, disfrutando de cada embestida.

Busco desesperada su polla con mi mano que baja desde su espalda, haciendo una parada en su culo que acompaño con un húmedo e intenso beso, lleno de pasión desenfrenada. Llego hasta sus pantalones, los desabrocho y meto mi mano dentro de sus calzoncillos. Rodeo su polla dura y mojada, comenzando a mover mi mano al mismo compás que su mano me destroza a mí.

No aguanto más, estoy a punto de correrme, lo nota y acelera el ritmo todavía más, me deshago en un delicioso orgasmo, sin parar de gritar. Mis piernas flaquean, él me sujeta sin dejar de masturbarme más suave.

Abrazada a su cuerpo, comienzo a recuperarme del orgasmo, mi mano tampoco ha dejado de masturbarle, esta muy dura y estoy deseando tenerla dentro.

Me gira, nuestros cuerpos pegados, muevo mi culo en pequeños círculos acariciando su polla. Su mano me agarra del cuello mientras nos besamos salvajemente.

Me empuja contra la puerta, apoyando mis manos en ella, quedando con mi culo en pompa. Baja mis pantalones y el culotte de un tirón. Deja caer su mano en mi nalga derecha en un sonoro azote, haciendo que gima de sorpresa y excitación.

Me la mete hasta el fondo de un solo empujón, me hace gritar de placer. Con sus manos sujetas a mis caderas comienza a bombear fuerte e intenso, metiéndola entera cada vez que lo hace, en un ritmo lento que va cogiendo velocidad poco a poco sin perder fuerza, aplastando mi culo contra su pelvis, mis pies de puntillas y mis piernas temblando.

Gimo sin parar, cada vez más fuerte, voy a llegar de nuevo al orgasmo. Él esta a punto también, acelera el ritmo, destrozándome y haciendo que me corra con él, sin dejar de follarme mientras lo hace.

Caigo al suelo, temblando todavía por el tremendo orgasmo, dejándome llevar, cierro los ojos.

Abro los ojos, veo como los dos hombres terminan de descargar la furgoneta.

Se mete en una tienda y desaparece.

Arranco el coche, pongo el intermitente y me voy.


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