ojos carmesi - II -

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
1059 visitas

Marcar como relato favorito

Las palabras de occelot me habían dejado sin palabras, que quería decir con que ella no estaba enterrada, ¿acaso la tenía expuesta de alguna forma?, o acaso había hecho algo con su cuerpo y por eso rei, parecía tan nerviosa

¿Eres un monstruo que quieres decir con eso donde esta ella?

Al ver mi reacción occelot, en vez de ponerse enojado o atacarme decide poner sus manos en sus bolsillos, mientras mira a un costado como si estuviera tratando de organizar sus pensamientos, mientras su cabeza gira mirando cada parte de la habitación para volver a mí, con esa expresión desafiante pero ahora algo más compresiva

Eres igual que tu padre, por un momento recordé esas épocas de discusión junto a el – sonríe- acaso tu padre te dijo como conoció a tu madre, ¿después de la guerra?

Bajando mi mano con la foto aun en ella, la observo un poco recordando a mi madre y su inconfundible sonrisa, levantando de nuevo la mirada mientras aun siento la mano de rei en mi espalda como si pidiera protección

Acaso eso importa? Ya dijiste que no es mi madre que tiene que ver con lo que te pregunte

Occelot, ha cambiado su postura y aun sin sacar sus manos de sus bolsillos, camina un poco hacia la ventana, quedándose un momento allí, mientras pasando saliva vuelve la mirada a mi

Tu padre y yo fuimos enviados a una misión de reconocimiento a una antigua aldea, allí sus habitantes eran particulares ellos tenían los ojos diferentes, nada en el mundo se les comparaba

Recuerdo muchas veces que mi madre lloraba cuando estaba sola, y siempre que le pregunte a mi padre o ella jamás me daban una respuesta, y ahora que lo pienso jamás conocí a nadie como mi madre, aunque ella no tenía los ojos de ese color tan carmesí, eran más claros

Nuestra misión era matar toda la aldea – queda en silencio toda la habitación unos momentos – éramos soldados y debíamos cumplir órdenes sin cuestionar o preguntar

Me quedo asqueado de pensar que mi padre pudo cometer algo así, pero aun con mi sensación, esa historia puede ser mentira

No tienes nada que confirme tu historia, puedes estar inventando ni mi padre o madre están vivos para desmentir tu historia, ¿es conveniente no crees?

Sacando una de sus manos de su bolsillo señala a mi mano donde aún tengo la fotografía

Tienes la fotografía, como te diste cuenta esa mujer se parece a tu madre ¿no es así?, ambas eran de esa aldea

Al oírlo le interrumpo mientras levanto de nuevo la fotografía en su dirección

Ahora me vas a decir que tuvieron conciencia, les salvaron la vida y ellas se enamoraron de ustedes

Al oír mi respuesta, puedo ver como esboza una sonrisa como si quisiera reír, pero conteniéndose

Chico tu lees muchas novelas, eso no fue lo que paso, si tu padre y yo sobrevivimos fue por ellas, cuando llegamos a la aldea todos fueron asesinados y nosotros fuimos capturados

Al decir se acerca a mi quedando junto a mi mientras observa a rei que está justo en mi espalda aferrada a mi mano

Al verte rei, recuerdo como tu madre me ayudo, cuando en aquella prisión sin agua ni comida ella nos dio algo de esperanza

Doy un giro con mi cuerpo quedando justo frente a él, dejando de nuevo mi cuerpo como un escudo entre él y rei, no puedo creer lo que me está contando mi padre debió contarme algo de esto, incluso si no pudo hacerlo mi madre al morir el debió hacerlo, porque ocultarlo

Sé que esto te genera muchas preguntas, pero con tu padre hablamos mucho de esto

Al oírlo puedo ver como se acerca a la puerta y con una mirada ahora algo fría y melancólica me invita a acompañarlo, al salir de la habitación puedo ver como rei ahora aprieta con más fuerza mi mano, como si no me quisiera dejar salir

Rei escúchame – suelto su mano y me giro para quedar frente a ella - no sé qué te ocurre, pero necesito respuestas

Ella no levanta su mirada solo se limita a poner su rostro en mi pecho, no sé cómo reaccionar no entiendo que le pasa, pero aun así debo dejarla ella tiene miedo y no puedo exponerla a lo que sea que occelot me quiera mostrar, posando mis manos en su cabello lo acaricio un poco tratando de calmarla un poco

No – su voz se interrumpe, parece con miedo – vayas, quédate – sus manos se aferran a mi ropa, como cuando sus uñas se hundían en mi piel por el terror de lo que veía en el pueblo de camino aquí

Y aunque tengo una fuerte sensación de que debo quedarme, necesito respuestas

Lo siento rei debo ir – soltando sus manos de mi ropa y girándome tratando de no verla para no romper mi ahora renovada determinación.

salgo de la habitación mientras recorro el pasillo en silencio hasta las escaleras, al mirar puedo observar que occelot se encuentra en la puerta mirando afuera, como si estuviera llenándose de fuerza para lo que pasara, al empezar a bajar las escaleras tengo esa extraña sensación del tren de que alguien me observa y aunque mi mirada se fija hacia el pasillo pensando que rei estaría allí, no le veo, me parte el corazón saber que la deje sola, pero no puedo exponerla y aun así la conozco hace muy poco para que ella ahora este encima de los misterios que mi familia me ha ocultado

Gracias por no traer a rei – dice occelot darme la mirada aun de espaldas a mi

Sin darme tiempo a responder empieza a salir de la casa mientras le acompaño, hace frio uno como de melancolía como si todo el ambiente ahora estuviera en sintonía con lo que siente rei o lo que siento yo

Es extraño hace mucho no sentía un frio como este – dice occelot mientras seguimos caminando hacia una pequeña cabaña al costado de la casa

Es extraño es pequeña y no le había visto al llegar, pero ahora es tan visible que me parece casi inaudito no haberla visto

Occelot, yo – mi voz se interrumpe un poco – no sé qué pasa, necesito respuestas

Le digo con mi voz algo más pausada, tengo algo de pena quizá no fue la mejor forma de actuar y ahora que le veo con esa melancolía en los ojos, siento que cometí un error al llegar de esa forma a confrontarlo, sin responderme nada y quedando justo frente de la puerta de aquella pequeña cabaña y aun sin mirarme con la mano en una perilla sin seguro ni candado se pausa un momento como reuniendo fuerza para abrirla

Cuando estábamos allí tu padre y yo, rodeados en esa prisión de los cuerpos de nuestros compañeros muertos, sin agua ni alimento, sin esperanza yuei, ella nos ayudo

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed