Romina, la nueva vecina

Vivimos en un barrio bastante tranquilo, con mi esposa Carla y nuestros hijos. Ambos tenemos 47 años, y un matrimonio de 20, bastante normal. Carla es una mujer guapa, dominante y celosa, y muy perra cuando quiere serlo.

Un fin de semana nos dimos cuenta que llegaba una familia nueva al barrio, una familia joven con hijos pequeños, y decidí ir a saludarlos y presentarnos por si necesitaban algo para su instalación en su nueva casa.

Me llamó mucho la atención Romina, la nueva vecina. Una mujer de 30 años, de apariencia normal, bajita y sin ser una modelo, pero que a mí me atrajo profundamente, sus ojos, su boca y su sensualidad natural (además de tener unas tetas muy grandes y ricas jeje). Además Romina era de Argentina y su acento la hacía mucho más sexy. Estuvimos conversando un rato con ella y su esposo, y aproveché de invitarlos a cenar a nuestra casa, lo que aceptaron gustosos.

Ya en la cena, Romina venía con un vestido sencillo, pero que resaltaba su cuerpo y en especial sus tetas y trasero. No  pude evitar mirarla, aunque lamentablemente mi esposa se dio cuenta… y eso no le gustó mucho, pero que le vamos a hacer.

La cena transcurría normalmente, hasta que Romina hizo un comentario que me hizo mirarla con más deseo… dijo que siempre le han gustado los hombres mayores, y no fue sólo lo que dijo, sino la forma como lo dijo, con una cara de perversa mirándome a los ojos. Yo me puse nervioso y traté de desviar el tema… pero no pude evitar seguir pensando en ella

Esa noche cogí con mi esposa muy rico, la cogí muy duro pero en mi menta estaba Romina y sus ricas tetas.

Los días siguientes pasaron normales, pero siempre intentado encontrarme con Romina para hablar con ella, sin tener suerte hasta que nos encontramos en el supermercado. Ella vestía con ropa más bien ajustada y se vía muy sexy. La saludé y conversamos mientras hacíamos las compras, hablábamos de puras cosas sin importancia, hasta que le pregunté “así que te gustan los hombres mayores?” y ella me responde “si, a pesar de que nunca he estado con uno, siempre me han atraído” y luego le digo “qué tan mayores?” y ella responde mirándome con sensualidad, “ojala más de 45”… y en eso mi corazón se aceleró y un deseo me invadió.

Me ofrecí a llevarla en mi auto, a lo que accedió de inmediato. Y apenas nos subimos la miré fijamente y la besé. Pensé que iba a rechazar ese beso, pero para mi sorpresa lo recibió. Fue un beso muy apasionado que me dio la seguridad para seguir avanzando, y le dije “Romina, vamos a otro lado” y ella me dijo “donde quieras PAPI” y nos fuimos a un motel cercano

Al entrar en la habitación, Romina se agacho frente a mi… y sacó mi verga erecta y la llevó a su boca, dándome una mamada fenomenal sin dejar de mirarme con sus ojos perversos… no tarde en sentir q acabaría por lo que le avisé y ella para mi sorpresa aumentó el ritmo de su mamada e hizo que acabara en su boca… su cara y sus tetas. La escena me hizo botar una cantidad de leche enorme, que Romina saboreaba con  una cara de golosa única.

Me tiré en la cama y le digo “eres una puta exquisita”, y ella me responde… “si lo soy, y te apuesto que la perra de tu esposa no te da tanto placer como yo”. Eso me puso a mil, que la tiré en la cama y comencé a darle sexo oral a ella… estaba muy mojada… la chupaba, metía mis dedos, mordía suavemente su clítoris… mientras ella se movía  y gemía de placer diciéndome “seguí PAPI”… lo que hacía que me excitara más… y mi verga ya estaba dura nuevamente y luego me dice “métemela PAPI”… me pongo sobre ella… pongo sus piernas en mi hombro y le meto mi verga duro…diciéndole “te gusta perra?, eres una puta muy rica Romina”

Luego la hago ponerse a lo perrito, tomándola de las caderas, metiéndole fuerte mi verga, tirando su cabello, dándole unas nalgadas, mientras ella más gemía y pedía que le diera más duro…hasta que no aguanté más y acabé dentro de ella

Nos quedamos abrazados y me dijo “por eso me gustan los hombres mayores, porque saben sacar toda la puta que llevo dentro”… y quedamos de vivir todas nuestras fantasías, que pronto les contaré.