Regalo de cumpleaños

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Lo primero es cumplir con el trabajo, pensaba mientras cepillaba su cabello, ese día cumplía años y su esposo lo había olvidado, no importa se dijo.

Al entrar a la cocina sus hijos la sorprendieron con el desayuno, ellos eran lo mejor de su vida, y aunque no sabía si él la quería, ella había aprendido a quererlo con un amor tranquilo.

La celebración pasó rápido, a media mañana, se dirigió al trabajo, al llegar se dio cuenta que el consultorio estaba vacío, él solo dijo – hoy tengo solo un paciente-, eso quería decir…… hablar poco y pensar mucho, ella siempre se hacia la misma pregunta, fue lo mejor? Una boda así, una vida así, jamás podía contestarse.

Mientras el anotaba algo ella lo observaba, empezó a respirar rápido, no reconocía esa sensación….. Creyó que se sentía mal, le dijo a su esposo que se iba a casa, él sólo dijo necesito que te quedes, al terminar te podrás ir.

La sentó tomándola del brazo, pocas veces la tocaba…. fue peor, se le hizo un hueco en el estómago y cerró los ojos, él los ojos para que la luz no le molestara, ella pensaba -pocas veces me toca, su respiración se aceleraba, se percató que no podía moverse.

Lo oyó decir, no intentes pararte no podrás te amarré, ella no entendía….. De repente sintió que estiraba su blusa y como unas tijeras la cortaban, se la quitó a pedazos, siguió con la falda y se quedó sentada en ropa interior. Lo oyó decirle al oído, este es tu regalo de cumpleaños, después de eso, le cortó la ropa interior.

El comenzó a acariciarla y a llenarla de besos, ella pensó que soñaba, la voz de él la regresó a la realidad, adoro esos pechos lo oyó decir y sintió como los chupaba, como intentaba alimentarse, primero uno y luego el otro, no recordaba haberlo sentido tan cerca, notó que él estaba desnudo, sentía su piel junto a la suya, sentía su calidez.

Se dejó llevar por ese mar de placer, él continuaba acariciando sus pechos, quería más, más de todo, más de él. Sentía sus manos sobre su vientre y como bajaban a las piernas, ella no quería moverse, sólo pensaba sigue, sigue…….y sintió como su mano intentaba penetrarla.  

Y si no es él, tiene que ser otro hombre, por eso me tapo los ojos, y sintió miedo, pero olía a él. Su voz la regresó a la realidad, déjate llevar le decía y su mano buscaba la entrada, su respiración retumbaba en su mente, relájate le susurró, y sintió que un dedo la penetraba mientras otro tocaba su clítoris, era como si entre ellos hablaran.

El dejó a sus dedos trabajar mientras su mano derecha tocaba sus pechos, ella sólo sentía, sentía su respiración sobre su cara y la beso como nunca, como si fuera la primera vez o la última, él susurró -apenas empiezo.

Sus dedos seguían moviéndose, ya no era un dedo, eran dos y luego tres. Abre la boca le pidió y sintió su pene, empezó a mamarlo al mismo ritmo que los dedos hablaban, era como si siempre se hubieran entendido, y continuó mamando esa imponente verga, no quiero acabar decía él, no fuera de ti, le dijo.

Sintió que la tomaba de las manos y la ayudaba a ponerse de pie, ella no sabía que esperar, él la giro para abrazarla por la espalda, ella sentía su verga entre sus glúteos, él le susurró te amo y poniendo una mano sobre su espalda la inclinó hacia delante para penetrarla, suave y lentamente, como nunca lo había hecho, tenía una fuerza que no reconocía y una delicadeza muy nueva para ella.

Sentía que esa verga conocía ese camino, se movía rápido en un vaivén rítmico y placentero, sus manos cubrieron sus pechos y lo oyó decir, te amo.

Él preguntó, tú no dices nada?, cómo quería él que hablara, cómo dejar de lado lo que sentía. Si no respondes-dijo él-, sabré que es un NO y volveré a mi actitud de siempre. Sin darse cuenta ella dijo “me gusta”, pero él entendió lo que quería entender…..

Tenía entre sus manos a su mujer y él estaba dentro de ella, no iba a permitir que el momento acabara, decidió vaciarse en ella con una fuerza que los dejó unidos por unos momentos,  al separarse él se sentó, ella sentía como si le faltara la mitad de su ser, lo vio desnudo y le gustó, se acercó a él y lo montó, él la recibió, estaban frente a frente como nunca, como siempre y se recargó en su pecho sin salirse, ya no quería, no podía salirse.

Ahora ella se movía sobre él, y ahí terminaron, ahora los dos al mismo tiempo, pero en vez de cansarse, se cargaron de energía, ambos querían más, después de unos minutos ella se bajó y de reojo vio tirados los pedazos de ropa, recordaba lo que él había hecho y sentía que temblaba por dentro, tenía ese sensación otra vez.

El la tomo de la mano y acercándose la abrazó diciendo, de ahora en adelante pienso disfrutar la vida y a mi esposa, la llevó al sillón para hacerle el amor con calma, sin hablar, abrió sus piernas y bebió de lo que ella escurría, y la penetró con la lengua, ella explotó de placer, pedía más y él continuó jugando con ella hasta que logró  que tuviera un orgasmo.

Este había sido su mejor cumpleaños, de ahora en adelante el consultorio será su lugar favorito, él la ayudó a levantarse y le dijo debemos irnos, ella no quería irse, él le susurró- vamos hay que hablar.

Ella no quería hablar, quería estar ahí recordando, él la cubrió con su bata y le dijo vamos a casa, el resto del día es para ti y el resto de mi vida también, las cosas van a ser mejores, y ante esa promesa, ella se fue con él, mientras él le decía, ya  voy a cumplir años y quiero un regalo igual.

 


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