Niño travieso (4)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
7823 visitas

Marcar como relato favorito

Me quité el pantalón y él me tiró con el al sillón, me acostó de espalda y se puso sobre mi, pensé que me penetraría ahí, pero me equivoqué, siguió devorando mi boca salvajemente y torturando mi clítoris con el roce de su pene, hacía círculos con su cadera y se movía como si me estuviera penetrando, yo levantaba mi cadera buscándolo, pero él seguía calentándome.

- No te apures, déjame disfrutar cada segundo, he esperado esto por tanto tiempo y no sé si se repetirá después de que recuperes la cordura, necesito gozarlo todo - Dijo entre susurros.

Solo pude jadear en respuesta, quería gozarlo también, pero mi vagina necesitaba ser penetrada ya. Aunque tampoco sabía que pasaría después de hoy y también quería disfrutarlo todo.

Su mano alternaba entre torturar mi clítoris y masajear mis pezones, yo sólo quería devorar su boca, si su pene trabajaba como su lengua, este niño me llevaría al paraíso, sus besos eran firmes e intensos, pero suaves y ... creo que con sentimientos..., eso me confundía, pero no quería pensar en nada más que en el placer que me estaba dando, estaba hecha un manojo de sensaciones, sentía que en cualquier momento explotaría. Derepente dejó de besarme, pensé que había oído algo, pero pronto noté que sólo estaba bajando a mi vagina, no era usual para mi que me hicieran un oral, pero me acostumbré fácilmente, su lengua hacía círculos en mi clítoris, lo sentía caliente e hinchado, jamás había estado tan mojada. Me tomó de las caderas y presionaba su cara más adentro mío, su lengua bajó hasta mi entrada y ahí se abrió camino hasta lo más profundo de mi, era increíble, abrí mis piernas y me dejé llevar por el placer, estuvo ahí hasta que deje de tener pensamientos coherentes.

Comencé a sentir algo diferente, todo mi cuerpo se contraía y sentí como si fuera subiendo una montaña rusa, mi cuerpo se preparaba para la explosión, y él lo notó, comenzó a poner más presión y entrar más rápido hasta que mi respiración paró y mi cuerpo colapsó.

Fue una experiencia única en mi vida, quedé rendida pero feliz, Zac me dejó descansar unos segundos, pero su propio deseo no le permitió más y comenzó a besar mi vientre, subiendo de a poco, decidí que debía pagar su trabajo y rápidamente me senté y lo empujé de espaldas, ahora nuestras posiciones se habían invertido, me puse en cuatro para saborear ese enorme pene, lo quería en mi boca, me estaba acercando, pero repentinamente me tomó de las axilas y me tiró más arriba.

- Si me lo haces ahora acabaré al tiro y no quiero - con su mano en mi nuca me acercó a él y me besó tan salvajemente como lo hacía con mi vagina, volviendo a encenderme - Quiero que me montes - dijo mientras se acomodaba para dejarme sobre él.

El deseo volvía a invadirme, su pene debajo de mi vagina se sentía increíble, comencé a moverme en círculos, hacia adelante y atrás y también a dar pequeños saltitos presionando nuestros cuerpos, sus manos apretaban mis senos, su cara era de completa desesperación y con mi necesidad de sentirlo dentro, dejé de torturarlo, me levanté lo suficiente y acomodé su pene para quedar listo en mi entrada.

Quería bajar de apoco para más placer, pero mi cuerpo no obedeció y bajé con fuerza, el gimió fuerte de sorpresa y gusto.

Mis manos en su pecho me permitían moverme suavemente, pero quería más, que me apoye en sus manos y eso me dio el impulso para subir y bajar como si corriera una maratón. Su pene era grande y llegaba a chocar en mi interior, lo que me provocaba dolor, pero también placer. Decidí aguantar y comencé a buscar la posición perfecta, arqueé mi espalda y con cada penetrada el goce se hacía mayor, sentía un orgasmo venir, mi cuerpo se preparaba y por su cara y sus jadeos él estaba igual que yo, me dejé llevar y caí en picada, sentía que mi corazón reventaría, pero se quedó en su lugar disfrutando de todo lo que el orgasmo trajo consigo.

Al darse cuenta Zac también se dejó caer en el placer y acabó en mi, no usamos protección, pero no me importó.

Con la energía drenada de mi cuerpo caí sobre su pecho y sentía su corazón latir desbocado calmándose poco a poco.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed