Denunciar relato
    				    
    				    	    						
    					
    				
                    			
			
		Eras toda una tentación.
Un capricho que tuve el lujo de darme aquella noche de diciembre, cuando convertimos el invierno en un verdadero infierno. Nuestro infierno.
Ahora, ya de eso no queda nada. Ni las cenizas.
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