Cavilaciones por la Tarde

Por
Enviado el , clasificado en Reflexiones
1844 visitas

Marcar como relato favorito

La lluvia caía a chorros, yo me mantenía en mi biblioteca, el mejor refugio que he encontrado hasta ahora. De cuando en cuando tomaba un libro con desenfreno y leía sin parar, casi con desesperación.

Este día no tengo ganas de leer, en verdad que no tengo ganas de nada, incluso escribir me cuesta. Quizá  el tedio o la última visita que me dejó pensando en aquel amor perdido, aquel amor que ahora se ha difuminado con el tiempo.

Ahora soy más viejo y realista, ver el pasado no es tan bueno, no es sano, pero qué más puedo hacer es cierto que la quise con locura. Esos años donde nuestra irresponsabilidad ininterrumpida daba pie para deslices de ocasión.

Si tan solo guardara un retrato de Paulina, si tan solo pudiera acudir a la cajita de recuerdos y volver a recrear los días perdidos a su lado. Que ya dije que es insano para el alma andar recordando.

Muchos amigos me conocen por mi sentimentalismo y melancolía, por tomarme tan enserio esta vida. Esta vida que te dá lo que te quiere dar, y al final tenés que apreciar lo que venga, para tratar de disfrutar de los momentos.

No es una queja pero mis proyectos más soñados aun no se realizan, quiero pensar que porque carecen de realidad. Es como tratar de encontrar la mujer perfecta, la mujer inexistente hasta ahora. Los años se van sin darse cuenta, se van sin aviso. Es por eso que hay que darlo todo, o al menos intentarlo.

Tengo la seguridad que la lluvia se lleva todo lo acontecido y que trae nuevas cosas, espero que también para ustedes, es así, círculos tras círculos, la vida.

La vida menguante como la Luna, la vida escurridiza, llena de emociones y pensamientos, de contradicciones. La vida que hasta ahora me ha encantado.

El viaje que sigue prolongándose, pensar que todo es desconocido, de ahí la magia y el misterioso sentimiento de gratitud por estar en el mundo. El tiempo que no se detiene, que no da treguas, el tiempo olvidadizo. Tal vez piensen que estoy delirando, me pregunto no todos tenemos un poco de locura.

Que el amor me encuentre amigos, aquí o allá en donde sea, saludos cordiales para aquellos que ven la vida con otros ojos con los únicos ojos con los que se puede ver en realidad: los del alma y la locura.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed