Ella me dijo que no

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
7605 visitas

Marcar como relato favorito

"Ay no chico tanto nadar para morir en la orilla no". Me dice ella refiriéndose a mi. Me lo dice entre un sorbo y otro de cerveza. Me lo dice sonriendo. Me lo dice luego de que mi mano se posó un par de veces en sus piernas y ella epaaa, dijo que no. Me lo dice luego de que después de litro y medio de cerveza tomado entre los dos por fin me animé. Me animé y le dije que le tenía ganas, que porque no nos íbamos al hotel ese de enfrente. As

 

Así , sin mucho más y sin anestesia. Los dos estamos en un momento perfecto. Terminando nuestras relaciones. Así que ninguno de los dos quiere complicarse la vida de nuevo. Lo que sí queremos es coger. Pero claro, ella no quiere conmigo.

 

Ella es una morena preciosa, chiquita como de 1,65. De profundos ojos negros. Y se le marcan los huesitos en los hombros y tiene unos preciosos hoyuelos en la parte baja de la espalda. Esto último no los he visto, pero me los imagino. Lleva el pelo alisado, casi no tiene tetas pero no puedo dejar de imaginar sus pezones paraditos, listos para ser chupados. Si fuera una chica porno la clasificarían como petite, porque aparenta menos de la edad que tiene. Y si mientras la veo con sus uñas negras, su maquillaje un poco gótico, no puedo sino pensar que le tengo ganas . Ella me dice que en unos días está pendiente con un tipo. Hasta me muestra la foto en celular: blanco, alto, y con sonrisa de galán. Lo que yo llamaría un huevón.

Porque ya saben todos los otros tipos que se cogen a las mujeres a los que uno le tiene ganas, son eso: unos huevones.

 

No puedo dejar de mirarle los labios mientras hablamos. Arriba es fino casi ni existe. Debajo es por el contrario un poco más grueso. Además lo tiene ligeramente partido. A mi los labios así siempre me han parecido una invitación. A ser comidos, mordidos y por supuesto besados.

Con el huevón lo que ella quiere es coger. Y yo le digo que yo también con ella quiero eso, que si tiene una lista que me ponga allí. Se ríe. Y también se ríe de mí claro. Se señala y me dice que en la lista hay varios más, que con ese cuerpecito a dios gracias no le faltan hombres. No me da chance alguno.

 

Pero yo sigo pensando en perderme en ese cuerpecito. En comérmelo todo, en llenarlo de besos, en darle vuelta a vuelta, para llenarla con mis ganas.

 

No tendrá tetas pero sí un bello culito paradito, me la imagino así en cuatro, mostrándomelo todo ofreciéndomelo, abriéndolo listo para toda mi erección.

 

No puedo dejar de pensar en ese collar de cuero que rodea su cuello, del que quiero perderme para besarlo y darle pequeños mordiscos de vampiro.

 

Quiero sorber los jugos de su entrepierna que imagino húmeda, que quisiera caliente por mi. Me gustaría descubrir los acordes de sus gemidos masturbándola, haciéndola estremecer con mis dedos.

 

OH si, vuelvo a su boca que me obsesiona y que quisiera dedicada a mi. Comiéndome, chupándome, lamiéndome hasta que no pueda contenerme del placer.

 

Pero ella no quiere.  Se toma otro sorbo de cerveza y su sonrisa ilumina todo el lugar. Yo me quedo con las ganas.

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed