El masajista (ciática)

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Me llamó una señora mayor para un masaje descontracturante. Me dijo que estaba muy gorda, que si eso importaba. 

- Las gordas también se pueden dar masajes, ¿no? - dijo

- Por supuesto señora - Le dije yo

Al día siguiente fui a su casa. Tenía dos perros chillones que no paraban de era por culo. 

- Póngase cómoda y túmbese en la camilla - 

Se quitó toda la ropa excepto las bragas. Una de esas bragas enormes y feas. Para ser tan mayor, tenía unas tetas muy bonitas. 

Mientras le daba el masaje no paraba de hablarme de cosas del pasado y de como uno de sus ex no quería follar con ella. Me decía que si tuviera unos años menos, blablabla. 

Terminé de darle el masaje descontracturante. 

- Señora, tengo un masaje nuevo en promoción - 

- Si quiere probarlo ahora, se lo hago gratis - 

- ¿En que consiste? - me dijo 

- Pues es un masaje relajante que puede ser integral o sensitivo - 

- ¿En que se diferencian? - 

- El sensitivo incluye pechos y genitales - 

- Pues el que tu prefieras - me dijo 

Comencé a masajear su espalda lentamente con mis manos manchadas de bastante aceite corporal. Suavemente le aplicaba movimientos lentos hacía arriba y hacia abajo. Poco a poco fui bajando hacia su culo. Metí las manos por debajo de sus feas bragas y le acaricié el trasero con movimientos circulares. 

- Le tengo que quitar las bragas - le dije, mientras lo hacía 

Ya completamente desnuda masajee la raja de su culo y su ano. Estaba callada. Seguro que hacía un siglo que nadie la tocaba de esa forma. 

- Dese la vuelta por favor - 

Empecé a acariciar sus bonitos pechos poco a poco y sus pezones se pusieron muy duros. Baje por su fofo vientre hasta su pubis. Tenía muchísimo pelo canoso. Y desde donde estaba podía oler los estragos de la vejez. Comencé a masajear si vagina que estaba todo seca, cosa que se solucionó con el aceite. Abrió un poco las piernas doblando ligeramente las rodillas. El aceite se empezó a mezclar con el flujo. Cosa que me sorprendió. 

- Le voy a hacer un servicio especial - le dije

Doble más sus rodillas y gimió de dolor, por la ciática. Me puse a comer su coño viejo y canoso, metiendo varios de mis dedos por su culo. Todo fluía perfectamente, gracias al aceite. 

- Ooooooo, siiiiiiii. Por favor, fóllame. Hace siglos que no me follan - 

Todo esto mientras me agarraba fuerte el pene deseando que lo sacara de mis pantalones. Me desnudé, me subí encima de la camilla e introduje mi pene en aquella vagina apestosa y vieja. Para mi sorpresa, fue pero que muy placentero, ya que estaba cerradito gracias a que hacía mucho que nadie habría aquella almeja. 

Me corrí como un campeón dentro de aquel coño viejo, gordo y apestoso. 

30 € le cobré, y me invitó a un café con pastas. 

 


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