Cursillo de Reciclaje, 4ª parte.

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Bea gemía suavemente, estaba encantada con mis atenciones, apoyada en el árbol cerraba los ojos y se dejaba hacer.

Cogí a Bea con ambas manos y la aupé, seguía con la espalda apoyada y se aferró a mi cuello. Con una mano desabroché la lazada de mi pantalón y me bajé tanto el pantalón como el bóxer saltando mi polla como un resorte. Aparté el tanga de Bea con la mano y sin quitárselo siquiera se la metí con una fuerte embestida

- Aaahhhhh, gimió ella.

Bea estaba lubricada, por lo que mi polla entró sin dificultad, estaba tan caliente que no quería alargarlo mucho. Quería follarla allí y ahora. Dejé caer un poco a Bea y esta se acopló perfectamente a mi polla. Mis embestidas se sucedían con rapidez, quería que se convirtiera en un polvo salvaje.

 

- Aaahhhhh, aahhhhh, aaaaaahhhhh, Bea cada vez gemía más fuerte.

- Me encanta follarte cariño, aahhhh que gusto, dije yo.

 

Mis manos sujetaban su culo mientras seguía follándola sin parar. Quería que ella se corriese rápido y yo también quería hacerlo, estaba muy cachondo por todo lo que había pasado en la cena.

 

- Ten cuidado, aún me duele el culo, dijo Bea.

 

Cuando estaba a punto de responder, me di cuenta que a mi derecha se movía algo, había visto una sombra detrás de un arbusto cerca de allí. Yo seguí embistiendo a mi chica pero mi cerebro estaba alerta. Estaba convencido de que alguien estaba observando como follábamos pero a Bea no le dije nada para no asustarla ni para terminar, deseaba por encima de todo, follarme a Bea allí mismo y me daba igual quien me viera. Bea seguía gimiendo….

 

-Aahhhhhhh, me voy a correr Alex- Que gustoooooo

- Aaaaahhhhhhh me corrrooooooooo, aaahhhhhh

 

Yo estaba disfrutando como nunca, sentí claramente como Bea se corría, mis huevos chocaban con su coño y oía un chapoteo cada vez que la embestía.

De repente a un par de metros de mí, escondida tras un arbusto del jardín vi claramente como Pilar asomaba su cara y nos observaba. Estaba tan cerca que tenía una visión privilegiada de nosotros. Yo no quise descubrirla y miré para otro lado haciéndome el despistado. Aunque esta visión sirvió para dar rienda suelta a mi imaginación.

Vaya situación…….yo follando con Bea y mientras ésta se corría de gusto, tenía a mi amiga Pilar de voyeur, siendo testigo de todo…….ufffffffffffff

 

Mi mente dio un giro de trescientos sesenta grados a la situación, dejé de embestir a Bea y ante el asombro de ésta le dije:

- Bea quiero correrme en tus tetas, me dejas?

 

Esto lo dije bien alto para que Pilar fuera testigo de todo y no se perdiera nada. Bea que estaba tan excitada como yo, accedió a mi petición. Dejó de colgarse de mí, sacando mi polla de su encharcado coño.

Deslizó sus tirantes del vestido y éste cayó dejando su torso a la vista, tenía unas tetas preciosas que esperaban ser embadurnadas con mi leche y eso me excitó aún más. Bea se agachó hasta que su boca quedó a la altura de mi polla y comenzó a chupar mis huevos mientras con la mano me masturbaba, acto seguido dejó de masturbarme para coger mi pene con sus labios y empezar una espectacular mamada, sus labios se centraron en mi glande, chupaba con maestría y jugaba con su lengua haciéndome estremecer.

 

Pilar miraba furtivamente a sus amigos, escondida tras el arbusto veía perfectamente a través de las hojas como Bea se la estaba chupando a Alex. No podía negar que estaba excitada, había salido en busca de sus amigos tras charlar con un colega en el salón y se había encontrado con aquella situación en el jardín, los jadeos de Bea le habían delatado y ahora estaba allí espiando a sus amigos y ya no podía irse sin riesgo de ser vista.

Bea tenía unas tetas preciosas, un poco más pequeñas que las suyas pero eran firmes y tenían una aureola y unos pezones preciosos. La polla de Alex era magnifica, de un buen tamaño y estaba depilada lo mismo que sus testículos, lo cual le daba un aspecto apetecible. Pilar estaba cada vez más caliente, viendo como Bea se la chupaba. Se imaginaba que era ella la que lo hacía y eso le ponía cachonda. Comenzó a tocarse bajo el vestido, apartó su tanga y sus dedos comenzaron a jugar con su clítoris mientras seguía disfrutando del espectáculo. Su coño reaccionó de inmediato humedeciéndose por la excitación. Con un dedo frotaba su botón, haciendo círculos sobre él, mientras se introducía otro dedo en su vagina. Pilar seguía mirando como Alex seguía gimiendo por el gusto que estaba recibiendo, su cara lo decía todo. Sus dedos incrementaron el ritmo hasta que llegó el esperado orgasmo.

 

- aahhhhhhhhh gimió Pilar sin poder silenciar su voz.

 

Alex que estaba pendiente del arbusto, oyó un gemido ahogado y pensó de inmediato que su amiga Pilar hacía algo más que mirar.

Bea estaba absorta de todo lo que ocurría a su alrededor, estaba haciéndole una magnifica mamada a su chico, notaba como Alex gemía de placer y eso le encantaba. Decidió incrementar el ritmo para que por fin llegara al orgasmo.

Alex sabía que no aguantaría mucho más, saber que Pilar estaba siendo testigo de todo e incluso intuir que se estaba tocando era algo tremendamente excitante, por no decir, lo bien que lo estaba haciendo Bea, su chica no paraba de chupar y sentía ya próximo el momento de eyacular. Alex acariciaba los pechos de Bea con sus manos, pellizcaba los pezones con delicadeza y llegó el momento de no retorno.

 

- Bea, me voy a correr yaaaa

 

Bea dejó de chuparle la polla a Alex y pasó a cogerla con su mano para culminar la paja, tras un par de movimientos Alex arqueó la espalda sintiendo una descarga a lo largo de la columna vertebral. Bea al ver el gesto, supo que la corrida estaba a punto de llegar, se incorporó un poco más haciendo que sus pechos quedaran a la altura de su miembro y esperó a que Alex se corriera de gusto.

La corrida llegó de inmediato, varios chorros de semen cayeron directamente en los pechos de Bea dejándoselos totalmente impregnados.

 

- Aaaaahhhhhh, yaaaaaaaaa, me corrooooooo, gritó Alex.

Bea estaba satisfecha, tanto por el polvo que había echado con Alex, como por la excelente felación que le había hecho a su chico. Ver a Alex correrse de aquella manera le hacía sentir bien.

Pilar por su parte estaba excitadísima, ver como Alex se corría de gusto y encima, ver cómo había puesto a Bea perdida de leche, era algo que le excitaba. Nunca había estado con otra mujer pero en esos momentos le dieron ganas de abalanzarse sobre Bea, besarle los labios, comerle la boca y distribuir todo el semen de Alex por sus pechos.

Continuará.......

 


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