EL HÉROE EMPRESARIO

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Sebastián Estapé que era un hombre de cincuenta años y había trabajado durante mucho tiempo en una industria del ramo textil, al ser despedido de su empresa al igual que muchos para reducir gastos, quiso establecerse por su cuenta con una tienda de Confección de ambos sexos en el centro de un pueblo marítimo del litoral barcelonés que era donde vivía, que estaba a escasos kilómetros de la gran ciudad.

Al parecer los padres de Sebastián que disponían de un sustancioso capital habían sido quienes habían ayudado económicamente a mi amigo en aquella aventura empresarial.

Recuerdo que en la inauguración de aquel rutilante negocio asistió un número considerable de gente que se atiborraba sin mesura del cava que se servía, y de los deliciosos dulces que habían en los mostradores.

Sin embargo en medio de aquel bullicio se encontraba una joven amiga de la mujer de Sebastián llamada Carmen, cuyo atractivo principal no tan solo residía en su físico, sino que especialmente en su decidido temperamento y su don de gentes, cuya profesión era la de asesora empresarial.

Cuando la mayoría de invitados empezó a marchar Carmen se dirigió al nuevo empresario que en aquel momento se sentía como envuelto en una nube y solicitó hablar con él a solas tan pronto como pudiera.

Efectivamente Carmen se presentó al día siguiente en la tienda de Sebastián mientras su mujer se hallaba haciendo unos recados y enseguida fue directa al grano.

- Tienes una tienda muy "chic" - le dijo ella al dueño del establecimiento con una tintineante sonrisa.

- Gracias - rspondió Sebastián-. Bueno, ¿qué tienes que decirme?

-Mira Sebas. Si quieres yo te puedo asesorar sobre tu negocio. Para empezar necesitas un servicio de Marketing para que te oriente acerca del comportamiento del Mercado, los consumidores y demás. Hay que conocer las necesidades del público y darle lo que éste quiere. Pues aunque no hay nada que sea seguro al cien por cien, al menos así sabrás a qué atenerte.

-¡Oh, no hace falta. Yo sé muy bien cómo hacer las cosas. Conozco muy bien el mundo de la Confección, y cómo es la gente de esta localidad - la contradijo Sebastián.

-Vaya... Pero veo que en esta tienda tienes un poco de todo- expresó ella mirando a su alrededor-. Vale. Pero es que hoy en día es preciso que un pequeño negocio como el tuyo se especialice en un artículo determinado. Por ejemplo que tengas buenas prendas deportivas que estén bien de precio. Pues en este pueblo hay mucha gente que se dedica a jugar al ténis, a correr... Piensa que hoy en día el comercio no es como antes.

-Bueno. Ya, ya... Es que he pensado que teniendo un poco de todo así abarco a más clientes - dijo Sebastián bastante mosqueado de las sugerencias de aquella mujer; pues le daba la sensación se hacía la sabihonda a costa suya.

- Muy bien. Tú mismo. ¿Y cómo lo harás para organizarte en la administración? Porque ya sé que ésto no es tu fuerte. Necesitarás a alguien que sea de confianza, y que esté preparado. De lo contrario tendrás que estar dependiente del negocio y no vivirás porque no podrás delegar en nadie. Y por otra parte tendrás que tener a alguien con la suficiente empatía para tratar con el público. Mira a ver quién de tu familia lo puede hacer. Ten en cuenta que para ser un  empresario autónomo se requiere mucha dedicación, y ser muy receptivo.

- Mira Carmen. Agradezco tus consejos, y ya sé que vales mucho. Pero ten la seguridad que yo haré que este negocio sea un éxito. Y lo haré a mi manera.

Entonces la asesora empresarial dio media vuelta y salió a la calle donde estaba su coche aparcado en cuyo interior la esperaba su secretaria particular.

- ¿Qué? ¿Ya ha hablado con el marido de su amiga? - le preguntó la secretaria.

- Sí. Pero fíjate lo que te digo. Esta tienda no durará ni dos años. Pues además de las limitaciones de su dueño, hay el agravante de que este pueblo es un lugar que viene de paso entre la capital y la Costa, por lo que la gente prefiere ir a comprar sea en el pueblo cabeza de partido, o en la misma Barcelona. No es ningún centro comercial - sentenció tajante aquella decidida mujer.

Y efectivamente Carmen no se equivocó porque en el comercio de mi amigo Sebastián apenas entraban clientes y en poco tiempo no tuvo más remedio que cerrar sus puertas.

Lo asombroso es que como mi amigo Sebastián hay otros muchos nuevos empresarios que han fracasado igual que él, con las mismas características, en sus proyectos.

Esto me lleva a pensar que aunque nos creemos que somos muy modernos, y que hemos superado muchas etapas históricas con sus mitos emanados de la era rural con sus correspondientes héroes, en esencia apenas hemos cambiado. Seguimos identificándonos románticamente con el héroe Ulises de la ODISEA del poeta griego Homero, sólo que con un nuevo ropaje actual. Dicho prersonaje se enfrenta con su astucia y su valor con los peligros que le salen al paso en su viaje a Itaca, y sale airoso en su empresa; y encima es admirado por las mujeres. En este caso por su esposa Penélope.

En nuestra época desde un punto de vista sociológico la figura del héroe es la de un hombre común que en un momento dado, es capaz de arriesgar su vida por alguien vulnerable que se halla en una extrema situación de peligro, pero que luego él vuelve a su rutina habitual como todo el mundo. No es un sujeto elegido por los dioses.

Otras modalidades del héroe actual son los cantantes de Rock, los actores del Séptimo Arte, los deportistas, y cómo no los empresarios que triunfan en los negocios. Pero tangamos en cuenta que cada uno de ellos dentro de su especialidad no tan sólo tienen talento, una singular disposición de ánimo, sino que además hay una tenaz preparación, y sobre todo una humildad para saberse asesorar por un equipo competente de especialistas que les ofrecen una perspectiva de la realidad que por el momento ellos no alcalzan a ver.

No obstante por lo visto hay un gran número de gente que desdeña el razonar, el analizar como es el caso de mi amigo Sebastián, el cual amparándose en la creencia del mito del hombre emprendedor es incapaz de aceptar ninguna sugerencia de los expertos que le pudieran orientar. Pues en el fondo es un tipo orgulloso y bastante cerril que piensa que él está de vuelta de todo, por lo que como es lógico fracasa estrepitosamente en sus proyectos.

Mas este desdén de la razón para decantarse hacia la inconsistente creencia del mito personal, que es fruto de la moda social del sentir emocional por encima de todo, y si no no eres un ser humano, es algo que se transfiere a otros órdenes de la vida, y que tal vez un día nos veamos cayendo de bruces por nuestros errores existenciales como le ha ocurrido a Sebastián con su negocio.

- ¡ Vaya por Dios! Es usted un pesimista.

- El pesimista es un realista bien informado, como decía el filósofo.

 

 


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