La vocecilla interior 1

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- Así que estás estudiando enfermería ?, muy bien, es una profesión muy bonita y muy vocacional. Yo siempre lo miro eso, la vocación ante todo. He tenido auxiliares que hacían esto como podrían haber sido descargando camiones de patatas, les importaban un pimiento los abuelos, y para mí eso es fundamental, se debe sentir la vocación !!.
Estas palabras resonaban en aquella enorme boca de labios pintados que estaba en medio de una cara igualmente inmensa, la cual pertenecía a un cuerpo aún mayor. Dichas por aquel ser resultaban realmente espeluznantes.
Ana ya estaba harta de residencias, abuelos, auxiliares, enfermeras, horarios demenciales y salarios miserables, pero era el único sector que todavía daba trabajo. Y oír aquellas palabras de aquella mujer que le entrevistaba, que tenía más pinta de sádica torturadora que de alguien que sintiera profundamente la vocación de cuidar ancianos, le producía una especie de aversión instintiva que parecía decirle desde el inconsciente que lo mejor que podía hacer era salir corriendo de allí.
Cuando oía la palabra "vocación" utilizada como estandarte de la verdad absoluta para distinguir los buenos profesionales de los malos, ya sabía que estaba ante un psicópata. Y delante tenía uno de los más grandes, en todos los sentidos, con los que se había topado nunca. Ni siquiera tenía un aura de duda o un toque de misterio. Aquel ser era tan soberanamente grosero, que sus defectos parecían tener vida propia y tenías miedo de que se te pegan alguno como la avaricia, la garganta, la envidia, la estupidez o cualquier otro de los que debía tener en abundancia .
- Yo más que vocación diría que se debe tener profesionalidad y mucha paciencia, es un trabajo muy duro .... - dijo Anna.
- ¿Cómo dices? (Saltó como si hubiera sentido la barbaridad mes gorda que se ha dicho sobre la tierra), esto es un trabajo totalmente VOCACIONAL !!
Su pie izquierdo se situó en posición de hacer un salto mortal para huir de allí, pero la vieja enfermera, que dentro de su enorme arsenal de defectos tenía algún que había evolucionado en "virtud", sacó rápidamente un bolígrafo y una hoja donde ponía "contrato de trabajo" y le indicó que allí se pagaba religiosamente el último día de mes y que si necesitaba mucho dinero, aquel primer mes le pagaría semanalmente, y añadió que ya se le veía que ella era una persona con mucha vocación.
El primer día de trabajo fue peor incluso de lo esperado.


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