El Hospicio.

La alta y gruesa muralla no podia impedir que las altas ramas y ganchos del nogal salieran del manicomio al predio vecino.

Famelicos, sucios, verdaderos esperpentos, los locos y locas daban largos y atemorizadores lamentos con su cabeza en el rendijo inferior de la puerta.

Una loca de atar, desnuda en un barril apoyaba su sexo en el talon derecho que movia sin cesar, forma de onanismo continuo en el cual gemia, reia, y por momentos parecia desvanecerse.

Una nave ET descendio silenciosa en el patio a las cinco de la tarde, hora de calor sofocante, como nada, como si cualquier cosa. En un rincon de retablo agonizaba un bebe prematuro, casi un feto, esqueletico y muriente.

Un rayo en forma de ondas en embudo salio de la nave y transporto al bebe a su interior. Se escucho una carcajada atroz de la loca del tonel y el artefacto se elevo como si cualquier cosa.

Al otro dia, el Psiquiatra comentaba: ahora estan todos con el delirio colectivo que les hace alucinar una nave ET., ahora si pido mi traslado, sentencio hastiado.

En tanto, la loca del barril seguia generando energia orgasmica, Orgon, en el lenguaje de W. Reich, el psiquiatra que moriria loco y en prision...