La mirada perdida

Por
Enviado el , clasificado en Reflexiones
936 visitas

Marcar como relato favorito

   Espere el colectivo 5 minutos hasta que vino. Me subi, pagué el pasaje, me senté, saqué de la mochila mis auriculares para escuchar la radio, pero mi celular estaba sin bateria y se apagó. Allí empezo el momento más estremecedor de mi vida. 

   Aburrido empeze a observar a los pasajeros del transporte; los que estaban sentados, parados, los que subian, en fín... a todos. Los miraba fijos a los ojos como intentando descubrir en ellos el secreto más profundo de sus vidas. Pero nadie sospechaba de mis actos. Unos mirando por la ventanilla, otros sus celulares, otros simplemente a la nada, nadie fue capaz de devolverme la mirada ni de percatarce que los estaba observando.

   Llegó el momento de descender hacia mi destino, pero al bajar caminé con la mente en blanco y totalmente desorientado. Mientras avanzaba las calles se encontraban repletas de personas. Nuevamente volví a mirar a todo aquel que me cruzase. Me desesperé, cada vez contemplaba más fijo y hasta más de cerca. Y nada, nadie me ojeaba. Todos perdidos en su propio mundo. Malicioso y vislumbrado por la situación hice todo tipo de gestos faciales para llamar la atención. Sin embargo, lo único que logré fue cruzar la calle como un "loco desquisiado", pero ¿quién lo notaria?. Sentía sufrir un Delirium tremens sobre todo mi cuerpo, un ardor que me atormentaba. Y fue en ese absurdo momento que me pregunte: ¿ acaso soy invisible? ¿estaré muerto y seré un espiritu?. Abatido recuperé la consciencia y marche hacía mi rumbo. 

   Al día siguiente: volví a la parada de colectivos, aunque esta vez con el celular con bateria llena. Una vez a bordo,saqué mi celular y auriculares, encendí la radio, la escuchaba mientras miraba por la ventanilla. Y al día que le precedía: lo mismo. Y al siguiente... lo mismo... 

  En fín, decidí volver a insertarme en esa muchedumbre en la cual formaba parte antes del delirio. Decidí aceptar ese mundo cognoscente en el cuál vivimos. Si decidí seguir con la mirada perdida. Claro que ahora siempre llevo un cargador y la bateria del celular llena por supuesto. 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed