Solo se tiene el momento.

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-Y entonces… cuéntame, ¿cómo estuvo tu cita del martes? –Le dije.

 

-Pues… está fue la 3ra vez que estamos juntos y la anterior al martes fue hace un año atrás. –me dijo prendiendo un cigarrillo. –continua. –Le dije prendiendo también uno.

 

-Pues veras, David. (Exhalando humo). Desde la última vez, me estuvo escribiendo por mensajes, pidiendo que nos viéramos una vez más pero pues, no me animaba y cuando me animé los horarios de ambos no coincidieron. Resulta que el domingo, me propuso otra vez y armó todo el plan, yo iría a casa de una amiga a pasar la tarde, pero antes llegaría con él, la verdad a mí se complicaría mucho pero igual le dije que sí. Con toda franqueza yo estaba segura del poder ir, pero bueno, lo intentaría (una fumada más).

 

-Yo le dije que ¿para cuándo? y él dijo que el lunes, yo respondí… ¿mañana? obvio pensé que sería más difícil por la premura, y le dije que no, ¡¡¡hasta el miércoles!!! Y él dijo que el miércoles el saldría a Monterrey así que acordamos el martes, igual si era de noche yo no podría, pero bueno lo deje así. Pero el lunes por la noche me dijo que podría mejor el miércoles por la mañana y bueno, qué ahí ya era muy probable que yo si asistiera.

 

-Y así fue. –Me dice quitando la ceniza de su cigarrillo en el cenicero del buró, yo con una cerveza en la mano llego hasta ella y le ofrezco una, ella la toma y da una nueva fumada a su cigarrillo. –Continúa por favor. –Le digo con mucho interés.

 

-Quedamos a las 11 am y el llegó a las 10:30 am. Nos quedamos de ver en un Oxxo yo iría en Uber y el en carro, yo llegue pasadito de las 11, ya me había mandado varios mensajes, pero el Uber venía lento, enserio que estaba tan nerviosa que hasta la voz se me quebraba con los nervios, tenía un año sin verlo solo textear de vez en cuando, pero por fin llegué y si lo vi en el carro, pero hice como si no. En fin, le mandé un mensaje y estaba aún ladito de mí, me subí y me sentí súper raro, me preguntó < ¿Cómo estás?> cordialmente y le respondí lo común y le pregunté lo mismo. Llegamos al hotel, entró el carro hasta el cuarto y me dijo <entra ahorita voy> y si… súper rápido entró.

 

-Que delicioso, ahora viene lo bueno. –Le dije.

 

-Me abrazó y nos empezamos a besas con muchas ganas ¡pero muchas! Jeje yo pensaba mil cosas, así como que tenía muchas ganas de estar con él. <lo disfrutaré al máximo> me dije, y se sentó en la cama, yo llevaba un blusón de botones de tela tipo ceda y un liggyn rojo con un conjunto de ropa interior tinto, tú sabes, muy bonito y cachondo, por cierto, con encaje en la tanga. Así que, sentado frente a mí, me desabrochó la blusa y enseguida el bra, me beso súper rico los pechos por buen rato, ¡oh por dios! Su lengua en mis pezones, como me los mordía suavecito, valla… me mamó las chichis como se debe, que con eso me dejo a punto de venirme, te lo juro.

 

-Woow, sí que suena delicioso. –Le digo prendiendo un nuevo cigarrillo.

 

-Le iba ayudar a quitar la camisa pero se la quitó con mucha rapidez, nos volvimos a besar y caí encima de él, luego nos volteamos y se puso de pie, se quitó el pantalón, a mi parecer muy rápido también, entonces me acerqué a su pene y lo bese, lo fui metiendo en mi boca y con mis manos en sus huevos se la fui mamando también por un buen rato, lo tenía súper erecto de verdad y cada que se la chupaba yo trataba de tragármelo hasta el fondo, cosa que a el le encantaba y yo, bueno, sentía que mi orgasmo estaba en la puerta. De repente, me separo de su pene y me quitó el pantalón, quiso que me volteara para ver mi culo, me lo bajo un poco lento, supongo que quería verme como en las películas porno, y yo ya bien caliente paré el culo para que el me viera como me tenía. Abrió mis nalgas y sus manos hicieron a un lado mi tanga, mi vagina estaba chorreando mucho, que podía sentir los líquidos resbalando en mis piernas. Él se puso bien caliente, me dio una nalgada y yo gemí bien agudo, el me dio otra y sentí como me humedecía por completo, una tercera nalgada y yo ya no aguantaba más, creo que lo supo porque abrió más mis nalgas y me lamio la panocha bien fuerte. Te lo juro David, fue la primera vez que tengo un orgasmo de esa manera, exploté luego de que su lengua pasara por en medio de mis labios, un chorro caliente brotó y el nuevamente paso su gran lengua, yo temblaba y gemía sin poder controlarme, cuando su lengua estaba en mi culo, me desplomé en la cama y me aferré a la colcha.

Ya no podíamos aguantar más y me penetró, me quito la tanga y me dio la vuelta abrió mis piernas y me metió su rico pene, mientras me penetraba le tocaba sus pezones eso lo excitó mucho y se le ponía más dura, así que me preguntó que si se podía venir, yo bien caliente le dije sí, < ¿me lo meterás de nuevo?> dije, y dijo si.

 

Y se vino muchísimo el semen salía a chorros tan rico, me dijo, <si me lo limpias si te lo meto otra vez> y claro que se lo dejé bien limpio a puras chupadas. Me fui a lavar y volvimos a empezar, pero esta vez sí duramos fácil unos 40 minutos o más, terminamos empapados en sudor, luego de cogerme de perrito quiso sexo anal, ya me había propuesto eso desde la última vez que texteamos y pues ya bien caliente le dije que sí.

 

Y bueno, accedí, sin embargo, no lo aguante y pues fue solo un breve momento, pero por Dios qué horrible placer fue sentir como duele eso, y sí que estábamos lubricados pero, me dolió muchísimo, en fin, luego de eso me lo volvió a meter por el frente y terminamos esa segunda vez, haciendo ya más cosas, yo arriba de él, de espalda, de frente, de lado, bueno… yo me chorree muchas veces también. David fue increíble.

-¿Cuantas veces te hizo venir? –Le dije.

 

-pues intensas como cuatro pero, a cada rato el me hacía mojarlo bien rico, por cierto que, mientras me vestía, platicábamos algunas cosas entre ella me dijo que sentía culpa por conocer a mi esposo pero, le dije que se calmara, que solo teníamos este momento, como tú y yo ahora. Míranos... desnudos, fumando un cigarrillo disfrutando de un buen revolcón, mirando fijamente hacia el techo, a punto de irnos a nuestra casa. Quedamos en vernos el 30 pero tú lo sabes David, nada en este mundo es seguro. hoy coincidimos, mañana no se sabe.

 

-Sólo tenemos el momento. –Le dije.

 

-Y debemos disfrutarlo, como si fuera el último.

 


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