Algo más que burbujas en el spa - Parte 2/2

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Wow aún seguía con la respiración entrecortada. Los dos sentados junto al borde del jacuzzi, nos miramos y sonreímos. Le pregunté: - cómo estás?

-Caliente, muy caliente. Quiero más - me contestó mientras bajaba la mirada a mi cuerpo y con su mano me apretaba fuertemente el muslo.

Buff su cara de deseo me volvió loca. Y sentí cómo mis pezones se volvieron a endurecer. Acerqué mi mano hacia su miembro bajo el agua, y cuál fue mi sorpresa... estaba totalmente erecto... duro muy duro.

Empecé a manosearlo, subiendo y bajando la mano por su erección. Me encantaba tenerla en mi mano. Me gustaba la sensación. Me hacía sentir poderosa. Sabía que podía darle placer, mucho placer.

Me acerqué más a él... me puse enfrente y seguí masturbándolo... con la otra mano, comencé a acariciarle los testículos. Los tenía pequeños y sin pelos. Me gustaba tener mis dos manos ocupadas proporcionándole placer.

Me miraba fijamente, no sé lo que pensaba en aquel momento, pero su semblante denotaba pura excitación. Tenía una mirada realmente seductora. Me estaba sobre-excitando solamente de verlo.

Quería besarlo, saborearlo, lamerlo… quería calentarlo y verlo explotar de placer.

Volví a sentarme sobre su miembro, quería sentir la presión en mi coñito. Pero esta vez no la introduje, solamente quería magrearme... que mi clítoris se rozara de arriba abajo… lo tenía hinchado y buscaba el mínimo roce… Mis pechos apretados contra su torso, erectos y ávidos de su contacto. Las burbujas continuaban seduciendo mi cuerpo, logrando que la excitación se duplicara.

Me cogí los pechos y se los puse sobre la cara, necesitaba que me los lamiera, chupara… hasta sus mordidas aliviaban mi ardor.

Nuestros cuerpos efervescentes bailaban al son de las burbujas y la pasión… pero necesitábamos más… Así que senté sobre uno de las hamacas acuáticas, abrí las piernas y lo atraje hacia mí. De una única embestida me penetró, fuerte y duro. Ansioso de placer. Nuestros cuerpos exigían nuestra unión, fundirnos y convertirnos en un único cuerpo. Su pelvis chocaba una y otra vez contra mi sexo… nuestros jadeos eran cada vez más intensos, miradas anhelantes de más…

-¡Para! Me suplicó… necesito parar, estoy al borde de explotar… quiero que llegues nuevamente al orgasmo… quiero volverte a ver… quiero comértelo…

Madre mía, estaba tan encendida que no me importaba exponerme de cualquier manera a él. Así que me senté en el borde del jacuzzi y abrí mis piernas para él. Con una mano me apoyé y con la otra me abrí el coño. Quería que llegara completamente al clítoris, quería que lo chupara y succionara… lo quería dentro de su boca, que tomara de mis jugos como de un manjar se tratara.

Yo ya no aguantaba más, por lo que con la mano que tenía abriendo mi sexo, lo apreté contra él, su lengua abordó mi sexo y comenzó a palpitar llegando a una explosión de placeres como nunca antes había sentido. Mi cuerpo quedó madejado en el borde, saturado de placer y sin apenas fuerzas para moverse.

Entonces Óscar, se acercó, me tomó en peso y me sentó sobre él, al tiempo que me abrazaba, como si de un bebé se tratara… Sus manos acariciaban suavemente mi cuerpo, mientras mi cabeza descansaba sobre su pecho…

Me sentía plena, pero yo también quería verlo disfrutar tal y como yo lo había hecho minutos antes… Quería ser la protagonista de su placer, de nuestra magnífica escena en el jacuzzi. Quería que el próximo día que coincidiéramos en la oficina, el único pensamiento que se le cruzara por la mente fuera este momento.

Minutos antes había notado que mis caricias en su miembro lo habían sobre-excitado y deseaba volverlo a llevar al límite, por lo que, en esta ocasión fui yo la que le dije que se sentara en el borde, me acerqué y comencé a masturbarlo. La dureza de su miembro me tenía impresionada… mis manos resbalaban de arriba abajo, apretando en ciertos momentos… la boca se me estaba haciendo agua, su sexo me llamaba como a la miel a la abejas. Así que abrí mi boca caliente y me introduje su miembro todo lo que pude. Ayudada por mis manos, comencé a darle placer lo mejor que sabía… y creo que lo estaba consiguiendo, sus jadeos comenzaron a ser mayores, mi cabeza subía y bajaba a mayor velocidad, me encantaba tener su miembro dentro, estaba duro y sus testículos también parecían estarlo cada vez más… mi lengua los lamía a la vez que mi mano continuaba el baile con su miembro… de pronto… sus manos me tomaron del pelo y me apretaron fuertemente contra su polla, me la tragué profundamente, apreté tanto con mis manos que sentí como su semen pasaba por debajo de ellas y se derramaba en mi boca, mi cara y parte de mi pecho… guauuu pedazo corridaaaa… me sentía sucía, pero sucia por él, lo cual me encantaba…

Con una mano, me limpié un pecho mientras lo miraba, me chupé el dedo y me sumergí bajo las burbujas…

Óscar, junto al borde del jacuzzi me miraba sin poder moverse, pero con una sonrisa de satisfacción que jamás podré olvidar…

“Queridísimos compañeros, gracias por no venir” pensé…


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