Mi primera corrida

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Me desperté pensando en lo que había pasado anoche. Mis amigas me habían hablado de él, era conocido por satisfacer a las mujeres. Anoche fue mi turno.

Me junté con Tomás a media noche luego del turno en la fábrica. Hacía mucho calor, la humedad hacía la piel pegote. El llevaba una camisa blanca ajustada, que dejaba ver su vientre y pectorales marcados, unos jeans rasgado doblado en los tobillos y zapatillas blancas sin calcetas. Yo llevaba puesto una faldita negra, que escogí para la ocasión, y una blusa amarilla ajustada que dejaba ver mi escote. Pensé en no ponerme ropa interior, pero me excita mucho cuando me la están quitando, entonces decidí dejármela puesta. 

Fuimos a un sitio que yo no conocía, era un lugar en la ciudad con poca iluminación, entramos por una puerta pequeña a un pasillo largo, que recorrimos de la mano hasta llegar al bar.

Pedimos un coctel cada uno. Los dos sabíamos porque estábamos ahí y lo que haríamos después. 

- Se que te han contado muchas cosas de mi y espero que puedas comprobar cada una de ellas esta noche. A propósito, quiero que sepas que para mi hoy eres la única y que jamás saldrá de mi boca lo que haremos esta noche, lo que tu sabes de mi es porque otras mujeres han estado conmigo y quieren contarlo, yo jamás he hablado de ninguna de ellas ni lo haré de ti.

- Tienes razón, me han contado mucho de ti, pero hoy quiero sentirme libre, quiero hacer cosas que no he hecho nunca y que me ponen caliente de solo pensarlas.

Me tomó una mano y me guiñó el ojo.

Jugueteé con el sorbete por mi boca y mi lengua, esta noche quería ser yo sin ataduras. Me calenté de solo pensarlo y quise empezar en el bar, necesitaba sentir lo prohibido, el miedo de que me descubriera la gente. Lo miré fijamente, le mostré mi dedo índice de una mano y lo llevé a uno de mis pezones, con unos pocos movimientos, se erectó, lo pellizqué, mordí mis labios y volví a tomar de mi vaso. Él sonrió coqueto, mordió su labio inferior, miró mis tetas y me dijo

- Ven, te mostraré un lugar.

Me tomó de la mano y me dirigió a una puerta que parecía el baño, cuando entré, quedé sorprendida, no era el baño y ese tampoco era un bar común, ya iba entendiendo. Cuando cruzamos la puerta entramos a una habitación oscura, en donde solo había destellos de luz, como una luz estroboscópica, que iluminaban el ambiente cada ciertos segundos, solo había un sofá y una mesa para el cóctel. 

Cerró la puerta y me dijo q volviera a hacer lo que hice en la mesa, yo obediente, volví a pellizcar mi pezón y luego el otro. - Quiero que te saques el sostén - me interrumpió. Me los saqué por sobre la blusa ajustada y los tiré sobre el sofá. Estábamos parados de frente, el tomó su baso y me lo arrojó sobre mi blusa. - Ahora si puedo ver esos ricos duritos - me asusté pero me gustó, corrí hacia el para besarlo, pero no me dejó. - Ahora me toca a mi. Con una de sus manos comenzó a rozar mis pezones con fuerza, todo sobre la blusa, respiraba agitado en mi cuello, seguí sobando mis tetas. -Muérdemelas, chúpamelas, tíramelas, eso me encanta por favor- le rogué. Me abrazó por atrás, me apretó contra su pija dura que cargaba a la derecha, tomó mis caderas y sobajeó su miembro contra mi culo. Me sentó en el sofá, se puso por detrás y metió sus manos dentro de mi blusa y sacó mis tetas - que bellezas- gritó cuando las soltó y las dejó rebotar un par de veces. Se puso de frente a mí, con sus jeans que dejaban ver su pene durito. - Sácalo de ahí, que el pantalón ya no lo soporta-. Introduje mi mano por arriba de su pantalón para tomarlo, ahí me di cuenta que el no llevaba ropa interior y que no había rastro de vello, -sácalo por entre los botones, no por arriba - desabroché 3 de los 4 botones que tenía su pantalón, pude agarrarlo, lo apreté con una mano, hice movimientos de arriba abajo y lo saqué, al tiempo que un flash de luz dejaba ver su cabeza color rojo intenso y una gotita salió por su orificio.

Yo ya estaba en llamas, ese pene bien erecto, duro, que explotaba hizo que me tendiera en el sofá para que el hiciera el resto. - No esperes que me tire sobre ti. Sácate esas bragas, solo quédate con tu faldita-. Ahí estaba yo sacándome toda la ropa interior que pensé que el me quitaría, pero tenía una forma de darme órdenes que me excitaba. Mientras el acariciaba su pene y meneaba su cuerpo como haciendo envestidas, quedé solo con la falda. Me recosté nuevamente, sin enseñar nada. Lo miré mientras él se ocupaba de su pene y me miró de vuelta con una mirada penetrante, le hice saber que era suya y me abrí de piernas lentamente mientras acariciaba mis tetas, le enseñé mi vagina jugosa y le dije ven aquí. Se acercó rápidamente y desabrochó el ultimo botón que le quedaba del jean y se los sacó. Ahí lo tenía con su pene bien erecto y yo muy cachonda, con una mano en mis tetas y la otra recorriendo mi clítoris hasta mi vagina, me introduje dos dedos y gemí, el atento a mis movimientos me dejó continuar, saqué mis dedos jugosos para pasarlos por su pene, me tomó la mano y se bebió mi líquido en mis dedos, repetimos la maniobra un par de veces hasta que se arrodilló y prefirió beber mi líquido directo del envase, su lengua tibia recorría mi clítoris mientras me introducía dos dedos en la vagina, yo apretaba mis pezones y los tiraba, de pronto no aguanté más y me dejé lleva en un orgasmo que me hizo correrme en su boca, nunca me había pasado, me sentí extraña, pero el aprovechó de bañar su pene y envestirme con fuerza, al tercer o cuarto movimiento ya gozaba de un segundo orgasmo. Chupó mis tetas, las mordió y jaló. Quise sacarme lo que quedaba de ropa, pero no me dejó - No te desnudes, tengo todo lo que quiero a la vista y a la mano.- Siguió envistiéndome un momento más y sin previo aviso sacó su duro pene para dejarlo a la vista - Quiero terminar en tus tetas, masturbarme con ellas.- No aguantó mucho más y su leche saltó con tal fuerza que quedó por toda mi cara mi cuello y mis tetas, gimió de placer mientras salía su chorrito. Fue en ese momento que nos dimos el primer beso de la noche.

Sigo pensando en que no fue la gran cosa, pero fue mi primera corrida y quiero que se repita.


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