Automáticamente...

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sale de nuestras bocas, para esta fecha," felicidades". Me pregunto si es apropiado, si no es demasiado. Claramente para los que creemos en Dios, la celebración es el nacimiento de Jesús.

Cada quien el día de su cumpleaños recibe deseos de felicidad. Pero .. a nosotros nos corresponde? Tal vez será una exigencia, una inoportunidad para aquellos que pasan por situaciones tristes, duelos. A quién podría ocurrírsele desear felicidad a un deudo por la muerte de un hijo, a un moribundo o a un pobre de toda pobreza.

Los tiempos, la sociedad de consumo, fueron desvirtuando y vaciando de contenido estas celebraciones.

Sí, para los creyentes debería ser un día de regocijo espiritual por la llegada de nuestro Salvador

en cuyo caso , todos por más apesadumbrados que estuviéramos,  haríamos un lugar en nuestros sentimientos o emociones para recordar a Jesús, tan cubierto de innecesarios ajetreos, pemuras contra reloj, no precisamente para ir, aunque espiritualmente, hacia El.