EL AUTENTICO SEXO

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Por encima de todas las cosas, está la honestidad de las personas. El amor se ha creado y existe, para dar felicidad. Un amor que da sufrimiento voluntario ¡NO SIRVE!. Decía un hombre insigne, que amar es caminar juntos mirando al frente y cogidos de la mano. Una bella puesta de sol, se disfruta plenamente si la están mirando juntos dos enamorados. Hacer el amor plenamente es obviar el sexo y obtener placer en cada zona que puso la naturaleza en el cuerpo del otro.


Suponte que alguien conocido, llama a la puerta de tu casa y tú le abres. Te mira profundamente, con la profundidad que solo la penetración del espíritu es capaz de realizar. Te quedas sin respiración y él te abraza, apretándote virtualmente con todas sus fuerzas, pero cosa curiosa, sin tocarte. Tú te estremeces y el inclina su cabeza y dirige sus labios detrás de tu oreja. Deja salir el aire caliente de sus pulmones a presión, mientras su lengua saborea tu lóbulo y lo mordisquea con infinita dulzura: le transmite amor. Le transmite ansiedad y deseo.

Mientras, sus manos, se han deslizado hasta tu nuca y la punta de sus dedos te rascan suavemente, entonando una dulce melodía de amor. No sabes lo que te pasa, pero el hecho cierto es que notas temblores en tus piernas. Notas latidos extraños en tu sexo. Mientras, sus manos, se desplazan por tu espalda buscando tus pechos y con el dorso, se van deslizando hasta la aureola.

Los aplasta con suavidad y los circunda. Tus pezones se ponen eréctiles, TERSOS Y duros, ofreciendo una nueva orgia de sensaciones. Besa tus pezones y con la punta de la lengua los hace vibrar una y otra vez. Notas como se entrecorta tu respiración. Su sexo comienza a responder ante el mandato de la naturaleza, gozoso, mientras que se escuchan unos pequeños gemidos procedentes de tu garganta.

Empiezas a responder a sus caricias, con las caricias propias de la hembra, buscando con tus manos algo que todavía está muy lejos de ofrecérsete. Protestas, te irritas un poco y haces un mohín, pero segura de que el devenir del placer que se avecina y que sabes que se te está preparando, te hace soportar estoicamente las caricias con las que se te está obsequiando.

Nótese, que todavía no se ha llegado a ningún punto notable y clásico. Tan sólo, lo que la naturaleza y el cariño ha sido capaz de crear en una situación; ESO ES AMAR COMO DIOS MANDA. En la mujer todo está preparado para ser receptores de sexo y si se sabe entonar la sinfonía adecuada, todo será maravilloso.

La mujer, devuelve y paga con creces todo lo que se le dé en el sexo, si ello es dulce, placentero y se hace con auténtica entrega.

Así piensa quien ama a la mujer y adora su cuerpo.


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