EL ENEMA

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Las dos mujeres se mostraban preocupadas por la tardanza de Inma, hermana de una de ellas y sobrina de la otra. 

Me dijo que vendría sobre las 12 y ya pasa de las dos de la mañana. No sé qué hacer -dijo la hermana de Inma.

¿Te dijo a dónde iba? -preguntó la tía, que se encontraba en la casa para pasar unos días con sus sobrinas.

Me dijo que a una fiesta, sin detallar. Es muy tarde para llamar a casa de sus amigas.

Se oyó la llave en la puerta y entró la joven Inma, evidentemente bebida, casi sin poder sostenerse en pie.

¿Por qué vienes tan tarde? ¿Te ha pasado algo? -preguntó su hermana.

No me agobies. Me voy directamente a la cama. Mañana hablamos.

Inma dio un traspiés y cayó al suelo, sobre la alfombra, quedando dormida.

Ayúdame a llevarla a la cama- pidió la hermana a su tía.

Entre las dos la levantaron y la trasladaron a su habitación, dejándola boca abajo sobre la cama 

Deberíamos ponerle el pijama -sugirió la hermana.

Entre las dos le quitaron la camiseta, los zapatos y el pantalón. No llevaba sujetador, no lo necesitaba para sus pequeños y duros pechos. La hermana sacó el pijama de un cajón del armario, pero su tía la detuvo.

Hay que darle un escarmiento para que no vuelva a venir tan tarde y además borracha.

¿Y qué quieres que hagamos?

La tía se fue al cuarto de baño y regreso en un par de minutos con un aparato.

¿Qué es eso?- preguntó su sobrina.

Lo utilizo de vez en cuando, es un enema de fosfato sódico. Bájale la braga y súbele el culo.

La sobrina obedeció y la tía le introdujo el enema por el recto, descargando todo el contenido en su interior.

Dentro de cinco minutos correrá hasta el baño y se cagará en todo lo que se mueve. Despiértala.

¿Qué me habéis hecho? preguntó la joven al verse en rara postura sobre la cama y desnuda.

El efecto fue puntual. Corrió al baño y se sentó sobre el inodoro a tiempo de descargar sus intestinos en el interior con ruido y malos olores.

La tía se asomó al cuarto de baño y le dijo que lo habían hecho para darle un escarmiento. 

No creas que por ser huérfana puedes hacer lo que te dé la gana- le dijo.

Te odio, eres una guarra.

¿Qué hago para que me perdones?

Límpiame el culo con tu lengua.

Cuando acabes.

Diez minutos después, Inma volvió a su habitación, en donde la esperaban su hermana y su tía. Se puso de rodillas sobre la cama y le dijo a su tía que cumpliese con lo que dijo que haría.

Tu tía y yo decidimos gastarte la broma, así que entre las dos te limpiaremos con nuestras lenguas.

No perdáis más tiempo -les dijo Inma. 

Primero su tía y luego su hermana, se esmeraron en limpiarle el culo con sus largas y cálidas lengua par satisfacción y placer de la joven Inma, que gimió de placer mientras ellas cumplían con su labor.


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