Una noche complicada (mi historia real 2)

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            Recuerdo mis manos sudadas, el vaso de café muy mal tratado de tanto apretarlo y un papel arrugado, que asumo que era la boleta de las compras del café y unos chicles (fue lo único que Camila me aceptó para “comer”. Masticar en realidad). Esos elementos eran los juguetes anti-estrés ideales para capear la tensión del ambiente.

            Me abrí a Camila, le conté todo lo que me pasaba con ella, todo lo que sentía en tan poco tiempo (nunca me había pasado algo similar) y me avergonzaba. Pero como vergüenza se debe tener para robar, asumí el riesgo y le di a “cagar pistola”.

            Ella escuchaba mis argumento atentamente – por lo menos eso veía yo- , y eran tales mis nervios que solo me preocupaba de entregar bien el mensaje. No me podía preocupar de leer alguna reacción de su parte. Eso mas me intrigaba, y me hacía sentir frágil (mierda, con la chicha que me estoy curando). A todo esto, ella ya sabía que yo estaba comprometido. A mi alrededor no había un vidrio lo suficientemente grande y cerca para haber mirado mi rostro, pero si me imaginaba que estaba rojo, tan rojo como la camiseta de la selección chilena XD.

            ¿Habrá estado bien lo que hice?¿quizás era una cámara indiscreta?¿mi pareja me quería hacer la pillá? No lo sabía, pero ya estaba arriba del caballo y no me podía bajar.

            Luego de exponerme a ella, ella debía entregarme su réplica. Fue el momento más tenso de la noche. Durante una milésima de segundo evalué todas las posibles reacciones de Camila: desde una risa a carcajadas por lo patético de mi persona, hasta un “wn, estay pololeando, no seai cara e’ raja”. Definitivamente moriría, moriría de la vergüenza. Afortunadamente dentro del servicentro había un flujo importante de personas apuradas, a las cuales no les importaba que conversaban la niña del polerón fluorecente y el chico de la cara roja. Si la Camila me mandaba a la chucha, nadie se daría cuenta.

            Pero increíblemente su respuesta no fue del todo negativa para mi, ella me dijo que se sentía atraída por este personaje. Ahí si que pensaba que era una broma, o tal vez un sueño. Con mucha serenidad y cautela me mordí la lengua para comprobar que no estuviera durmiendo (un pellizco hubiese sido muy evidente); me dolió, no estaba soñando.

            Una de las preguntas más mierdas que hice en la vida fue: ¿Tú crees en el encantamiento? No quise caer en el cliché del  ¿Crees en el amor a primera vista? Puta que me sentí wn con la primera pregunta. Pero eso me pasó porque fui a esa reunión sin ningún libreto creado, sin ninguna idea, fui en estado zombi literalmente hablando.

Camila estaba interesada en mi (por lo menos un poco). Me encantaba lo que escuchaba, pero no todo podía ser color de rosas. Obviamente el hecho de yo estar comprometido complica las cosas. También ella me confesó que un tuvo atado sentimental con un compañero de trabajo –que también estaba comprometido y no quería volver a caer en lo mismo-. Creo que me dolió escuchar eso de su parte. No por el hecho de haber tenido algo con el “Pedro”, si no que yo sentí que no lo tenía superado. Era impresionante ver el cambio de expresión en su rostro cada vez que ella mencionaba el nombre del carajo ese… Bueno, yo me pasaba de maricón y mala clase, sentir cosas por ella, sabiendo que yo también tenía un tema sentimental por otro lado. A veces la vida te pone en situaciones incomodas. Situaciones que se crean en un lapso muy corto de tiempo y que llegan a cambiar una historia de años. Lo importante de todo esto, fue que no me mandaron a freír monos al África. Quedamos en tomar otro café, lo que sin duda me emociona mucho. Estoy triste por otro lado, porque estoy en una tremenda encrucijada. No quiero apurar las cosas, pero mi irracionalidad en ocasiones, le pasa por encima a toda mi lógica. Veremos que pasa. Lo que me interesa mucho en este momento es lo que pasa entre Camila y Pedro. No me importa lo que pasó, si no que lo que le pasa a ella con el hoy en día. Se le veía dolida, y apenada. Contra eso no puedo hacer nada, porque nadie puede hacer nada por esas cosas; es el tiempo el único que tiene la cura para esos dolores. Veremos que pasa…

            Lo que rescato de lo ocurrido es que, pase lo que pase, fue una noche espectacular, mágica, que me permitió conocerme a mi mismo un poco más. Nunca pensé que yo podría ser tan lanzado en ciertas situaciones, sobre todo porque me considero un hombre muy muy cuadrado y reservado. La gente cambia, lo comprobé esa noche…

Dedicado a este nuevo amor. No se en que terminará, pero estoy empesinado en comprobarlo...


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