Donde mis primas (III): Me cedió su culo

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Esa noche tuve que bajarme la calentura con una buena paja. Imaginaba que tenía a mis dos primas cerca para disfrutar de sus caricias. Verónica y Mari se subían a mi cama y me hacían sexo oral hasta que yo me corría en sus caras. Después de descargar, me sentía más aliviado y a la vez más cansado, así que me fui a mi habitación a dormir.

Y así pasaron los días en la casa de mis primas. Íbamos a la playa. Mi tía nos cocinaba deliciosos pasteles y un día mis primas me obligaron a acompañarlas de compras al centro comercial. Se estaba acabando el verano y un día antes de que me regresara a mi hogar, quedamos en que iríamos esa noche a una disco para bailar. Mari avisó que no iría ya que había quedado con su mejor amiga de ir a su casa y que pasaría la noche allí. Así que sólo seríamos Verónica y yo.

Esa noche Verónica me llevó a una disco muy popular del sector donde van todos los jóvenes a divertirse. Al entrar, vi que estaba muy lleno y oscuro. Como todas las discos en verdad, aunque yo nunca he sido muy fan de frecuentarlas. Había luces de colores que se iban moviendo por todo el lugar y dejaba ver a varios jóvenes bailando en la pista. Nos pedimos un trago y tras bailar un par de canciones, me di cuenta de que Verónica había desaparecido en un momento. Debía haber ido al baño, pero lejos de preocuparme, vi la posibilidad de ligar con una de las chicas que bailaba por ahí ahora que estaba solo.

A lo lejos vi una chica muy guapa que bailaba. Era de cabello castaño y piel morena. Me parecía muy sexy, así que me acerqué a hablarle.

-Hola ¿Qué tal? -le pregunté.

-Hola, mi nombre es Camila. ¿Y tú? -me dijo a mí.

-Soy Carlos, mucho gusto. ¿Vienes muy seguido por acá?

-Cada cierto tiempo. Cuando tengo libre ¿Y tú? ¿Nunca te había visto?

-No soy de por aquí. Es la primera vez que vengo.

-Aaah, entiendo. Este es el mejor lugar para divertirse que hay.

En eso escucho una voz grave cerca de mí. Al darme vuelta, veo a un tipo musculoso que me mira con desprecio.

-Camila ¿Este tipo te está molestando? -preguntó el desconocido enojado.

-No, tranquilo -respondió ella.

El tipo desconocido me mira y me dice que me aleje de su novia si es que no quiero meterme en problemas. En eso la toma de la mano y se la lleva lejos de donde estaba.

Había fallado mi intento de ligar, así que para levantarme el ánimo, comencé a bailar. En eso aparece Verónica que dice que me estaba buscando y me vio mientras me acercaba a la chica morena.

-Así que querías coquetearle a esa chica, eh. Lo vi todo. Se te caía la baba de ver su culo moviéndose de un lado a otro.

-No es para tanto. Si bien tenía buen culo. Tampoco estaba babeando cono tú dices.

-Claro que sí. No pierdes de vista ninguna mujer para echarle el ojo. Ven, vamos a bailar.

Verónica comenzó a moverse al ritmo de la música y yo también estaba en lo mismo divirtiéndome. Cuando llegó el momento de la canción más hot, todos los demás se reunieron en parejas para bailar bien apegados. Yo trataba de ver si había alguna chica disponible para bailar y en eso, Verónica se me acerca y coloca su trasero en mi entrepierna, al tiempo que comienza a moverlo al ritmo de la música.

-¿Qué haces Verónica? -le pregunté- Nos pueden ver.

-Tranquilo -me respondió – Nadie aquí sabe que somos primos, así que podemos perrear todo lo que queramos.

De sólo pensar que tenía el culo de mi prima tan cerca, mi pene se puso duro como una piedra. Ella lo sintió y comenzó a reírse mientras seguía restregando su enorme retaguardia por mi entrepierna.

-No aguanto más, acompáñame -me dijo al oído mientras me tomaba de la mano y me condujo por toda la disco hasta donde está una puerta. La abrió y nos condujo hasta fuera de la disco, donde están unos callejones.

-Aquí sólo vienen las parejas a una cosa jijiji -dijo Verónica mientras se desprendía de su blusa y su sostén dejando a mi vista sus tetas. Se agachó y me bajó los pantalones y bóxer incluidos. Mi polla salió disparada como un resorte y estaba muy dura. Mi prima la agarró con sus manos y se la metió de una en su boca.

Mi prima me la estaba mamando como una profesional. Se la metía tan al fondo que la perdí de vista, pero podía sentir su lengua golpeando mi glande y su saliva que mojaba cada centímetro. La sensación que me daba era tan exquisita y me daba más morbo cuando veía su carita de degenerada mientras me la chupaba cómo si fuera adicta a mi verga. Se la sacaba, luego me hacía una paja con sus manos y después me daba besitos desde la punta hasta pasar por todo el tronco.

-Bien, ya la tienes toda lubricada con mi saliva -dijo después de la felación -Ahora será más fácil para que la metas.

En eso, se quita toda la ropa y se tumba en el suelo a 4 patas. Con las manos tocaba su culazo y separó sus nalgas para dejar ver el agujerito de su ano en todo su esplendor.

-Quiero que lo metas ahí y me des bien duro.

Yo sin pensarlo dos veces, obedecí e introduje mi duro pene lentamente en su culito. Estaba muy estrecho, pero con la saliva que me había dejado, no fue difícil abrirse paso en su recto. Comencé a un ritmo lento el mete-saca y agarraba sus tetas con firmeza para apretarlas y darle el máximo placer. Ella se retorcía de gusto y gemía como una loca. Yo besaba su cuello y de a poco incrementaba el ritmo hasta que llegué al punto de no retorno. A darlo todo o nada.

-Si sigues follándome así me vas a romper -gemía entre placer y dolor -Tienes la polla muy gorda.

- ¿Quieres que me detenga? Porque por tus gritos me doy cuenta de que te encanta esto.

-Pues sí, me dio rabia que estuvieras mirando otros culos teniendo el mío a tu disposición. Así que úsalo para darme cómo si no hubiera mañana.

Las palabras de Verónica me calentaban aún más y la sensación que sentía al estar dentro de su culo era inexplicable. Sus nalgas eran tan suaves y rebotaban con cada embestida mía mientras mis bolas golpeaban su carne con furia.

-Mmmm…aaaah…Nunca pensé que podría abrirme así, pero tú lo conseguiste. Quiero que te vengas dentro de mi culo.

Ya estaba en mi límite y con el permiso de mi prima, descargué toda mi leche en su ano. Ella lanzó un grito y se desmoronó en el suelo. Me había corrido en su enorme culo y esbocé una sonrisa en mi rostro. Estas han sido las mejores vacaciones de la vida.

FIN


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