La segunda vez que pagaron por mi

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
11224 visitas

Marcar como relato favorito

Paso un tiempo luego de esa noche donde un Señor contrató los servicios de mi boca... sin tener yo ninguna experiencia propia. Cuando llegue a casa y vi a mi novio se apodero de mi un gran arrepentimiento, aunque no dije nada... me lo guardé para mí y para mis momentos a solas... pues era algo tan morboso y tan de "niña mala" que me masturbé pensado en ello varias semanas.

Pasó un tiempo, terminé con mi novio por otros motivos... seguía saliendo de fiesta y ahora tonteaba e incluso llegaba algo más lejos con algunos chicos que me entraban, pero nada parecido a la sensación que me produzco en aquel entones.

Empecé con mi novio actual, el cual empezamos a vivir juntos cuando yo cumplí 23 y el 26. Él está siempre trabajando fuera, solo viene los fines de semana. Deje de ser una niña mala para ser la novia perfecta... "todo eso paso" me decía a mi....

Empecé a trabajar en mi trabajo actual, que es de cara al público, yo estaba sola los días entre semana. Cabe decir que alguno intentaba ligar conmigo pero yo.. era una buena novia... paso el tiempo... trabajaba los días de la semana y los fines de semana con mi novio, que a veces llegaba algo cansado y no tenía ganas de tener relaciones.... y claro... poco a poco me iban apeteciendo más cosas, notaba como los hombres me miraban cuando paseaba al perro o durante el trabajo... Decidí tontear por chat, pues no tenía amigas para salir.... y un día de tonteo ... donde lo máximo que haca era mandar fotos mías vestidas paso.... alguien me abrió conversación:

- Hola guapa quieres ganarte algo de dinero solo por sexo oral? si no es así no molesto.

Claro a mí me pareció atrayente porque me recordó a aquella única vez que fui... "mala" y le seguí el juego, no diciendo que me interesaba... pero hablando... me dijo de quedar solo para vernos y si no me gustaba pues se iría sin más... me ofrecía 50€ solo por un rato de sexo oral... yo estaba emocionada, me latía el pecho y algo más abajo...

A día de hoy no sé porque, pero acepté. Quedamos un jueves por la noche. Era verano, me puse un vestidito corto con medias al muslo, tacones medios y sujetador y tanga a juego. Me maquillé los ojos ahumados solo un poco, pero mis labios los puse de rojo, un rojo que destacaba... aun no me había decidido a hacerlo o no, era más un NO que un SI, pero sin duda era lo más emocionante que me pasaba en varios años.

Quedamos en un pub, era un hombre Maduro, de unos 45 años. Se había intentado arreglar todo lo posible, parecía nervioso y asustado. Se ve que no creía realmente que fuera a acudir. Pero allí estaba yo, una joven de 23 años, presuntamente dispuesta a mamársela a cambio de unos euros.

La situación era diferente, ahora parecía que yo dominaba la situación y no al revés. El tipo no me quitaba ojo mientras bebía del mojito que me había pedido, note como miraba mis pechos y mi boca, así como mis muslos. Me sentía poderosa, bromeé con él, hablamos un poco de todo, esquivando el tema que nos unía allí. Vi como sudaba, este poder me hacía excitarme mucho... quería hacerlo.

Le saqué el tema, le dije que si le gustaba... el nervioso me dijo que sí. Así que le hice la pregunta, ¿dónde lo hacemos...? Él me pregunto si estaba de acuerdo, y le respondí que estaba deseando... cosa que era verdad...
Dijo de ir a su coche, cerca de la playa si me parecía bien y accedí.

Llegamos. El tío sudaba mucho y estaba nervioso cuando abrió la cartera y me dio un billete de 50. Yo sonreí y le dije, "tranquilo, te va a gustar mucho"..., yo mandaba y él obedecía. Le mandé a reclinar su asiento y bajarse la bragueta. Alargué mis manos y se la saqué, no era muy grande pero tenía pinta de ser bastante gorda, aún no estaba dura, me imagino por los nervios... Se la empecé a tocar y rozar con mis dedos, y mi boca buscó su cuello, estaba muy cachonda y el muy nervioso, el poder que tenía era apabullante y me hacía hacer cosas que no habría imaginado. Mientras besaba su cuello la noté dura en mi mano, le miré y le sonreí antes de reclinarme a chupársela, empecé suavemente con la punta, marcándolo de rojo con mi pintalabios, el empezó a gemir automáticamente y eso me subió la temperatura, cada vez me atrevía a metérmela más dentro, mi lengua recorría por dentro de mi boca toda su polla. El disfrutaba y noté una mano en mi cintura... una mano grande y fuerte, aunque de un hombre asustado... seguramente tenía mujer e hijos... pero ahí estaba él... en un coche mientras una chica, 20 años más joven, a la que había pagado se la estaba mamando. Mi mano izquierda masturbaba su tronco debajo de mi boca mientras miraba de reojo como me miraba fijamente... entonces me la saqué y le sugerí si quería tocar algo más... mientras levantaba mi vestido, enseñándole el tanga.... no lo pensó dos veces y agarró mi culo.

Gemí, sin saber cómo, gemí como si hubiera tenido un amago de orgasmo y entonces se la comí con más ganas, entera casi, y sin manos.... entraba y salía al compás que marcaba, y recorría toda mi boca. Dejé mi lengua como roce debajo de su polla y apreté mis labios contra ella, para follarme la boca. su mano me apretaba el culo y un dedo curioso toco en la apertura del ano... mmmm que sensación... quería más... pero un gemido grande del hombre me indicó que esto llegaba al final... me quise quitar... pero no me dio tiempo... su leche me llego a la garganta,, y la otra mano del hombre, que me había agarrado por el orgasmo, me impedía salir, evite tragar, pero me lleno la boca de semen espeso....

Al cabo de unos agónicos 10 segundos el hombre vació todo lo que tenía dentro de mí y quitó su mano... Me aparté rápidamente y deposité su corrida en un clínex que tenía preparado, aunque me hizo falta varios para deshacerse de todo... también limpie su polla. El hombre estaba más que satisfecho, me dio las gracias y me llevo a casa.
De camino estaba muy cachonda, no veía el momento de llegar a masturbarme. Cuando el hombre me dijo si quería repetir de nuevo, me reí y le dije que me lo pensaría. Y entonces me dijo la frase: "Pagaría más por ti, unos 80... además... tengo amigos que le interesaría."

Fue entonces cuando me planteé realmente continuar... quizás solo una vez a la semana... quien sabía...


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed