WELTSCHMERZ - A veces el mundo duele. 06.3

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En la oscuridad de los callejones se hallaban dos siluetas, una persona y un perro, ambas se encontraban observando fijamente la calle, en sus rostros oscuros contrastaban sus sonrisas perversas y de hambre, pues lo que tanto querían se estaba cruzando la calle, en sus mentes repasaban el plan que tenían para logar mejorar sus vidas, después de este golpe, podremos vivir como reyes, ya no nos preocuparemos por robar todos los días a cualquier personas, tendremos ahora la oportunidad de ser mas selectivos, dejaremos de ser el ultimo eslabón social, si es que figuran, para saltar un escalón. Sus ojos brillaban en pensar que pronto gozarían de una buena vida, una buena comida, ya nada de pan que robaban. Cruzando la calle estaba las puertas del paraíso, solo tenían que ir y tomarlo.
Su plan se había formulado esta misma mañana cuando al joven como es normal decía que tenia hambre y el Perro le contestaba que irían a robar pan, pero esta vez al joven no le gusto la idea, el quería algo más grande, algo mas jugoso, más delicioso, quería comer lo que comen los vivos. Entonces se le ocurrió hacer un robo más grande, un plan maestro. Que era algo simple, consistía en que el joven ingresaría y pediría una gran ración de carne y otros embutidos, entonces cuando se acerque a la caja a pagar el Perro hará su aparición y los tomara de las manos del joven, el Perro correrá, de tal manera que haga parecer que ambos fueron robados, para que de esa forma ellos puedan volver a usar al joven en otros locales. Una plan maestro, mejor que ingresar, coger algo y correr, haciendo que el señor de la tienda los denuncie a los securitas. También estaba la opción de sustraerlo sin ser visto, pero era carne y eso no era algo que puedan meterlo bajo su ropa sin levantar sospechas pues tienen que sacarlo de los mostradores donde se encuentran refrigerados, es decir, es imposible hacerlo sin que se note que sacas algo, todos estaban refrigerados. Pero pronto el Perro detecto un pequeño inconveniente que era la ropa del joven, que estaba muy maltratada no engaña a nadie con eso, a simple vista podían deducir que no tenia dinero, pues eso, el dinero que robaban no alcanzaba para comprar nada mas que agua. Entonces para poder efectuar su robo tenían que primero robar ropa, que era algo mas simple, pues había persona que los colgaba para secarlos, pero para esto tenían que ir a la "ciudad", el lugar donde estaban eran todos iguales o ligeramente mejor que ellos. Aunque existía el problema de las securitas de la ciudad que rondaban de manera selectiva las mejores calles de la ciudad, ignorando a las otras, también estaban en los lugares más transitados como el mercado. No era posible adivinar donde estaban pues a diferencia de las mejores calles, en las demás rondaban de manera aleatoria, eso era algo que había implementado el Jefe de securitas, pues decía que los ladrones suelen observar los movimientos para encontrar el mejor horario donde efectuar los robos, de esa manera los robos se recudieron. Para eso caminaban por los callejones buscando una buena casa o un departamento que se encuentre lo suficientemente lejos de las mejores calles y lugares claves, puntos ciegos, para ellos pasaron casi unas tres horas caminando. "¿Por qué simplemente no vamos a una tienda de ropa?" "No nos dejarían entrar, eso es lo que pasa"
Hasta que por fin encontraron un lugar donde las calles estaban vacías, así que se acercaron a un casa, para verificar que si había alguien dentro tocaron el timbre y se escondieron para observar, pero nadie salio. El joven cargo al Perro para meterlo por el ventana que servia para iluminar la casa, cuando el Perro ingreso abrió la puerta. Después de eso salieron muy distintos, el joven se encontraba con un traje casual, mientras que el perro llevaba una gorra y unos lentes, para que cuando robasen las personas culpen al perro con lentes y gorra, pero el se los quitara después del robo, lo mismo con el joven, un plan maestro, sin huecos. Ahora con los preparativos caminaron sin temor hacia su objetivo. Rabian que dentro solo estaba una persona un señor de mediana edad y esperaron que todas las personas que compraban se retirasen para que así fuera más fácil y menos personas presencien el acto.


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