Adelantado a su tiempo

Todos decían que era acelerado, obsesionado y a la vez temeroso por el futuro, obsesivo en un grado máximo, marchaba presuroso por las calles antes de salir de casa, respondía a preguntas que aún nadie le había hecho, saludaba un día antes de cada cumpleaños, atendía antes de que lo llamaran, ensayaba reuniones aún no programadas y ganaba discusiones que aún no se habían llevado a cabo. Corrió antes que caminar y caminó antes de llorar, juzgó antes de mirar, amó antes de conocer, olió las flores antes de que abrieran y vio amaneceres a medianoche.

En su prisa cruzó puentes sin construir, clamó de dolor sin ser herido y se vengó sin llegar a ser traicionado, reflexionó antes de haber hecho, se decepcionó sin haber confiado, aprendió lecciones antes de recibirlas y se quebró sin haber estado completo.

Él mismo decía ser un adelantado y siempre enfocado, orgulloso de ello, procesó antes de consumir, habló sin haber pensado, dejó sin haber tenido, ganó y perdió sin haber jugado, supo finales sin haber empezado, llegó a metas sin participar, erró sin haberse arriesgado y murió antes de realmente haber vivido.