El elixir II

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El dia continuo y Antoine observaba fijamente la pequeña ampolla en la palma de la mano.Dudando si probar el elixir o no.Derrepente escucho la voz de Jean que se acerco a su puesto.Jean lo consideraba su amigo, Antoine incapaz de decirle lo que pensaba realmente, seguia el juego a aquel fanfarron.

-Oh mi querido Antoine. Fijate, el hombre mas rico de este mercado y aqui solo.No todo es el dinero, ¿eh amigo?.Yo soy tremendamente feliz y me encanta mi trabajo.Al fin de alcabo estamos rodeados de las mujeres mas bellas de Francia, ¿no crees?.Valor Antoine, la mujer es un animal caprichoso, y hay que darle en el gusto.Un buen vino, eso nunca falla.Claro que tu, mirate.No Antoine, no sueñes.Dios tiene un plan para cada uno y el tuyo me temo que tiene que ver con el dinero y no con las mujeres.No se puede tener todo ,amigo mio.

Y rio con fuerza descomunal.Algunas mujeres le rieron la gracia alrededor.

No existia pintor capaz de atreverse a retratar el odio que reflejaba la cara del tendero.Antoine se introdujo bruscamente en la trastienda y bebio la pequeña ampolla de la bruja.

A Antoine le fue imposible decir si aquel brebaje milagroso le habia producido efecto alguno.El caso es que no habia sentido nada.Tal vez penso que tras la ingesta de la misteriosa pocima , su contenido magico desparramaria por sus venas un poder vigorizante que le cambiaria de arriba a abajo, que sentiria un sol naciente bajo su pecho henchido de un redescubierto orgullo por si mismo, una nueva voluntad de hierro tallada a golpe de la determinación que siente uno cuando decide forjar su propio destino.Pero no fue asi.De hecho, si era posible, se sentia aun un poco más desgraciado. Maldijo a la bruja, en el rincon más oscuro de su tienda, mientras contenia una lágrima y arrojaba la ampolla lejos de si.

Entonces vio a Marie pasar delante de su puesto, a penas la visión fugaz de un angel al atardecer.Durante unos segundos el tiempo se volvio más lento y el pudo ver los ultimos rayos de sol atrapados en aquel cuerpo, como un estallido incandescente de pura belleza cristiana, como aquellas hermosas santas llenas de luz que estaban atrapadas en las vidrieras de la catedral.Y a la vez era una oscura mordedura en el alma de Antonie, una angustia ponzoñosa que le hacia consumirse como un miserable pecador en lo más profundo de los 7 infiernos de Dante.

Tal vez vosotros seais afortunados,gente normal e incluso un poco atractiva, que en más de una ocasión habeis notado como despertabais el interes del sexo opuesto.Seguro que recordareis como alguna vez, o incluso más de una, alguien se os acerco atraido por el encanto que irradiais incoscientemente y os habeis regocijado en la certeza de que , en cierto modo, sois bellos para otras personas.¿Y no os habeis parado a pensar como sera la vida de aquellos que no han sido agraciados con ese don?.La existencia de estas almas penitentes se apaga lentamente como una luz fatigada.Y la amargura crece, en su interior, cual mala hierba mientras el acido del deseo inancanzable moja sus labios.Entonces Dios, que algunos creen que es un ente misericordioso, les hace el peor de los regalos.Dicen que cuando perdemos un sentido, como la vista, desarrollamos de un modo extraordinario el resto.Y Asi ocurre con los No Queridos, pierden el amor correspondido,pero a cambio el Todo Poderoso les obsequia con una sensibilidad extraordinaria para la belleza.No solo la reconocen en todas partes, la ven crecer y morir, posarse en los ojos de algunas personas, resplandecer en primavera.Pero en vez de recocijo, sienten amargura.Una vez conoci a uno de estos seres desgraciados.Y oi que le decia a otro a la vista de un hermoso campo de almendros en flor:" si no te conmueve la belleza de lo que estas viendo, deberias arrancarte los ojos". A si de terribles son. Y os cuento esto para que os deis cuenta de cómo sufria Antoine y que era aquello que le removia el interior.

La ultima luz de la tarde se fue y con ella la divina aparición de Marie. Antonie recogio su puesto envuelto de oscuridad y silencio, y volvio a su casa.

Aquella noche tuvo sueños realmente extraños.Soño que estaba dentro de la catedral y que las luces de colores de las vidrieras bañaban los azulejos del suelo por todas partes.El caminaba hacia el altar y un polvo dorado caia de las bovedas. Al pie del altar encontró a Santa Barbara,vestida de blanco.Sostenia una palma en una mano y una pequeña torre de piedra en la otra.Su cabello era dorado como un campo de trigo y caia lacio sobre los hombros, vestia un paño blanco radiante que con dulzura cubria sus recatadas curvas.Una mirada de un intenso azul como el mar se clavo en lo mas profundo del alma de Antonie.Ella sonreia y parecia decirle : "no te preocupes, todo va a salir bien".

A la mañana siguiente Antonie se desperto de un extraño buen humor.A lo largo del dia despacho con una gracia maravillosa de la que solo fue consciente la gente que le rodeaba. Algunas señoras comentaron entre si:

-No esta algo mas guapo Antoine?

Y asi fue como sellaron el pacto, y Antoine obtuvo el elixir.


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