El elixir III

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El, curiosamente, dejo a un lado sus preocupaciones habituales y aquellos complejos que le perseguian desde la niñez y abandonado a una extraña euforia fue regalando encanto y sonrisas a toda aquella mujer que se acercaba.Solo se dio cuenta de que algo raro ocurria cuando derrepente fue consciente de que estaba rodeado de feminas de toda condicion y clase que no paraban de requerir sus atenciones.Entonces , asustado,reculo como una serpiente a su madriguera, es decir, al rincon mas oscuro de su puesto y observo atemorizado a las mujeres que se agolpaban en la barra. Entonces escucho una voz:

-¿No querias esto?

Y a su lado vio una cara arrugada como una pasa, y dos ojillos brillantes observandole sarcasticos.Era la vieja.

-Que..que esta pasando-tartamudeo Antoine.

-!Maldita sea.Miserable tenderucho!.-despotrico la anciana- !sal ahi fuera y seducelas!¿no te bebiste el elixir? ¿no ves acaso ya su poderoso efecto desparramarse a tu alrededor?

-No sé..

Entonces la huesudo brazo de la anciana salio fuera y atrapo la delicada mano de una distraida dama al azar, y como una araña , la arrastro hacia el interior del puesto. La joven observo horrorizada a la vieja,pero esta empujo a la chica sin contemplaciones hacia Antoine.Ella dio un traspies y cayo en los brazos de Antoine que se quedo paralizado.Ella le miro como hipnotizada, con sus labios carnosos ligeramente abiertos y dos pupilas ardientes clavadas en las aterrorizadas correspondientes de Antoine.

La vieja atrapo la barbilla de la delicada joven y giro su cabeza haciendo que la muchacha mirase los ojos de la anciana, que eran como pozos insondables.Esta le dijo:

-Eres una muchacha muy hermosa.¿Como te llamas?

-Adelie- respondio ella temblando.

-Que bonito nombre ¿verdad Antoine?.

Este apenas asintio.Se sentia profundamente perturbado mientras sujetaba el fragil y tentador cuerpo de la muchacha entre sus brazos.La bruja volvio a preguntar.

-¿Te gusta el tendero?

La muchacha le miro embelesado.

-Si. - dijo inexpresivamente.Pero no habia temor en su voz.

-¿Te gustaria hacer el amor con el?

-Claro- respondio con cierta naturalidad hipnotica.

Una risa quejumbrosa surgio de la menuda anciana. Esta le arranco la ropa a la mujer y dejo un esplendoroso cuerpo juvenil,blanco como la leche, a la vista del cada vez más conmovido tendero.Este no podia contener su deseo.Se sentia como un animal atrapado en una jaula a punto de ser liberado.

-¿A que esperas?- rio la vieja- Hazle el amor, es toda tuya.

Y asi Antoine cayo en una expiral de deseo desenfrenado y durante la tarde sedujo al menos a veinte mujeres, de las mas variadas condiciones, en la trastienda de su puesto. Al atardecer se sentia exhausto , pero pletorico.No fue consciente del momento en el que la bruja se fue. Marcho a casa feliz, se sentia completo.En su casa, en lo mas intimo de su escritorio, decidio escribir los poemas más formidables impulsado por aquel deseo incontenible, alabando a todas las mujeres de Francia, ensalzando cada una de sus gracias.Eran todas un regalo del Señor.Mañana repartiria aquellos poemas en el mercado y asi haria participe a todo el mundo de su felicidad.Sin embargo no se percato de que a diferencia de antes , cuando era un pobre infeliz, sus versos carecian de gracia alguna.Eran insipidos como una triste sopa y carentes de todo talento.De hecho, eran una amalgama de absurdas pamplinas.

Cuando por la mañana intento seducir a una nueva moza y esta le respondio el requerimiento con un tortazo, comprendio al instante que el poder del elixir se habia desvanecido. Avergonzado volvio a su escondrijo, rumiando nervioso que hacer, y permanecio alli hasta mediodia.El problema de probar la dulce ambrosia, es que ya no olvidas su divino sabor.Desesperado abandono su puesto y busco ,como enloquecido, a la bruja por todo el mercado.Llevaba el rostro medio tapado, intimidado ante la posibilidad de encontrarse con alguna de las mujeres.Y asi fue, se topo de bruces con la primera que cayo en sus brazos el dia anterior. Esta al principio le observo incredula, como si súbitamente despertase de una pesadilla.Entonces, como poseida por una extraña locura, se abalanzo sobre el y empezo a golpearle mientras gritaba:

-¿Qué me hiciste?!¿Que me hiciste??

Antoine se desembarazo de la histerica dama y huyo aterrorizado a lo mas oscuro de su tienda.Alli lloró y lloro hasta que escuchó una voz familiar a su lado:

-¿Me compraras el elixir tenderucho?-le dijo en un susurro quejumbroso al oido.

El tendero se giro derrepente y la agarro por los hombros zarandeandola.

-¿Que me hiciste vieja?¿No te das cuenta que la gente ahora habla de mi? Todas esas mujeres..

Ella le aparto de un empujon.En su cara se reflejaba cierto asco.

-Maldito desgraciado.Te doy el poder más codiciado por reyes y nobles, a ti, un miserable tendero, ¿y asi me lo agradeces?.Me voy.

E hizo ademan de largarse. Antoine la volvio a agarrar por un brazo esta vez.

-!No! - y sus ojos centelleaban- solo dime que quieres a cambio.

-¿Lo que sea?

Tras un silencio nervioso , donde se lo penso un poco, el tendero dijo casi en un susurro:

-Lo que sea..

La horrible anciana rio a carcajadas y luego callo un rato.Entonces lentamente empezo a decir:

-Veras Antoine.Soy terriblemente vieja (y no me mires con esos ojos) y se que la muerte pronto vendra a visitarme.He de reconocer que mi vida no ha sido un deshecho de buenas acciones.Si, he sido una pecadora desde el dia en que naci.El diablo me ha tentado continuamente y ni una sola vez me he resistido a su llamada.Pero ahora tengo miedo Antoine.No quiero sufrir las crueldades del infierno.Se que el Señor no llamará a su morada a este alma corrompida.Por eso voy a quedarme con la tuya tendero, porque a pesar de todo eres un hombre bueno y tu alma es limpia y cristalina como un rio de montaña.Las intercambiaremos.Asi podre descansar y tu te pudriras en el infierno.Sin embargo , hasta que ese momento llegue, y eres joven mi querido amigo, podras vivir la vida que siempre has querido.Tendras a todas las mujeres que quieras.

El vendedor, horrorizado, dio un paso atras.

-No..no puedo darte mi alma.!Jamas!


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