Deseo incontrolable.

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Subimos las escaleras. Va delante de mí, un escalón, miro su cuerpo y su vestido, mi mano se desliza por debajo deseando su sexo. Llego a él y no lleva ropa interior, sabía que lo iba a hacer. Siento su calor, su deseo. Está mojada. Deslizo mis dedos y se abre para ellos. Se para y me dice al oído: A mediodía tengo dos horas, espérame. Suena el timbre y allí está ella, tan increíblemente bella como siempre. Entra y cierro la puerta. La empujó contra la pared y noto en su vestido sus pezones erizados y duros esperando mi lengua. Se desabrocha el vestido y lo deja deslizar hasta caer al suelo, no lleva nada debajo. Apoya sus palmas sobre la pared con la espalda apoyada y cierra los ojos. Empiezo a acariciar todo su cuerpo. Sus pezones estallan en mi boca, duros como sus pechos. Le besó en el cuello y empieza a gemir. Mis dedos buscan su sexo y abre sus piernas. Me agacho lamiéndola entera. Está ardiendo y mi pene no puede más. La cojo y la llevo a la cama. Abre las piernas mientras se toca. Me meto entre sus piernas y empiezo a lamerle y a chuparle el clítoris. Se va endureciendo con el paso de mi lengua una y otra vez. Le meto los dedos y su sexo se abre cada vez más. Está mojada para mí. Empiezo a meter y sacar los dedos y ella se retuerce de placer, sus gemidos son cada vez más fuertes y su espalda se arquea de gozo. Está a punto de correrse. Me pide no parar y se los meto hasta el fondo y explota de placer. Se corre sobre mis manos y lamo su corrida. Me empuja sobre la cama y se mete mi polla en la boca. Está dura y caliente. Sabe que solo ella me hace estallar de placer. Su lengua recorre mi polla y sus manos me masturban a la vez. Quiere más y se monta sobre ella y se la mete hasta el fondo. Lanza un grito de placer al notarla dentro de sí y su pubis empieza a balancearse sobre mí. La tiene metida hasta el fondo y empuja más y más para sentirla en lo más profundo de su sexo. Su cara se desencaja y sus ojos se cierran para sentir todo el placer. Sus movimientos son cada vez más rápidos. Su respiración se entrecorta con sus gemidos, su cuerpo se estremece y vuelve a correrse sobre mí. Me mira y vuelve a metérsela en la boca. Esta vez con más deseo que nunca. Me la chupa sin parar, me voy a correr, pero continúa sin sacársela de la boca y me corro en su boca. Sigue chupándomela hasta que mi pene pierde fuerza. Se lo traga todo. Se levanta y se va a la ducha. Voy tras ella y nos metemos juntos en la bañera. Me pide más. Mi pene vuelve a reaccionar -solo ella es capaz de hacerlo-  De espaldas a mí me coge la mano .y la lleva a su sexo de nuevo. Sus pezones están tan duros como mi pene. La masturbo mientras ella me masturba a mí de espaldas. Me siento en el borde de la bañera y vuelve a querer tenerme dentro. Se vuelve a montar y esta vez quiere follarme ella. Empieza a subir y bajar sobre mi polla, cada vez más deprisa. Nuestros gemidos son cada vez más fuertes y ninguno de los dos quiere que acabe. Nuestro placer es infinito y vamos a corrernos a la vez. Nos volvemos locos de placer y nos corremos juntos. Quedamos abrazados. Yo empiezo a besar su cuello y sus labios, la acaricio. La miro y permanezco callado. Sabe lo que pienso, pero no quiere oírlo. Me mira y me dice: Lo se.


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