Experiencia en metro CDMX y presentacion.

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Hola, mi nombre es David y omitiré apellidos para evitar que personas cercanas sepan quien soy, sin embargo, si puedo dar una descripción de mí. Soy un chico de recién cumplidos 20 años, de cabello negro, ojos café, delgado y de 1.80 de estatura; vivo al oriente de la Cuidad de México y por motivos de la Universidad estoy casi todo el día fuera de casa, por lo que relatare una experiencia vivida durante uno de esos viajes.

El día comenzaba un tanto atareado ya que tenía varios exámenes ese día, salí rápido de mi casa y me fui hacia la línea A del metro. Después de un par de estaciones vi subir al vagón a una mujer de aproximadamente unos 30 años que iba acompañada de otro hombre (aparentemente un compañero de trabajo) ella era de muy buen ver; piel clara, cabello castaño, aprox. 1.60 de estatura y su blusa blanca con escote y falda negra ajustada dejaban ver su increíble figura con curvas muy marcadas. Claro que robaba muchas miradas, la mía también, sin embargo, intenté no ser muy obvio y volteé hacia la ventana (ya que yo iba recargado en una de las puertas).

Las estaciones pasaban y cada vez se llenaba más el vagón, por lo que en un momento terminamos muy juntos de frente. En esa posición yo podía ver discretamente su escote, podía ver ese hermoso par de tetas con piel blanca que tenía (además eran grandes); una estación más y su amigo tuvo que moverse a otra parte del vagón dejándola a merced de varios hombres que la veían con morbosidad. La verdad eso me incomodo un poco, además de que ella se veía un poco molesta por esos tipos que se acercaban más, entonces en un momento de sacudida yo me moví para que ella pudiera pasarse a una esquina del vagón donde yo me encontraba y estar más cómoda, le sonreí y con una seña le di a entender que ahí ya no la iban a tocar; me devolvió la sonrisa y parecía todo estar bien, sin embargo todo el tiempo anterior a eso me la pase imaginando como seria comerme ese gran par de tetas y sacarle la falda muy despacio, por lo que en ese punto ya tenía una erección muy grande que se podía notar a través de los jeans, ella se dio cuenta de eso y me dijo -creo que no solo ellos están contentos de verme- y rio, yo no supe que contestar por lo que solo reí nervioso. En ese instante una sacudida más hizo que casi cayera sobre ella, por lo que quede aún más cerca, pero no le disgustó, al contrario, cambió su actitud y me miro de una forma muy sexi que solo aumento más mi erección, me dijo -no te preocupes por eso, si quieres mejor me volteo para no molestar- al hacerlo vi su culo tan grande y apretado por esa falda; ella se acercó hacia mí y pego su culo de una forma que sentí como abrazaba mi pene con sus nalgas...se movió y froto de muchas formas, yo pase mis manos por detrás y apretaba sus nalgas mientras sentía las costuras de su ropa interior que imaginaba eran un par de cacheteros. Legamos al final de la línea y bajó sin decir nada, se fue.

El día en la facultad paso con normalidad, tenía que recoger algunas cosas después de eso por lo que al regresar tomé la línea rosa casi a las 11: de la noche. Al subir vi que en el vagón solo estaba una pareja de chicos y dos señoras más, una estación más adelante bajo la pareja y subió la persona que menos esperaba: la mujer de vi en la tarde. Ella al verme soltó una pequeña sonrisa y se quedó de pie a unos metros de mí; yo al recordar lo de horas atrás volví a tener una erección que prometía aumentar, ella iba de espaldas a mí pero podía ver que me miraba a través del reflejo en la puerta y esta vez yo no me limitaba a verla bien. No podía dejar pasar la oportunidad y estaba decidido a hacer algo, por lo que me acerqué a ella por detrás en el momento que me echó una mirada pícara y le dije -bajas hasta el final, ¿cierto?- ella pego su culo en mí y dijo -sí, tenemos tiempo- no esperaba que fuera tan fácil de conseguir pero ella volteo y se acercó para besarme en la boca, obviamente conteste el beso, fue muy largo y ella usaba muy bien su lengua; llegamos a otra estación y las señoras bajaron, eso fue increíble porque los besos fueron más ricos, ella tocaba mi pene sobre los jeans, yo sus nalgas y su tetas las frotaba muy rico, desabotone la blusa y baje su bra para ver sus tentas con una pezones rosados super ricos los cuales yo chupe y mordí sacándole gemidos y haciendo que me apretara más la verga. Metí mi mano bajo su falda y sentí que su vagina estaba ya algo mojada, me propuse a mojarla más y con mis dedos la frote sobre sus panties, después la hice a un lado y sentí que su clítoris estaba muy duro, lo acaricié de una manera que se estremeciera y mi diera más gemidos. Llegamos a otra estación, nadie subió y supimos que teníamos más diversión. Siguieron los besos y por obra de la buen suerte el metro paró a medio túnel antes de llegar al final de la línea, tenía que aprovechar eso así que desabroché mi pantalón y por fin pude liberar mi pene. Ella lo vio, dijo -sabía que lo tenías muy rico- y sin más se agacho para darme una de las mejores mamadas: la tomaba desde la base, la lleno de saliva en la punta y la metió despacio a su boca, con la misma mano me tocaba los huevos y con la otra intentaba masturbarse. Sentía que no teníamos mucho antes de que volviera a avanzar el metro, así que de mi mochila saque un condón y se lo mostré (casi siempre cargo con un par de condones en mi mochila, por si acaso) ella me dijo que si puso de pie, me puse el condón y me senté en uno de los lugares... gracias al cielo ella llevaba falda, yo la levante y vi que en efecto, llevaba unos cacheteros hermosos, se sentó y metí mi verga de golpe ya que estaba en extremo caliente, ella se movía riquísimo y sentir y escuchar su culo rebotando fue de lo mejor. El metro avanzo y fuimos más rápido, seguía masajeando su clítoris hasta que dio un gemido muy fuerte, eso me hizo acabar en un orgasmo increíble, al quitarme el condón ella me limpió con su lengua y en segundos quedamos listos para salir como si nada hubiera pasado. Le dije que estuvo muy rico y esperaba verla pronto, me dijo que igual se le antojaba repetirlo y que frecuentaba esa línea a esa hora. Por último, me dijo que saliéramos separados y así lo hicimos, al final solo la vi voltear a verme con esa mirada pícara.


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