EL DESTINO INEXORABLE

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
732 visitas

Marcar como relato favorito

 

  Yo desde mi juventud fui y soy estudioso de Ciencias Ocultas, Astrología y otras culturas y estoy convencido, todos tenemos un destino Hay un refrán que dice NADIE ESCAPA A SU DESTINO Esta comprensión me fue muy útil cuando ya llegué a la mitad de mi vida y pude entender que muchos de mis fracasos y malas experiencias que me costaron esfuerzo, dinero y pérdidas de todo tipo y parecían inexplicables en ese momento, se debieron a mi imposibilidad de reconocer y aceptar mi destino trazado,

  En un momento tuve que realizar un viaje de trabajo a la Gran Bretaña pero el avión no llegaba a Londres, así  que teníamos que hacer escala en el continente, en este caso el avión terminó el viaje en el aeropuerto  de París, y al día siguiente partimos a Londres en un avión pequeño bimotor para 20 pasajeros. El día estaba nublado, ventoso, llovía, era frío y desagradable y yo iba pensando era mal augurio, pero dije “A mal tiempo buena cara”. El viaje fue accidentado, el avión saltaba y se movía y los veinte minutos de vuelo a los pasajeros se nos hicieron eternos, incluso hubo algunos gritos sordos… pero aterrizamos sin novedad. Fue realmente horrible estar en aire impotente y solo encomendado a Dios.

  En un momento se oyó la voz del comandante que dijo “Por razones técnicas aterrizaremos en el aeropuerto de Stanted. Yo no tenía la menor idea donde estaba ese aeropuerto sin hablar el idioma  pero sabiendo las distancias son chicas, no me preocupé. Llegamos, aterrizamos, hice trámites de aduana y salí a la calle, la mañana estaba fría, nublada pero sin llover, no había nadie a quien  preguntar y alguien me indicó a 20  metros estaba el poste de la parada del ómnibus (que ni siquiera sabía dónde iba) y resignado me moví a la parada con mi valija.

  En ese momento en mi mal inglés me crucé a una joven de unos 25 a 30 años, la única persona visible y le pregunté cuanto tardaría el bus, le explique quería llegar a Victoria estación y esperaba el bus me acerque a la estación de tren.   Me contestó --- en 10 minutos termina mi turno y si quieres te acompaño, pero creo no hay tren a Londres este día y hay que averiguar  --- Y agregó sonriente  como al pasar --- “You are a good looking man” (eres un hombre interesante y elegante) si quieres te invito a casa a pasar la noche y mañana te acompañaré a tomar el tren -

  La verdad quedé muy sorprendido y sin saber que decir, la situación era insólita, surrealista, y en un momento tuve un dejo de preocupación, pero parecía sincera y amigable y deseosa de complacerme, lo que terminó de convencerme, pero tenía que cuidar mucho mi comportamiento… por las dudas, estaba en un país extraño. Como era mediodía llegó el bus repleto de niños con guardapolvos blancos, el ambiente era festivo y Leslie me hablaba sin parar. Después de un trecho bajamos del bus a una parada que estaba a una cuadra de su casa,  y me dijo, espera voy a comprar una botella de aperitivo, fue al quiosco y se trajo una botella que abrió tomó un trago y me ofreció, yo tomé algo pero solo para complacerla, recuerdo en ese momento tuvo un escalofrío y exclamó, ¡How frozen is it!! Por primera vez la miré y la observé con detenimiento, era lindísima,  alta digamos mínimo 1 70, rasgos regulares, ojos marrones, delgada, espigada, buenas piernas, blanca, cabello casi negro, vestía casi de verano sin medias, (cosa que observé en Europa, cuando hace frío las mujeres se abrigan arriba y usan zapatos abiertos sin medias), realmente un conjunto muy agradable.

  Me dijo --- Tomemos un taxi hasta la estación del. tren que está algo lejos, aquí cerca hay una parada de taxi – Yo asentí y tomamos un taxi y en pocos minutos estuvimos en la estación. En la ventanilla me informaron amablemente el tren a Victoria station pasaría dentro de tres horas. Nos sentamos un momento en un banco de madera de estación y me dijo si yo aceptaría esperar en su departamento. Yo dudé pero al fin acepté. Volvimos a tomar un taxi de vuelta y llegamos a su casa. Me dijo invitó a pasar a su departamento de primer piso por escalera, con un vestíbulo de estar con sofá, TV y adornos, cocina eléctrica, baño y dormitorio, todo con calefacción y temperado.

 Me invitó a almorzar, recuerdo me ofreció si quería liver, que después de mucho dialogar entendí era hígado, pero rehusé pues había comido mucho en el avión. Seguimos conversando sentados en el sofá, en un momento me besó (ella)  en los labios e introdujo su lengua en mi boca,  siempre sonriendo  y riendo, fueron varios escarceos en los que no supe realmente que hacer, en un momento me besaba, en otro me rechazaba, en un momento me sentí molesto y pense, mejor me voy a la estación o perderé el tren y en otro me refugiaba en el calor de sus brazos, hasta que después de una hora o más decidí, la situación no daba para más y al otro día tenía que trabajar por lo que debía ir a la estación urgente.

  Me levanté le comunique que me iba, y su semblante cambió instantáneamente, comenzó a sollozar tanto que tomé mi valija y mientras bajaba apresuradamente la escalera escuché claramente sus gritos “I hate you míster XX”, y salí corriendo (Pensé, espero no llame a la policía) y corrí las diez cuadras desiertas, que me separaban de la estación de tren. Al llegar sofocado, compré el boleto y me senté a esperar en el mismo banco en el cual horas antes estuve sentado con la hermosa figura de Leslie que me sonreía amable y sugerente cruzando sus hermosas piernas.

   Y maldecí mi destino, me di cuenta somos sombras a las que nos dan mendrugos de felicidad, los que luego nos cobran a pecio de oro.

 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed