Impresentable

- Mira con disimulo a la mesa del fondo, está Laura - me dijo Eduardo.

Eran las diez de la mañana y ella estaba almorzando con tres jóvenes que por supuesto eran impresentables.

El día anterior Marcos, el encargado, le dijo que por qué iba con esa gente y le propuso presentarle jóvenes de acorde con su valía.

Todas las mañanas, después de cargar el camión, Eduardo y yo solíamos almorzar en el  "Rojo y Negro".

Hacíamos el reparto, comíamos donde nos pillaba y volvíamos a la agencia para descargar los palés y la mercancía devuelta, aunque si no había demasiado trabajo, me dejaba en casa y se iba él solo.

Sin embargo, desde hace dos semanas,  le insistía en acompañarle a la agencia para descargar yo el camión, mientras el hacía el papeleo correspondiente.

¿Por qué?

Era claro, había una nueva chica en la oficina, era Laura.

No sé si Marcos le presentó a jóvenes adecuados.

A mí no me la presentó.

Soy impresentable.