La hermosa solidaridad entre mujeres

Por
Enviado el , clasificado en Reflexiones
795 visitas

Marcar como relato favorito

Ese día mi jefa necesitó de mí más tiempo de lo acostumbrado. Al final terminé el trabajo que me había encargado y quedó contenta con él. Sin embargo cuando salí ya era tarde. En la calle me puse a esperar el bus en la esquina como solía hacerlo.

Esa zona de la ciudad siempre fue algo peligrosa. Hace poco había visto correr en grupo a varios delincuentes, escapándose de los patrulleros de la policía que los perseguían con ahínco.

Estaba insegura si vendría el bus tan tarde. Cerca de la estación estaba también una señora que esperaba. Poco después ella empezó a llamar a los taxis que muy esporádicamente pasaban por allí. Uno que otro se detenía pero no se decidía a tomar uno y es que es costumbre aquí convenir el precio antes de aceptar el viaje.

Como yo era relativamente nueva en esa zona le pregunté a la dama si aun pasaba un bus. Ella me dijo:

—Sí, tarda algo pero aun pasan a esta hora.

En eso se detiene un taxi y, después de acordar con el chofer, decide subir, pero  en el asiento del copiloto. Algo inusual pues la mayoría de las mujeres suben al asiento posterior. Y estando dentro, a través de la ventana me dice:

—¡Sube!

Yo titubeo un poco pero ella continúa:

—Te doy un "aventón".

Sin pensarlo más veces subo. Y ya en el interior ella me dice después que el chofer puso a andar el vehículo:

—¿A dónde deseas ir?

—¿A dónde va Ud.?

—Yo voy por toda la avenida J. Prado —me contestó.

Esa avenida es una arteria de la ciudad y era justamente la dirección por la cual iba el bus. Así que le dije que bajaba en la intersección con la avenida de los aviadores. Y efectivamente, me dejó ya mucho más cerca de casa.

Sé que fue arriesgado subir en un taxi con personas desconocidas, pero mi intuición no me falló. El semblante de la señora no me engañó, porque mostró que fue muy solidaria conmigo en quien vio a otra mujer en apuros.

Eso es algo del mundo femenino que no suele ocurrir en el masculino con tanta facilidad. Mi alegría fue sentirme reconocida y respetada como mujer que vive en esta bella sociedad.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed