La hermosa tetona, parte 2

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Sorprendido y con la verga a reventar, me extendió su mano, diciéndome:

-Ven, valdrá la pena.

La seguí, me llevaba cual ternero al matadero.

partimos, en la penumbra solo la moto alumbraba, rodeado de árboles a lado y lado llegamos a un descampado, diciéndome:

-Apaga la luz y parquea bajo ese árbol.

Podía escuchar la música y gritos desde el rio y menos perceptible, unos gemidos cerca.

Me recosté sobre la moto, empezando a besarnos con pasión, apreté sus nalgas separándolas dejando expuesto su ano y estimulando su húmeda vagina a la que aún no había podido disfrutar, me acariciaba por debajo de la camiseta, los gemidos de otras parejas llegaban a mi oído excitándome aún más, repentinamente empezó a agacharse.

Desabrochó mi pantalón, bajando el bóxer, mi pene salió disparado en busca de atención, con los pocos rayos de luna, poco podía ver, esto hizo que mis otros sentidos se agudizaran, más aún cuando sentí su boca húmeda tragándose mi pene, el calor de su boca me hizo sentir un corrientazo por la columna, no podía ver lo que hacía, mi mente solo podía recrear la espectacular chupada que me daba con pequeños e intermitentes chupones en el glande para luego tragársela de golpe hasta donde podía mientras con una de sus manos acariciaba y jalaba mis testículos.

Ella marcaba el ritmo de la chupada, sentía como la saliva corría por el tallo de mi verga depositándose en mis bolas, para luego pasar su lengua por ellas con el particular chapoteo que se escucha cuando succionan la saliva, luego subía con su lengua para introducírsela hasta que podía escuchar un sonido de arcada.

No aguantaba más, pero no me quería correr aun, quería probar sus fluidos, me encanta chupar el culo y vulva de una mujer; así que la levante, le di un beso, sintiendo su boca y cara llena de babas mezcladas con mi lubricación y le dije:

-Es momento de devolverte el placer, te voy a dar lengua hasta que me ruegues que te la meta.

Ella solo atinó a decir:

-Hazme lo que quieras

Le di la vuelta, quedando apoyada con sus manos sobre el cojín de la moto, me pegue a su culo y besé su cuello, con mis manos baje una vez más la parte superior de su vestido y por fin tuve para mi ese gran par de tetas, no cabían en mis manos las acariciaba, llegaba a su pezón apretándolos mientras mi lengua pasaba por la parte trasera de su oreja.

La incline un poco más hasta que sus tetas quedaron recostadas sobre la moto, ahora si me arrodille subiendo su vestido que quedo totalmente enrollado en su cintura, pude sentir ese olor a hembra en celo, baje el panty, separe sus nalgas y hundí mi lengua en su ojete; ese sabor a almizcle con sudor me encanta; ella dio un respingo acompañado de un gemido así que comencé a empujar mi lengua a través de su orificio, ella abrió más las piernas y empino más el culo dándome acceso total a su área de lujuria, cada vez que forzaba mi lengua a entrar a su ano ella emitía un gemido.

Me apodere de su encharcada vagina, metí mi mano entre sus piernas y pude sentir una frondosa mata de pelos, tenía el chocho más peludo que había sentido en mi vida, busque su clítoris el cual empecé a masajear, mientras mi dedo pulgar entro en su vagina completamente húmeda y caliente, con una mano mantenía abierta una de sus nalgas mientras mi boca se compartía entre ano y vulva, podía sentir como sus jugos corrían por mi mano, como sus gemidos aumentaban su frecuencia, estoy seguro que se escuchaban por encima de los de las otras parejas; aumente mi velocidad hasta oír un grito ahogado entre dientes, una cantidad de líquido caliente en mi boca y mano, sus piernas temblorosas, las cuales cedían bajo su peso, fue acomodándose hasta quedar con las rodillas en el piso y su cuerpo semiflexionado apoyada aun sobre la moto y respirando agitadamente.

Con ella en esa posición, me levante, la agarre del pelo y busque su boca, sin decir nada, tragó mi pene con una intensidad y ternura, como agradeciendo el orgasmo que acababa de tener, volví tras ella, busque un condón que tenía en mi pantalón, lo puse rápidamente, metí mi mano una vez más en su vagina percibiendo su lubricación, con mi mano empapada, lubrique el condón, abrí sus nalgas con mis manos, restregué mi verga por su humedad entre su vagina y su ano, repetí el movimiento varias veces, ella movía su culo de adelante hacia atrás como buscando ensartarse sola, hasta que escuche,

-por favor métemelo ya-,

Así que se la metí, con lo mojada que estaba hundí hasta el fondo hasta sentir lo que seguro fue su cuello uterino, oí un “aghhhhhh que rico” que salió de su boca, empecé un mete y saca frenético, con mi orgasmo frustrado de toda la noche, en la oscuridad se oía el ¡¡¡¡plasplasplas!! De mi pelvis contra sus nalgas, así como el ¡¡¡¡chofchofchof!!!! Que producía su humedad cuando mi miembro entraba y salía de ella.

Seguí bombeando por al menos 10 minutos, ella gemía ya descaradamente sin importarle que las demás parejas nos pudiesen escuchar, me aferraba de sus enormes tetas, las apretaba, pellizcaba su pezón, la cogí del pelo y lo use para darle ritmo a mi mete y saca, con la mano libre le daba nalgadas, en un momento toque su ano con mi mano libre y sentí que su humedad se había regado por esa zona, así que aproveche y metí mi dedo pulgar, ella emitió un pequeño grito pero no dijo nada, lo hundí un poco más, podía sentir mi miembro y mi dedo juntos, separados por la delgada piel que divide ano y vagina, hasta que llegó el momento, aumente la velocidad de mis embestidas, ella aumento el volumen de sus gemidos y escuche un fuerte grito, sentí su cuerpo tensándose, sentí que me corría, así que saque mi verga con rapidez, quite el condón y comencé a correrme en chorros que seguramente cayeron en su pelo, su espalda y sobre la moto, fue una corrida larga, quede exhausto, con los ojos cerrados apuntando hacia la luna que nos había acompañado en este salvaje encuentro, sentí un ruido, abriendo los ojos pude ver por lo menos la silueta de una pareja que seguramente atraída por los gritos y gemidos nos estuvieron observando.

Con el pantalón en mis tobillos, la levanté, sus piernas temblaban, la besé, al abrazarla sentí los restos de semen en su espalda, sus pelos haciendo cosquillas en mi muslo, subí su vestido y su panti, sin decir una palabra nos subimos a la moto, cuando encendí las luces, pude ver las siluetas que nos expiaban corriendo medio desnudas a esconderse, le pregunte si volvíamos con el resto del grupo y me respondió que se quería ir a dormir, así que regresamos al pueblo, la deje en su casa, me dio un beso y se despidió, en su espalda y pelo pude ver los restos de semen seco.

LUEGO DE UNOS DIAS, NOS VOLVIMOS A VER?


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