Si no te vas a quedar

Mi amor, si no te vas a quedar, vete lo más silencioso posible. No hagas mucho ruido al salir de la cama ni intentes besar mi frente por última vez, si te vas a ir, hazlo bien y sin detenerte a pensar en mí que para eso ya es muy tarde. No pretendo retenerte, no quiero que estés conmigo sólo porque albergas la esperanza de que todo vuelva a ser como antes, ambos sabemos que no tendremos de nuevo aquel amor vibrante que nos caracterizaba. Nuestro amor se fundió y se congeló, lo que sea que quisiéramos rescatar, ya está en el fondo del universo, ahí donde ni tú ni yo podemos alcanzar aunque metamos todo el cuerpo. Hemos dejado de ser quienes éramos.

No te pongas demasiado triste, esto sólo significa que ya no somos los mismos y que, de algún modo, hemos evolucionado como seres individuales. Si no estuviéramos creciendo como personas, dejaríamos avanzar esta relación hasta destruirnos con cada cosa que hacemos o no hacemos.

No creas que es fácil, y lamento que todo lo que digo suene así de sencillo, pero en el fondo yo estoy marchitándome. Me cuesta trabajo no levantarme de la cama para impedir que te vayas, tengo que aguantarme el deseo de abrazarme a tu cuerpo para rogarte que te quedes y convencerte de que existen miles de posibilidades para continuar como uno solo. Sin embargo tengo claro que ya hemos elegido entre las miles de posibilidades: elegimos ir por caminos diferentes.

Te llevas de mí hasta lo más oscuro, yo me quedo con lo más profundo de ti. Somos almas jóvenes, teníamos mucho que ganar y mucho que perder. Hoy nos tocó perder, pero te aseguro que pasado el tiempo echaremos un vistazo a nuestro adiós y reiremos con nostalgia sabiendo que todo pasa, que el amor no es eterno como el dolor tampoco lo es.