LA CUEVA

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He leído en revistas y he visto en programas de televisión que hay personas que durante un periodo de tiempo no saben lo que ocurrió en su vida. Recuerdo que tuve dos ataques epilépticos, uno cuando tenía 3 años y otro cuando tenía 11 años. Tras ambos mis padres me llevaron al médico, me hicieron pruebas y me dieron medicación. A los tres años de tratamiento me la quitaron.

Hubo una cosa intermedia, en la que desconozco que pudo pasar, debía ser 1982. Recuerdo que estaba viendo la televisión y de repente me quedé inconsciente. No recuerdo bien, pero pienso que veía luces azuladas y tenía una sensación agradable como un sueño muy profundo del que de repente me despierto y no puedo moverme. Esto es más desagradable, quiero levantarme, pero no puedo. Poco a poco voy recuperando el movimiento y al final con mucho trabajo empiezo a caminar tambaleándome. Voy al negocio de mi madre, una ferretería, quien al verme en este estado se asusta, pero no me lleva al médico al no saber que había ocurrido.

Fui a un homeópata, le comenté esto y me preguntó sobre si tenía la sensación de salir del cuerpo. Yo le dije que no. A partir de ahí empecé a usar gafas, tenía dolores de cabeza frecuentes y sangraba mucho por la nariz. Desde esta época dejé de relacionarme con la gente.

En mi habitación, un día mi madre vio a una persona que luego se desvaneció, aunque era de madrugada, por lo que lo más seguro es que fuera una sombra. Lo que si ocurrió es que una noche empecé a caminar dormido hasta que me despertaron mis padres estando yo en una especie de sonambulismo

Sobre lo mencionado, añado que después del tercer ataque epiléptico, que debió de ser en invierno, me relacionaba normal con la gente, tenía amigos en el colegio que me invitaban a ir a sus casas. En verano fui de vacaciones a España y también me relacioné bien con mis primos y sus amigos, algunos mayores que yo.

Ese verano mis padres me llevaron al médico por los ataques y me pusieron medicación antiepiléptica. Respecto a la tirada de tarot la carta del ermitaño puede ser positiva de interiorizar para conocerse o negativa si se llega al aislamiento, en mi caso puede ser negativo.

Mi amigo hizo el comentario de que si tuviera otra vida en el pasado sería un ermitaño que viviría en una cueva en la montaña. El último día que pase en España, mi primo y sus amigos propusieron hacer una excursión a un lugar que diera miedo. Pensábamos en ir a una cueva o a un túnel del tren que debía medir aproximadamente un kilómetro. Al final nos decidimos por el túnel, ese día lo pasamos bien y mantuvimos una conversación agradable.

Íbamos por la vía del tren cuando llegamos al túnel que estaba a unos 5 km del pueblo donde vivía. Al principio como estaba oscuro teníamos algo de miedo, pero al final tuvimos valor y atravesamos todo el túnel. Al día siguiente me marché a México. Allí empecé las clases de Secundaria en el Colegio Boston y comencé a notar cambios como que empezaba a aislarme y a hablar menos.

He leído en Internet que durante el periodo en el que eres ermitaño lo mejor es no arriesgar y ser prudente. Yo tengo la sensación de que me observan y pienso las cosas antes de hacerlas.

 Esa sensación a veces se incrementa ya que en una ocasión en un parque una persona que no conocía me dijo si era de Ourense. Yo le dije que como lo sabía y ella me contestó que era bruja. En el trabajo alguna vez llamaron por teléfono preguntando por mí y diciendo que no podían dar su nombre.

A muy pocos kilómetros de Boston está Salem, conocida como la ciudad de las brujas.


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