OTRO AMOR/En Clave Literaria/Sección Romántica

OTRO AMOR

Este es otro amor, no por el contenido de su historia, ni por ser diferente, simplemente dos personas que se quieren y lo hacen de verdad.

Su historia es igual a la de muchas otras, pero con aquel motivo que mueve los amores, los cariños verdaderos y que no necesitan de ataduras burocráticas para sobrevivir.

Fue la pareja menos convencional junto con su amor del siglo XX

Un amor tan profesional que su pasional romance se basaba en la igualdad, ni hombre ni mujer, dos seres a una que se amaron dejando cada cual su espacio al otro.

Él, escritor de renombre no publicaba nunca si su compañera no leía el escrito, ella le corregía y criticaba antes de hacerlo visible para sus lectores.

Todos los días leían juntos y debatían sobre sus ideas cada vez que se veían. Su unión duraría cincuenta años, aunque su convivencia resultaba fácil al ser a temporadas.

Los que les conocieron allá por los años setenta, decían de ellos que se quisieron a su manera, su amor no fue otro que el marcado por la diferencia.

La fascinación, la admiración que ambos dos sentían era suficiente para que en cada encuentro o periodo en el que estaban juntos, fraguaran la complicidad y se amarán durante tanto tiempo. Dándose al unísono el espacio que cada uno y su relación de pareja necesitaba.

En todo aquel período de tiempo, que fueron muchos años, ella y él tuvieron otras relaciones que consentían pues así lo habían hablado. Una tolerancia basada en la verdad y el respeto.

Mientras él reservaba el mediodía y la tarde para ella, las demás horas las dividía entre otras mujeres.

Ella la filósofa, la amante y amiga del otro filósofo tuvo dos amantes, dos hombres que también eran escritores.

Su amor fue muy cuestionado en aquellos tiempos en los que no se veía bien no estar casados y mucho menos tener una relación abierta como la que tenían ellos.

Ahora que los conocemos un poco más, pues eso me ha ocurrido a mí que desconocía muchos de estos datos, desvelaré sus nombres.

Él fue Jean Paul Sartre y ella Simone de Beanvoir.

Ellos, esta pareja que seguro sirvió de ejemplo para muchas otras compuestas por hombre y mujer o tal vez por otras del mismo género.

Fueron dos pensadores de frases, filósofos humanistas y escritores ilustres que dejaron su literatura para el mundo.

Recordando con su libre relación la tolerancia que hay que mantener en la pareja, en ese aspecto de abrirse y dejar libertad al otro; y en cualquier otro tema que involucre dos opiniones diferentes.

Tras morir uno de ellos sería inevitable que con esa complicidad que tenían uno de los dos quedaría desolado.

Fue él quien la dejaba sola y abatida, sin consuelo quedaba, muriendo poco a poco de amor.

En el entierro de Sartre, Simone, se desmayó y tuvo que ser hospitalizada un periodo de tiempo en el que no dejó de pensar en su amado Jean Paul.

Salvando la melancolía que la abrazaba entonces por la ausencia de quien llenó antes su existencia. Simone se dedicó a escribir de los últimos años de la vida de su amor. Declarando literalmente de su relación con él, lo siguiente…

“Ha habido en mi vida un triunfo seguro: mi relación con Sartre”

Y hasta aquí escribo, seguramente él también tuvo y tendría, escritos y frases dedicados a ella a la mujer que también amenizó su vida.

Pero sin duda y siendo mujer, he de quedarme y os dejo con esta declaración de Simone de Beanvoir a su amado.

Adelina GN