PATIO DEVECINOS parte 2

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Perdona que me entrometa, pero yo te oigo expectorar continuamente.

Bueno ¿y quién no tiene alguna cosilla, con tantos órganos como tenemos?

Tienes razón, pero para eso está la Medicina, para intentar curar o al menos mitigar las dolencias.

Mira lo que te digo, para mí los médicos estropean más que arreglan.

Respeto tu opinión Jacinto, pero en tu caso yo me lo haría mirar por un especialista.

Ya sé que  me va a recetar: pastillas y jarabes que no me hacen nada salvo estropearme la tripa.

No sé, algún remedio tendrá lo tuyo, aunque sea con cirugía.

De eso ni hablar, a mi no me abren esos matasanos,  por la gloria de mi madre.

Difícil lo pones Jacinto, pero yo pensaba que querías vivir muchos años en buenas condiciones.

Eso no va a ser posible, Ernesto.

Si no pones de tu parte está claro que no, para milagros hay que ir a Lourdes.

No, si no es por la tos, si fuese por eso aun habría Jacinto para rato.

¿Cuál es la razón entonces?

La razón es ésta, señalando una bolsa de plástico que lleva en la mano.

¿Una bolsa? , ¿Qué contiene la bolsa?

Como tres metros de soga para colgar de una viga.

¿No será para lo que estoy pensando?

No sé en qué estarás pensando, pero de hecho esta conversación  ha retrasado diez minutos mis últimas voluntades.

 

Al vecino del sexto: Hola Julián, ¿qué hay de tu vida?

Siempre igual, como una noria.

A propósito Julián, que mujer más simpática tienes.

¿Simpática, dices?, será de puertas afuera, porque en casa es peor que la señorita Rottenmeyer.

No me lo puedo creer, con lo dulce que parece.

Sí, es tan dulce como un litro de vinagre.

La verdad es que siempre te llevas sorpresas, cuando menos te lo esperas.

Con decirte que nos tiene racionado hasta el papel higiénico.

¿Y cómo lo raciona?

Pues no comprándolo.

 

Al vecino del quinto Izquierda: Hola Pedro, te veo preocupado.

Preocupado es poco, estoy desesperado.

¿Qué te ha pasado?

Pues que mi suegra se ha venido a vivir  aquí.

Menuda desgracia. ¿Y cómo ha sido eso?

Porque se ha quedado viuda hace veinte días y no quería quedarse sola en su casa.

No fastidies, esa sí que es buena. ¿Y tú no te opusiste?

¿Qué si me opuse?, pues claro que me opuse .Le dije a mi mujer que o su madre o yo.

¿Y qué te dijo?

Que su madre.

Entonces ¿qué haces tú aquí?

Mira chico, mientras me pongo a buscar un piso que no puedo pagar, aprendo a cocinar, que no sé hacer una tortilla francesa, me pongo a limpiar, hacer la colada, planchar, comprar la comida, etc. no me quedaría tiempo para ir al trabajo, a menos que me levante a las cuatro de la madrugada, con lo que a mí me gusta trasnochar y vivir cómodo.

¿Y en qué ha quedado la cosa?

En resistir, yo dije que o mi suegra o yo y no me desdigo, lo que pasa es que a lo mejor la cosa se alarga un tiempo.

 

Al vecino del segundo derecha: Hola Rufino, ¿sigues de soltero de oro?

¿De soltero de oro?, de paria en la India diría yo.

¿Cuéntame, que ha sucedido?

Pues que me ha tocado la lotería en especie, ya que mi hija con el marido y los tres hijos se han venido a vivir aquí.

¿Y como ha sido eso posible?

Sencillamente porque no les daban más crédito en las tiendas del barrio y en la casa no entraba un céntimo, desde que a mi yerno se le agotó el paro.

Entonces ¿tú los invitaste a venir?

Digamos que les abrí la puerta, ya que eché una ojeada por la mirilla y les vi plantados en el rellano con las maletas y el perro.

Pero les franqueaste la puerta, que es lo que cuenta al fin y al cabo.

Se la franqueé después de cinco minutos de cavilaciones, no te vayas a creer.

Supongo que tu vida ha cambiado desde entonces.

Cambiado es poco, ha pasado de ser una vida de gozoso silencio y soledad buscada, a compartir el piso con una jauría hambrienta, que se pelea y grita a todas horas, con gastos pagados.

¿Y qué piensas hacer?

Lo más sensato sería pegarme un tiro, porque la otra alternativa que sería irme de madrugada a escondidas, les dejaría en la misma situación anterior.

Bueno, no te desesperes que ya encontrarán trabajo.

Para empezar hay seis millones de parados, en segundo lugar mi hija con tres niños pequeños, poco trabajo externo puede hacer, bastante tiene con lo suyo.

Pero queda tu yerno, que es joven y saludable.

Joven y saludable tal vez, pero más vago que un mexicano sentado con el sombrero charro puesto.

¿Es que acaso no busca trabajo con diligencia?

El único trabajo que realiza y hasta lo hace bostezando, es desplazarse del sofá a la nevera a por una cerveza y regresar al punto de partida, a seguir viendo la tele.

 

Al vecino del tercero C: Hola Eugenio, tiempo sin verte y no pareces muy alegre que digamos.

Estoy yo para  alegrías, si solo me ocurren desgracias últimamente.

¿Qué te ha pasado?

Pues que mi mujer me ha dejado por otro.

Eso sí que debe doler, sobre todo si estás enamorado.

Justo lo que me ha sucedido a mí.

Y ahora que vas a hacer, así solo de repente.

Creo que no me has comprendido bien.

Hombre, si tu mujer te ha dejado, te habrás quedado solo, digo yo.

Eso es lo que no has entendido, yo estoy enamorado, pero no de mi mujer, sino de Justina que es lo mejor que me ha sucedido en la vida.  Llevamos más de dos años de puro romance y pasión desatada que ahora se va a terminar.

¿Por qué razón?, ahora tendréis todo el tiempo para vosotros dos y podréis consolidar un nido que antes no teníais.

Eso es justo lo que no quiero; en cuanto desaparezca el morbo de la relación clandestina y empiece la rutina de una vida en común, se irá todo al garete en una semana.

 

 

 

 


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