Experiencia en el metro

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Cómo era usual en ese entonces me tocaba viajar en el metro de la ciudad de México. Recorría la línea rosa para llegar y regresar a mi casa. Ese día, fue un día pesado en el trabajo, sólo quería llegar a mi hogar, aborde el metro en la estación Pino Suárez, pero como sabrán si acostumbran este transporte a las 6 pm se vuelve un caos, los aventones, empujones y arrimones se vuelven el pan de cada día, y por "los arrimones" no me quejo, la verdad los disfruto mucho, por eso prefiero entrar a los vagones de hombres.

Cuando por fin pude entrar al vagón, me fui lo más atrás posible, tal como acostumbraba siempre, pero había demasiada gente y tuve que quedarme hecha sándwich, enfrente de mi había un señor algo grande, cálculo de unos 43 años aproximadamente, debo decir que no era de mal ver, y en cuanto al chico que estaba detrás de mi yo diría que tenía unos 30 años.

Cuando me coloque en mi sitió, el señor de enfrente se volteó hacia mí, la verdad me puse algo nerviosa, mientras avanzábamos de estación empecé a sentir algunos roces de su pecho contra el mío como si estuviera desbalanceado y para detenerse tuviera que recargarse en mí, éste movimiento no me molestó en lo absoluto, incluso yo también lo hacía, después comenzó a acariciar de forma "sutil" mi mano, que jamás quité de ahí, de un momento a otro, empecé a sentir una suave caricia en mi clítoris, eso me fascinó. Siguió un rato así, tocando suave y "sutilmente" mi clítoris, abrí las piernas para ver qué hacía, cosa que entendió muy rápido, pues me miró fijamente y empezó a masturbarme por encima de la ropa, sus dedos eran gruesos y se notaba que sabía lo que hacía, acariciaba mi clítoris en forma circular, suave pero constante, me estimuló tanto que tuve ganas de gemir, estaba tan mojada y excitada que comencé a mover mi cadera en círculos de una forma lenta y sutil, aunque en realidad después me di cuenta que no lo fue pues el chico de atrás empezó a pegar su pene más y más a mí, el sentirlo tan duro y caliente, fue una experiencia demasiado excitante, hubiera deseado quitarme la ropa y entregarme a mis deseos, pero obviamente no lo pude cumplir, lo que si pasó después fue que el señor de enfrente deslizó sus manos adentro de mi pantalón y comenzó a masturbarme, mientras yo extasiada acariciaba  su duro pene. Después de masturbarme un poco así, me sintió mojada y me dijo "que rica estás", enseguida de esto metió sus dedos gruesos en mi vagina y empezó a sacarlos y meterlos hasta el fondo, mientras me decía "aprietas bien rico", estaba demasiado húmeda y excitada que no podía más, pero de pronto me saco los dedos, se los chupó y me dijo "adiós chiquita", se salió del vagón. Mientras tanto el chico de atrás metió sus manos en las bolsas de mi pantalón, comenzó a embestirme suave y lento, mientras yo seguía moviendo la cadera en círculos, cuando me di cuenta ya tocaba bajarme del vagón, así que me despedí de él, bajé del vagón caliente, mojada, deseosa de más y muy agradecida con aquellos dos hombres que hicieron de mi viaje el más inolvidable de mi vida. 

Deseo disfruten de leer este relato íntimo y deséenme suerte para que algún día pueda cumplir la fantasía de "hacerlo" en el vagón del metro.


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