Hermanadas en el amor

Por
Enviado el , clasificado en Amor / Románticos
730 visitas

Marcar como relato favorito

-Ama, dice papi que a ver si ya os has liberado de demandas y que vayamos a ayudarle a ultimar la comida.

Me río, tengo la suerte de tener la mejor familia del mundo. Ahí estaba yo delante de mi laurel respirando, estando abierta al universo y acallando la mente crítica y mi hija, con su amor incondicional y mi pareja con su amor claro y preciso en una frase me devuelven a la realidad. A veces el amor es sencillo.

Respiro y sonrío. Esta vez, igual esta vez no hay que hacer un proceso largo, no hay que hacer un aprendizaje profundo, igual es tan sencillo como reírme de todo y cantar un poco para volver a estar en mi mejor modo.

Respiro y sonrío, y noto como mi energía se enraiza, y noto como mi presencia se expande, al mismo momento soy más consciente de quién soy y de quien me rodea. En ese momento veo los petirrojos que hasta ese momento se me habían pasado desapercibidos y sonrio.

El universo es generoso y yo vivo en abundancia, solo tengo que darme cuenta y elegir ser yo misma y por lo tanto amor y felicidad.

Mi hija me mira, ha llegado después de la discusión y no se ha enterado, pero nos conoce muy bien para hacerse a la idea, además es ampliamente intuitiva y mi maestra en este mundo sobre lo que es el amor incondicional, con ella lo aprendí.

Así que al tenerla delante, me lleno de amor, es una sanadora nata y además, se ha trabajado mucho, de hecho, ha hecho de su talento natural su profesión, y no trabaja, ella es ella misma, en su mejor modo. La miro y veo un guiño incipiente, un brillo juguetón, pero cuanto quiero a esta pequeña.

-Ama, cuéntame cómo aprendiste a querernos tanto. Me pregunta.

-Pero Viviana, laztana, ¿no nos llamaba tu papi para que le ayudáramos? Me medio quejo.

A Viviana siempre le han encantado mis historietas, y nunca supe cuando dejó de preguntar para oír ella y empezó a pedir que se las contara para que yo me oyera a mi misma.

Me río, y con la risa la tensión se sigue disolviendo.

-Bueno, supongo que a tu papi no le importará mucho que cojamos algo de laurel para los invitados.

En ese momento Viviana sonríe, ya se ha salido con la suya y está encantada. Veo cómo su energía se arraiga más y se expande, y nos mezclamos y unimos todavía más, incluyendo al laurel en nuestro abrazo, lo cual hace del abrazo un momento todavía más especial.

-Vamos a mirar nuestro árbol laurel, que ramas nos ofrece para nuestros invitados. Por favor, deja tranquilos a los galtzagorris. Le digo con las cejas levantadas.

Una medio queja aparece en la cara de Viviana para transformarse en brillo gamberro. Respiro y pienso que los galtzagorris han encontrado en Viviana la horma de su zapato.

Vamos dando vueltas al árbol y buscando que ramas nos ofrece, yo, voy limpiando las hojas, para ayudarle a mi amigo el laurel a estar más limpio, es un árbol muy orgulloso y con razón, y me gusta ayudarle a estar en su mejor modo. Además, tiene cosquillas y le encanta que le toquemos con carinyo. Así que eso hago, disfrutando de la conexión con el entorno, con Viviana y conmigo.

-Fue todo gracias a Troy y Lei-Anna, tus tíos. Conocí a ambos y ambos me enseñaron lo que era amar. Lei-Anna es una mujer espectacularmente generosa, fuerte, pasional y a la vez inteligente, lo que más me parece que la representa es que a pesar de que yo estaba reactiva, y luchando en contra, ella siguió nutriéndome y enseñándome además, preparó una tarta de manzana a una amiga aun a pesar de que la amiga no se había portado muy bien con ella. Por otro lado, a Troy le dijeron que no era su trabajo hacerme entender que el priorizarme era la forma de estar más por el resto, y aun así, me ayudó a verlo y a seguir más allá.

Me paro a respirar y, mirando distraída al arbol, pienso en aquella época. Le miro a Viviana y se que ella podría contarme la historia en vez de yo a ella, y estoy agradecida a lo generoso que es el universo que me ha puesto a toda esta gente tan generosa en mi camino.

-Y eso fue solo el principio. Les conocí antes de que Lei-Anna entrara en política. Y verles como se relacionan, ha sido lo que me ha ayudado a aprender a quereros tanto. Me enseñaron a que mi valor era igual que el del resto, ni más ni menos, y esa es la lección que me acompañará siempre.

-Ver como Troy ayudaba a Lei-Anna a entrar en política, como Lei-Anna al trabajar su campaña electoral, trabajaba sus conexiones con la comunidad y como lo que hacía era enraizarse más y ayudar a que Troy hiciera lo mismo, fue un ejemplo magistral a seguir.

-Ver que cuanto mas tenia uno, mas podía dar al otro, me animaba a hacer mas y mas trabajo personal yo y a estar más por el resto, y sobretodo por vosotros, que erais mi prioridad, quería para mi familia lo que podía apreciar de la familia que Troy y Lei-Anna habían creado.

-La carrera política de Lei-Anna fue exponencial, llegando a la casa blanca, de una forma difícil de predecir, para cualquiera que no la conociera. Lo hizo como hace todo, con sencillez, con una sonrisa y acordándose de los suyos y de sus promesas. Y con Troy a su lado sonriendo y dando su apoyo y amor incondicional.

Sigo acariciando al árbol y sintiendo las cosquillas.

-Y si antes ya consideraba que Lei-Anna era una mujer excepcional, ahí fue cuando rizó el rizo. La primera vez que vino a casa, aprendió de lo importante que es para mi el laurel, como significa el reconocimiento propio del trabajo y cómo compartirlo es lo que he hecho como mi trabajo, ese es mi trabajo que no es trabajo, ayudar a la gente a que vean su valor y a que se compartan.

-Fue ella, la que volvió a hermanar ambas casas, por medio del laurel, llevó un esqueje de este árbol, y lo planto allí, de igual forma, trajo un esqueje de rosas blancas y por eso tenemos esas rosas blancas ahí, junto al laurel.

-Fue ella la que me enseñó a ser clara al hablar de mis sueños. Y con ella aprendí a amar a tu padre, diciéndole lo que quería más de él, por todo lo que le valoro, por todo lo positivo que veo en él, precisamente porque conozco su mejor versión de sí mismo. Troy me habló de los límites conectantes y tu papi me enseño a practicarlo y a practicar el amor sin demandas.

En ese momento noto como otra demanda ha caído, y mi corazón se ha hecho todavía más grande. Es como dice Troy, el amor no tiene límites. Miro al cielo y doy las gracias. En ese momento noto como la energía vibra algo diferente, es David que nos mira impaciente.

-Ya vamos. Digo.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed