LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA 2

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- Sí, es muy lógico lo que le ocurre a mi tía - digo yo-. Lo malo es que la idea romántica que tenemos de las cosas, de los demás se rompe enseguida tan pronto cuando nos tenemos que enfrentar con la dura  realidad y uno cae en un esceptismo total. Esto es lo que les ha pasado a muchos creyentes religiosos que  iban de buena fe.

Ambos nos quedamos unos minutos en silencio reflexionando  ante el problema de mi parienta. De pronto me viene una idea que podría solucionar aquella cuestión y se la comento al doctor Vila.

- En realidad mi tía tiene una carencia de amor que la ha estado mortificando durante todos estos años como le sucede a mucha gente. Podríamos localizar al actor que trabajó con ella en las películas el cual también debe de compartir los mismos valores de aquella época, y si es posible que empiecen una nueva vida juntos. Yo miro por la felicidad de ella - sugiero yo.

- Sí, quizás sería lo conveniente. Pero este hombre es probable que tenga su vida hecha. Que tenga a su propia familia.

- Bueno, por lo que yo sé este viejo actor hace muy pocos años que ha enviudado y sus hijos viven dispersos en Estados Unidos. Sería necesario saber su dirección para ponerme en contacto con él.

- Inténtalo a ver qué pasa.

Me costó bastante localizar el domicilio del querido actor de mi tía. Tras llevar a cabo varias gestiones al fin conseguí dar con él que vivía retirado en un puelecito muy pintoresco de Mallorca que estaba junto al mar.

Como es de suponer Enrique Peña, al igual que mi tía ya no trabajaba para el cine y no sentia ninguna nostalgia de aquellos dorados tiempos.

- En la vida todo son etapas, y hay que tomar las cosas como vienen - me dijo él en la terraza de su apartamento mientras tomábamos una cerveza.

- Mi tía se acuerda mucho de usted - le comenté.

- Ah, ya. Ella era una buena profesional de este oficio; una buena actriz. Nosotros éramos autodiactas, y acutábamos según nos dictaba nuestro instinto creativo. Me gustaría volver a ver a mi pareja cinematográca.

- Y a ella también le gustaría volverlo a ver. No le quepa duda.

Realmente aquel viejo actor debía de sentir deseos de volver a ver a mi tía, porque enseguida nos pusimos de acuerdo y tomamos el avión de regreso a Barcelona.

Cuando mi tía se enteró de que iba a visitarla el hombre al que tanto había amado durante tantos años, no cabía en sí de gozo y el día señalado ella se acicaló lo mejor que supo para causarle una buena impresión.

Mas cuando mi tía recibió en su casa al que había sido su galán cinematográfico, pese a que él era un sujeto que estaba en muy buenas condiciones físicas, aunque tenía el cabello completamente blanco, ella sufrió una seria decepción. Al parecer la hermana de mi padre no había sido consciente del tiempo transcurrido y todavía creía que todo seguía más o menos igual que antes.

El viejo actor le besó la mano en señal de respeto, pero obtuvo por parte de mi tía una inusitada frialdad en el trato, cosa que lo desconcertó bastante, por lo que aquel buen hombre no tardó en marcharse cabizbajo por donde había venido.

Nuevamente mi tía volvió a las andadas; es decir, pendiente de los antiguos films de su época sin querer salir al exterior. Pero un día en el que la atmósfera de Barcelona parecía estar más nítida que nunca, ella que estaba viendo uno de aquellos videos en el que aparecía su galán más seductor que otras veces, se levantó de su asiento como impulsada por un extraño resorte y se abalanzó a la pantalla del televisor.

Lo más chocante del caso fue que cuando Angelines entró en la sala donde estaba el televisor para llevarle la cena, mi tía ya no estaba allí. Era como si de pronto la tierra se la hubiese tragado.

Cuando Angelines se fijó en el vídeo que todavía estaba funcionando totamente en el aparato, grande fue su sorpresa al descubrir en el rancio celuloide a su señora en compañía del entonces joven actor. ¿Se trataba de un sueño o de una realidad?

Desde un punto de vista estrictamente racional y cotidiano aquel incidente no tiene ninguna explicación lógica. Pero todo el mundo sabe que en la Naturaleza hay muchos misterios de insospechada trascendencia.

Es muy factible que así como en el espaciotiempo del universo, según el enunciado de la mecánica cuántica en la que una partícula elemental se comporta también aleatoriamente como una onda; pues tiene una doble naturaleza de la que surge otro universo paralelo al nuestro, asimismo dichas exóticas partículas elementales vibran como las cuerdas de un violín formando unas CUERDAS que constituyen otras dimensiones espaciotemporales. Por tanto es muy posible que una de estas dimensiones espaciotemporales que son desconocidas por nosotros, crucen a nuestro planeta, la cual haya abosorvido a mi tía transportándola en un tan ilusorio como fenecido ayer, de igual modo como hay algunos puntos álgidos en muchos sitios en la Tierra en los que ha desaparecido misteriosamente gente sin dejr rastro alguno, ya que lo cierto es que en el cosmos no existe el tiempo cronológico que rige nuestras vidas.

Al menos, lo que yo deseo de todo corazón es que mi tía a la que tanto he querido sea feliz esté donde esté.

 


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