Masajes VIP

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
10353 visitas

Marcar como relato favorito

Día normal, llega un mensaje de un contacto (amigo de un ex), yo había publicado mi servicio de "masajes relajantes", pide información y se concreta la cita, llega, atractivo como lo recordaba (siempre tuve ese concepto de él), le invito a pasar al cuarto de masajes, preparo la habitación, incienso, música, etc., él pregunta si puede permanecer desnudo, debo admitir que ese cuerpo estaba más que admirable, antojable y apetecible, para mí en ese momento, era únicamente un "cliente", en fin, fue un masaje muy rico, donde mis ojos y manos fueron más que favorecidas, en ese momento, agradecía hacer ese trabajo, después del masaje, él se queda unos minutos más recostado y "platicando", yo, por obvias razones preferí darle el espacio a que se vistiera, aparte no podía verlo, creo que se daría cuenta que mínimo lo había saboreado en mi imaginación.

Después de retirarse, pocos minutos después recibo su mensaje mencionando que le agradó el masaje, pero añade si no existía servicio con "final feliz", a lo que respondí con una broma, pero no hubo ni una respuesta clara, en mi mente estaba el "claro, me encantaría", pero no hubo más, pasó poco tiempo para que hiciera nuevamente cita para otro masaje, siendo honesta, estaba inquieta y nerviosa, ese juego del masaje especial me estaba ya enganchando a una posibilidad absoluta de darle todo cuanto se le antojara, de cumplir fantasías (él y/o yo), de recrear lo que alguna vez imaginé con su cuerpo, no sabía con certeza si él estaba tan ansioso como yo o para el era algo normal, anteponiendo la "amistad" que tenía con alguien de mi pasado, me contuve una vez más en la segunda sesión, él se mostró muy dispuesto pero está vez en verdad hice un gran esfuerzo por no pensar en algo sexual, ganas no me faltaban, quise besarlo, desnudarme y hacer de su cuerpo y el mio la más profunda pasión y locura sexual (aunque para mi, en ese momento seguía siendo prohibido), él con un poco de "sí o no", pero tampoco fue claro, ni tomó iniciativa, quedó "satisfecho" una vez más por la relajación y esta vez no quedamos tan pronto como me hubiera gustado, sin embargo, llegó la tercera cita...

Igual que la primera vez, pasamos al cuarto de masaje, le di las mismas indicaciones, y no sé por qué pero supe que este iba a ser el masaje con final feliz que estaba solicitando, hice lo propio para que eso pasara, de hecho, llevaba lencería distinta, encaje negro, aceite corporal con feromona, música diferente, incienso especial y por supuesto puse atención en la forma en la que me acercaría a tocarlo, qué partes de mi cuerpo dejaría a su alcance, decidí que ese cuerpo desnudito iba a recibir atención especial, sí o sí, empezamos el masaje como tradicionalmente lo hacía, pero conforme fui avanzando acerqué mis pechos a su cabeza, después a su rostro, fui respirando más cerca a él, tocando de una forma provocativa, creo que lo notó de inmediato, buscó también rozar partes de su cuerpo conmigo, buscando mis pechos y pezones que para entonces ya estaban duros y erectos, me esforcé en acariciar sus piernas (deliciosas, por cierto) y tratar de subir poco a poco a su miembro, por un momento dudé, pero ya estaba excitada y con la vagina esperando que pasara algo más, sin más que decir, empecé a acariciar su pene, sus testículos, al mismo tiempo que dejaba ir mi imaginación, empecé a morderme los labios y al notar que no hubo rechazo alguno, llevé de inmediato mi boca hacia su falo, empecé a darle un suave pero rico sexo oral, a masturbarlo hasta que su erección estuvo perfecta y completamente lista para penetrarme, él se incorpora y me retira la ropa, mete su mano buscando mis pechos, después su boca se abalanza a morderme los pezones, chuparme cada pecho, mientras yo me montaba en esa pene que estaba deliciosamente duro, colocada sobre él, quería que cada parte de ese miembro me tocará por dentro, que sus fluidos y los míos fueran la mejor conexión entre el placer y nuestro sexo, disfrutaba verlo tenerme y yo estaba más que dispuesta a entregarle mis orgasmos, pasamos de una posición a otra, no nos detuvimos a pensar en absolutamente nada más que disfrutar, gozar y entregarnos, al final yo terminé con el dentro mío y él terminó en mis pechos, busque su semen con mi lengua lo saboreaba y al verlo, con una enorme sonrisa dejé claro que eso alguna vez ya lo había imaginado, ser suya completamente.

Después de ese sensacional final feliz ambos nos vestimos y si algo puedo decir que fue el toque mágico, fue el beso de despedida, con el cual estábamos sellando tanto, un secreto, una amistad y un acuerdo de placer y finales felices futuros.

Masajes muchos, pero especiales con final feliz solo con él.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed