Tu continuo vicio por el sexo, despierta mis demonios más lujuriosos.

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Síiii mi amor, sé lo que te gusta y a mí muchísimo, que abraces mi muslo entre los tuyos apoyando tu concha en él y masturbarte con esos movimientos tan felinos que te caracterizan, sabiéndote buena cazadora, aferrándote a tu presa y gozarte. Y a mí saberte plena y vigorosa, ardiente y lujuriosa sin límites, yo disfrutando de tu placer, hasta que en tu ardor apasionado por el sexo y sintiendo en tu muslo el roce de mi verga, siendo como eres adicta a la felación, te pones a mi lado de rodillas, me miras y veo tus ojos ardiendo de calentura, nos sonreímos y vas en dirección a mi sexo, sabedor que te excita saberte poderosa por el placer que puedes causar en mí mientras también tú te regocijas al sentir tu boca llena de mí.

Bajaste bien la piel, la cabeza brillaba y con la lengua iniciaste un repertorio de movimientos en círculo sobre ella mientras tu mano acariciaba por la base los testículos, con esos dedos tuyos que solo saben hacer magia, lo que hace que notes como se me endurece. Con la punta de la lengua, que tan bien sabes usar, me inicias un recorrido por el tronco de arriba abajo una, dos, tres… veces, hasta los testículos que lamiste y succionabas con tu fogosidad habitual.

Tu lengua se dedicó a moverse de lado a lado y de arriba abajo justo donde estaba el frenillo; notaste que me agradó e insististe un poco más allí. Mi gozo, mis gemidos y caricias en tu cabeza te llenan de placer, mis palabras plenas de calentura hacia vos, también. 

Cercanas a mi mano, acaricio tus nalgas y entrepiernas, tu culito y vagina empapada; tu clítoris lo hice mío presionándolo en círculos y entre tus alaridos y los míos me agarraste la pija y directamente te llenaste la boca con ella chupándola, succionándola con un apetito descontrolado de gusto y deseos contenidos.  Cada vez lo hiciste más rápido, en armonía con la explosión que en tu cuerpo sentías acercarse. Tu cabeza subía y bajaba, tu mano hacía lo mismo en el tronco mientras los dedos de mi mano ya te habían penetrado en la concha y culo, masturbándote sin parar.

Hasta que explotamos y en un infinito aullido placentero, nuestros líquidos fluyeron y saboreaste mi semen, me lamiste la verga hasta dejarla brillante con tu saliva mientras yo hacía lo mismo en tu concha  que insaciable como eres, volviste a excitarte rápidamente y a endurecerse el clítoris que volví a mimar y mamar a la vez que me exigiste a gritos que  también penetrara tu delicioso culo con el dedo, mientras aullabas incandescente, tu cara refregándola en mis genitales, gozabas sintiendo tu culo abierto penetrado por mi dedo que entra y sale de él y vibras, vibras lujuriosa sintiendo como te masturbo el clítoris entre mis labios. Entonces ensalivas mi culo y me lo penetras gritándome ¡¡te cojo, te cojo, cógeme, cógeme!!

Así hasta que tus orgasmos me inundaron la boca de placeres infinitos, siempre acompañados por tus lamidas, mamadas y movimientos de tu dedo en mi culo abierto para vos.

Exhaustos de placer, te diste la vuelta y con tus hermosos senos duros y apuntándome con los pezones, me montaste y besaste, saboreando así mi semen directamente de tu boca hasta que dejaste caer tu cuerpo relajado en mí, mientras acaricio tu espalda y te susurro cuanto te amo.


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