MI HERMANA Y MI MAMÁ (1/3)

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Mi nombre es Juan y hace mucho tiempo que quiero contarles esta historia.

Todo ocurrió hace 2 años, mientras me encontraba trabajando en una maquiladora. Sucede que una analista de laboratorio se dio de baja (más adelante les platicaré más sobre ella), en ese momento mi hermana acababa de terminar la universidad y estaba en busca de empleo, de manera que hablé con mis jefes hasta que finalmente le dieron el trabajo.

A raíz de eso, ella se mudó a vivir conmigo a la casa que rentaba, nosotros somos originarios de Zamora una ciudad a 4 horas de Zapata, lugar en donde yo vivía a causa de mi trabajo.

Realmente me encontraba muy contento por su llegada, siempre me había llevado muy bien con mi hermana, quizá porque solo nos llevamos 3 años de diferencia.

Ya instalada en la casa nos la pasábamos muy bien, me daba mucho gusto volver a convivir con ella, aunque a veces no paraba de hacerme bullying debido a que la casa le parecía un poco fea.

Las primeras semanas al entrar a la maquila estuvo en capacitación para aprender todos los análisis que tendría que realizar. La capacitación estaba a cargo de mi amigo Luis, él es todo un personaje, el típico hombre que no le importa si son flacas, gordas, jóvenes o maduras, él se acostaría con toda mujer que se lo permitiera.

La llegada de mi hermana causó todo un revuelo en mi área de trabajo, ya que ella es muy linda y tiene un cuerpazo, además en ese momento tenía 22 años. Luis estaba encantado de poder pasar tiempo con ella y comérsela con la mirada cada vez que tenía oportunidad.

Al terminar el periodo de capacitación a mi hermana la asignaron a su rol de turno, en el cual le tocaba trabajar junto con Edú (mi mejor amigo del trabajo). Él desde que la vio quedó impactado, sobre todo por el buen par de nalgas que lucía en jeans ajustados, eso a Edú lo volvió loco desde el primer día.

Mi amigo es muy gracioso y una persona muy atenta, tiene la habilidad de romper el hielo de forma muy rápida y te hace sentir en confianza, así que no tardó mucho tiempo en hacerse muy amigo de mi hermana. Ella por su parte, siempre ha sido una persona muy sociable y cariñosa con sus amigos, a los pocos días de estar junto a Edú ya lo llamaba “bebe “, le llevaba de comer y le regalaba chocolatitos, Edú le correspondía con pequeños detalles todos los días. De verdad se la pasaban muy a gusto trabajando juntos.

Después de aproximadamente 3 meses mi hermana me comentó que había encontrado una casa mucho mejor y más cercana al trabajo, me propuso que nos mudáramos, la casa estaba en el pueblo próximo de donde vivíamos, pero yo honestamente ya me había acostumbrado a mi casa y no quería moverme de ahí, así que tomó la decisión de mudarse sola. La casa estaba a un lado de donde vivía Luis, por lo que serían vecinos (de echo fue él quien le avisó que la casa estaba disponible), de manera que Luis no desaprovechaba la oportunidad de visitar a mi hermana cada vez que podía.

Ella estaba muy agradecida con él por lo amable que se había portado al capacitarla, así que lo invitaba a comer frecuentemente y hasta veían películas juntos, todo esto siempre entre semana, ya que los fines de semana venía Alex, el novio de mi hermana.

En el trabajo, poco a poco la relación de Edú y mi hermana se hacía más estrecha, cualquiera que los viera pensaría que eran novios por la forma cariñosa en que se hablaban y por los detalles que tenían el uno con el otro.

Edú no perdía la oportunidad de intentar conquistar a mi hermana, pero ella de manera muy amable le hacía ver que era imposible, puesto que ella tenía novio y él era casado. Aún así, él tenía la esperanza de tener una aventura con mi hermana, sobre todo porque Luis siempre que podía le platicaba todo sobre ella, de cómo se veía con los shorcitos que solía usar estando en su casa, las tanguitas que se le marcaban a través de la ropa, la costumbre de no utilizar sostén debajo de sus blusas y hasta que había escuchado como se la cogía su novio cuando la visitaba.

En una ocasión platicando con Edú, se sinceró conmigo, me confesó que no podía dejar de pensar en mi hermana y que se lo tenía que platicar a alguien, él se disculpó también y me pidió que no me enojara por lo que me estaba contando, yo le respondí que no tenía que disculparse y que las cosas dependían de mi hermana.

Continuará...


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