Sexo con la madre de la amiguita de mi hija

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Es ahora cuando ya han transcurrido más de 10 años que me dispongo a hablar de ello.

Es ahora cuando ya han transcurrido más de 10 años que me dispongo a hablar de ello.

Durante mi periodo de vacaciones llevaba siempre a mi hija al colegio, creo que fijarse en las mamás de otros niños es normal, lo he contrastado con otros padres y les sucede lo mismo.

Había una mamá que sin ser excepcionalmente guapa si era muy simpática, me resultaba agradable unos 10 años más joven que yo.

Cuando dejábamos a las niñas muchas de ellas se reunían en una terraza cercana a tomar un café y charlar un poco. Un día me invitaron a esa tertulia y la verdad me encantó.

Me hice asiduo a ese momento de relax con ellas. En cierta ocasión, al despedirnos la madre de aquella niña me dijo si podía acercarla en mi coche a un centro comercial a comprar una prenda deportiva.

No tenía nada que hacer y le acompañé, en el momento de pasar a la caja me comentó que le faltaba algo de dinero para la prenda y sin dudarlo se lo pagué, me dijo que esa tarde me lo devolvería.

Esa tarde nos encontramos de nuevo, nos acercamos a un parque cercano, tomamos café, charlamos mientras las amigas jugaban y quedamos en ese mismo lugar a la mañana siguiente.

Al día siguiente en cuanto dejé a mi hija fui a ese parque y a los pocos minutos llegó ella. Nos dijimos que era mejor salir rápido de allí por si nos veía alguien del cole.

Subimos a mi vehículo y nos alejamos bastante, fuimos de paseo en coche al campo, desayunamos y tomamos unas cervezas. En un momento determinado me apeteció mucho besarla y se lo dije, me dijo que a ella también le apetecía. Nos besamos en varias ocasiones, nos acariciamos y nos pusimos muy calientes. Subimos al coche y tomamos una pista de tierra en el campo, en un lugar apartado paré. Y sin hablarnos demasiado solo algunas sonrisas y besos nos desnudamos y comenzamos a follar como locos, con mucha fuerza, le apretaba los pezones, le mordía el cuello hasta que gritaba de placer y dolor, tenía orgasmos intensísimos, se corría y me mojaba totalmente los muslos y la tapicería del sillón, no paraba de correrse gritaba y gemía... hasta que quedamos totalmente saciados, descansábamos  y nos acariciábamos casi sin hablar

De vez en cuando se escuchaban llamadas en el teléfono, estaba dentro de su bolso.

Al final respondió a las llamadas, era su marido, mientras ellos hablaban yo seguía haciéndole caricias, le lamia sus senos, le metía mis dedos en su vulva y ella prolongaba la conversación por puro disfrute. Se retorcía de placer. Abrió sus piernas y la penetré con fuerza, dejó escapar un ligero grito que su marido escucho y ella mintió diciéndole que se había dado con algo, seguí follando la fuerte y profundo, ella casi ni podía hablar, hacía lo que podía hasta que no pude más, saqué mi pene, se lo puse en la boca y tragó todo mi semen, con el teléfono al su lado. 

Después de aquello nos encontrábamos varias veces en semana, algunas venía a mi casa otras en el campo.

No nos queríamos, no nos amaba os, solo buscábamos sexo fuerte.

Durante mi periodo de vacaciones llevaba siempre a mi hija al colegio, creo que fijarse en las mamás de otros niños es normal, lo he contrastado con otros padres y les sucede lo mismo.

Había una mamá que sin ser excepcionalmente guapa si era muy simpática, me resultaba agradable unos 10 años más joven que yo.

Cuando dejábamos a las niñas muchas de ellas se reunían en una terraza cercana a tomar un café y charlar un poco. Un día me invitaron a esa tertulia y la verdad me encantó.

Me hice asiduo a ese momento de relax con ellas. En cierta ocasión lal despedirnos la madre de aquella niña me dijo si podia acercarla en mi coche a un centro comercial a comprar una prenda deportiva.

No tenía nada que hacer y le acompañé, en el momento de pasar a la caja me comentó que le faltaba algo de dinero para la prenda y sin dudarlo se lo pagué, me dijo que esa tarde me lo devolvería.

Esa tarde nos encontramos de nuevo, nos acercamos a un parque cercano, tomamos café, charlamos mientras las amigas jugaban  y quedamos en ese mismo lugar a la mañana siguiente.

Al día siguiente en cuanto dejé a mi hija fui a ese parque y a los picos minutos llegó ella. Nos dijimos que era mejor salir rápido de allí por si nos veía alguien del cole.

Subimos a mi vehículo y nos alejamos bastante, fuimos de paseo en coche al campo, desayunamos y tomamos unas cervezas. En un momento determinado me apeteció mucho besarla y se lo dije, me dijo que a ella también le apetecía. Nos besamos en varias ocasiones, nos acariciamos y nos pusimos muy calientes. Subimos al coche y tomamos una pista de tierra en el campo, en un lugar apartado paré. Y sin hablarnos demasiado solo algunas sonrisas y besos nos desnudamos y comenzamos a follar como locos, con mucha fuerza, le apretaba los pezones, le mordía el cuello hasta que gritaba de placer y dolor, tenía orgasmos intensisimos, se corría y me mojaba totalmente los muslos y la tapicería del sillón, no paraba de correrse gritaba y gemia...haste que quedamos totalmente saciados, descansabamos  y nos acariciabamos casi sin hablar

De vez en cuando se escuchaban llamadas en el teléfono, estaba dentro de su bolso.

Al final respondió a las llamadas, era su marido, mientras ellos hablaban yo seguía haciéndole caricias, le lamia sus senos, le metía mis dedos en su bulba y ella prolongaba la conversación por puro disfrute. Se retorcía de placer. Abrió sus piernas y la penetré con fuerza, dejó escapar un ligero grito que su marido escucho y ella mintió diciéndole que se había dado con algo, seguí follando la fuerte y profundo, ella casi ni podía hablar, hacía lo que podía hasta que no pude más, saqué mi pene, se lo puse en la boca y tragó todo mi semen, con el teléfono al su lado. 

Después de aquello,nos encontrábamos varias veces en semana, algunas venía a mi casa otras en el campo.. 

No nos queríamos, no nos amaba os, solo buscábamos sexo fuerte. 

 

 


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