Estrené el culo de mi amiga Cinthya (2/4)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
9478 visitas

Marcar como relato favorito

Al siguiente día era sábado, solo abrí para entregar el trabajo al cliente, que paso por el temprano, ya como las 10 de la mañana, Salí a buscar una torta a un puesto cercano, mientras estaba ahí, paso Cinthya y empezamos a platicar, Ese día recuerdo muy bien lo que ella vestía, una falda blanca larga de esas que son delgadas algo transparentes, con un chalequito de mezclilla azul, blusa de botones blanca, zapatos de tacón bajo, entonces compre 2 tortas y la invité a comer una a mi local, se hizo un poco del rogar pero aceptó. En ese entonces ya nos teníamos confianza y mientras comíamos, ella me volvió a comentar “usted cree que hoy un señor de una combi me volvió a gritar que rica cola tienes nena“ y continuo “No entiendo porque los hombres les gusta gritar cosas a las mujeres”, me quede callado y le dije “si caray” pues ella sabía que yo le decía los mismos piropos a su cola aunque un poco más ligero, no sé si porque nos conocíamos hacia la diferencia, además de que se los decía solo a ella, entonces ella me preguntó “Alfredo usted es casado”, le contesté que no, sin extenderme mucho del porqué, entonces con la confianza que había le pregunte “¿y tú no extrañas a tu novio?” me respondió “algo, a veces se necesita a alguien” y me pregunto “¿A poco no? Y dirigió su mirada al escritorio, supe de inmediato que me lo estaba diciendo por la revista porno, le dije “si así es”, cambiamos la conversación a cosas sin importancia. Terminamos de comer y me dijo “Gracias Sr. Alfredo” y me preguntó “ya va a cerrar”, le dije “pues sí, ayer me quede tarde, ando algo cansado”, entonces ella me dijo “Pues bueno, ya me voy” en un tono como de no tener muchas ganas de querer irse, se enfilaba a la calle, cuando la vi por atrás sus nalgas moviéndose de un lado para otro, tuve un gran deseo de coger, llevaba como 2 semanas sin liberar mi esperma, así que le dije “ya te vas nena”, me dijo “sí” y prosiguió “pero quiere que le ayude en algo”, en ese instante, mi mente se nubló por el deseo de coger, ya me había lanzado sin importar que pasara, con voz entrecortada, le dije “si me puedes ayudar en algo más”, ella dejó su vitrina en el suelo y me dijo “en que le ayudo, Alfredo”, la vi a su rostro y le dije directamente “oye te gustó la revista”, ella se volvió a poner bien roja y no supo que decir, luego me dijo “solo vi la portada” (mintió en una plática posterior me dijo que si la había hojeado), así que le dije “espérame tantito”, vi quien venía en la calle y bajé la cortina rápido, ella se me quedó viendo algo sorprendida y creo que sospechó que iba a pasar, le dije ven te voy a explicar algo, la dirigí hacia el escritorio como si le fuera a indicar hacer algo, le dije “pon  tus manos sobre el escritorio”, ella lo hizo, me puse atrás de ella y le empecé a decir “eres muy hermosa, me gustas mucho” y empecé a agarrarla de las caderas, ella se sobresaltó un poco y luego volteo tímidamente a verme con sus mejillas rojas, sentir esa cintura con mis manos fue excitante y le dije “te voy a confesar algo, esa revista la compro porque me gustan mucho las colas y tu cola es la más hermosa que he visto”, ella solo escuchaba pero estuvo receptiva y calmada, agarré uno de sus brazos y le dije “nena pon tus brazos recargados en el escritorio”, así quedo empinadita con su culo paradito, le dije “Que hermoso trasero tienes Cinthya”, ella no me respondió nada, le empecé a sobar sus nalgas sobre su falda suavemente y despacio, a estas alturas creo que ella ya sabía que le había llegado el tiempo a su culo. Mientras le agasajaba las nalgas le pregunté que si era virgen y me dijo que no, que con su único novio ya lo había hecho, entonces le dije que si ya le habían bautizado el chiquito, ella inocentemente me pregunto “¿qué es eso?”, le dije “lo mismo que le hicieron a la chica de la revista”, guardó un silencio y luego me dijo “no, pero, me han dicho que duele un buen”, le contesté “no si se hace con cuidado y cariño”, ella se quedó pensando y por fin dijo, “Bueno, pero despacito”, Al sentir la seguridad que iba a pasar, subí el tono de mi lenguaje con el que me dirigía a ella usualmente y le dije “hoy te voy a dejar bien lleno de leche tu culito, así que prepárate”, agarre el vuelo de su falda y la empecé a levantar, descubriendo sus piernas blancas, sus muslos gorditos, hasta que vi sus nalgas cubiertas aun con un calzón de cintura alta, esos que cubren casi las nalgas, enrollé su falda en la cintura y agarré el resorte de su calzón, ella como niña curiosa, solo volteaba a ver que le estaba haciendo, entonces me dijo “ay Alfredo, no sé si sea bueno hacerlo”, a estas alturas ya no iba a parar, estaba muy caliente, le dije “tranquila nena, ahora voy a conocer tu culo, que tanto te chulean en la calle”. Ya no dijo más, sabía que ya no había retorno, así que empecé a bajarle sus calzones poco a poco hasta dejar descubierto ese par de nalgas redondas y paraditas, le bajé sus calzones hasta los tobillos y empecé a masajear esas nalgas desnudas, gordas y paraditas, eran suaves y firmes. Entonces le abrí sus cachetes y pude ver su ano arrugado y le dije, “Cinthya este es el chimuelo, chicloso y mejor conocido como chiquito, el que todos los hombres quieren, ahora te lo voy a rellenar con mi verga”, desabroché mis pantalones, me bajé los calzones y mi verga salió erguida, queriendo ser engullida por el culo de Cinthya. Como ella era quinto del chiquito, para que resbalara, saque una crema de cara que yo utilizaba y se la unté con paciencia, en cada pliegue de su ano y hasta donde me alcanzó el dedo, Cynthia mantenía su posición, tenía apoyado los 2 codos en la mesa y su culo bien paradito para comerse mi verga. Para mayor comodidad, le quité sus calzones y su falda, le abrí su chaleco y desabotoné su blusa, alcé su brasier para dejar libres sus tetas, tenía bien paraditos sus pezones, pero me concentré en su culo. Le acaricié la espalda unos minutos y le puse mi cabeza de la verga en la entrada de su ano, la agarré bien de la cintura para que no se fuera a mover y empecé a metérsela, mi cabeza se hacía hacia arriba cuando trataba de meterla, así que me agarre la verga y la dirigí hacia su ano, empuje con fuerza, me moví en diferentes ángulos, hasta que encontré la dirección correcta y mi verga entró en su ano…


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed