Cuando fui puta profesional 2 (parte 2)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
5500 visitas

Marcar como relato favorito

Cuando fui puta profesional 2

Sucedió en Rio de Janeiro, ya habíamos tenido la experiencia de saber cómo era y que se sentía que mi putiesposa estuviera trabajando en un putero, recibiera dinero por dar las nalgas y fichara.

Eso no significa que dejara de darlas por otros lados, lo que era parte de nuestra diversión regular. Ella es puta de corazón, de ganas por coger. El Baccarat simplemente era un momento de diversión íntima. Cada vez que fuimos nos dejaron muy contentos. Ya sabiendo bien cómo era, varias veces ella fue sola. La encontraba a la salida para regresar juntos al departamento.

La siguiente vez que fue al Baccarat, en algún momento la llamó Miguel, el gerente y le dijo:

Elzita me ha gustado mucho como trabajas, y me gustaría hacerte una propuesta de negocio. Siempre estoy pensando cómo atraer más clientes, hasta ahora estamos bien, pero ya hubo una época en que estuvimos mejor. Inclusive, es probable que hayas asistido alguna vez a nuestros shows de sexo en vivo, eran malos, pero atraían algo.

Después que te vi la otra noche con mi amigo Julián se me ocurrió qué podríamos hacer un show de buena calidad. Verdadero.

Ohhh. ¿y cómo sería? ¿cuál es tu idea?

Se me ocurre que sea a dos, una pareja contigo. y conozco un amigo y cliente que podría aceptar participar, es un negro con una verga gruesa y larga.  Y hacer algo parecido a lo que hiciste con Julián: mamarlo, que te coja bien cogida, por el coño y el culo. de diversas formas en varias posturas, de a perrito de pollito asado, volando. él es muy fuerte y tú eres pequeña, sin duda podría cargarte a la cintura y mantenerte ahí sólo sostenida por la verga.

¿qué te parece la idea?

Interesante dame unos días para pensarla y te doy yo la respuesta. ¿cuáles serían las condiciones para mí?

Serían uno o dos días por semana, creo que viernes y sábado, cuando acostumbra a venir más gente. Tendría que estudiar cuánto puedo pagar a cada uno y que el negocio tenga beneficio. podríamos pensar en una cantidad fija o un porcentaje sobre la venta de bebidas durante el show. o alguna otra forma.

Únicamente le he medio comentado a Pedro, el negro. No sé si va a aceptar.

¿si él no quisiera o pudiera? ¿te interesaría con otro?

Y así quedaron. Elzita más tarde me dijo:

¿Sabes lo que me dijo Miguel?

Ni idea. ¿qué te dijo?

Me hizo una propuesta que quiero hablar contigo. y me contó lo que le dijo el gerente.

Levanté las cejas y me quedé pensando todo el asunto:

Mi amorcito ya era claramente, declaradamente puta.

Ya había cogido varias veces en público en varios lugares.

No le importaba estar encuerada y cogiendo, con quien fuera.

Y mucho menos le importaba como le metieron la verga. lo que le importaba es que se la metieran.

Los subimos pensando unos días y después analizando todo. los comentarios que acabo de hacer estuvieron muy claros para ella, no había ninguna duda. las dudas eran por lo diferente de la situación. era un punto más arriba que ser profesional. sonaba muy interesante y atractivo para nosotros por ser algo nuevo. pero justo por eso lo teníamos que pensar.

casi al mismo tiempo llegamos a una propuesta previa, IE Elzita le dijo a Miguel que antes de cualquier cosa le gustaría conocer al negro y que se la cogiera, para conocer realmente esa tranca.

Sin dudar Miguel combino el encuentro, sería el en el mismo Bacará en honorarios sin clientes a puerta cerrada.

Estuvimos de acuerdo y el negro también así que llegamos ese día para la prueba, muy curiosos del palote que íbamos a conocer, del palote que le iban a meter a mi esposita. Ya veríamos después qué propuesta pudiera haber.

Nos abrió la puerta Miguel, estaba solamente él y dos meseros, que llamó para ayuda de cualquier clase.

Nos sentamos tomando unos tragos, en cuanto llegaba el negro, un poquito atrasado. Elzita iba vestida con su ropa normal de calle, pero de ropa interior llevaba una muy bonita con muchos bordados y muy chiquita, muy sexy y fácil de quitar.

Llegó el negro, vimos que era un individuo de buena apariencia alto fuerte, no muy joven, maduro, con muy buena educación y comportamiento.

Inmediatamente Elsita se le quedó viendo la entrepierna. no pudo evitarlo, haciéndonos reír a todos. a comenzar por el negro.

Después decidimos cómo sería: si entraban directo al sexo, o si hacíamos una especie de streaptease, o si primero se exhibían uno y otro. E fin había muchas posibilidades y decidimos que lo mejor era que ellos simplemente cogieran para conocerse mejor. Más bien para conocerse.

Elzita se paró junto a la especie de cama que Miguel había preparado en el escenario. Y empezó lentamente a quitarse la ropa, no era un espectáculo, pero era con la intención de destacar su cuerpo:

Desabotonó la blusa y la dejo suelta dando vueltas. Lentamente tiró el cinturón a un lado, con el mismo movimiento soltó la falda.  

Después se agachó sobre la cama enseñándonos las nalgas y moviéndolas lascivamente. Se quitó la blusa y lentamente también el sostén.

Camino un poco por un lado y otro viendo fijamente a todos y cada uno de los que estábamos. En algún momento se paró y se quitó los calzones moviendo el culo y pasando la mano cachondamente por la entrepierna.

Poco antes de esta última etapa cuando se acababa de quitar el sostén, el negro ya se había quitado la camisa y bajado al pantalón, aunque estaba a media asta, se podía ver que Miguel no había mentido: el negro tenía una herramienta enorme, larga y gruesa. Un culebrón.

No tardo en subirse al escenario y acercarse despacio a Elzita que, sentada en la orilla, ya muy caliente, le abría y cerraba las piernas enseñándole el chocho.

El negro se paró junto moviendo las caderas y si no ando que él cita le bajará los calzones y le acariciar al haber gota.

¡Así fue! sin dudar y con una mirada muy puta, Elzita le bajó los calzones y empezó a acariciar el animalote que tenía enfrente. Sin perder el ritmo intento comérselo, fue difícil. apenas le cabía algo más que la cabeza. se puso a lamerlo del lado como si fuera una paleta chupándolo de los lados y de la cabeza. intentando metérselo lo más posible. No era mucho. pero si era lo suficiente para que al negro se le pusiera la verga bien dura.

Elzita no aguanto mucho la calentura, se veía que ya estaba chorreando de su muy mojado tamal.

el negro la costó suavemente, y le acomodó el instrumento a la entrada. Elzita lo tomo con una mano y se lo fue metiendo poco a poco, después de unos segundos empezó a mover el culo, al ritmo de la cogida, ya así el negro se dobló para chuparle los las tetas y aumentó el ritmo.

Algo después se volteó y la colocó encima de manera que quien llevaba el ritmo era ella, girando un poco de manera que todos podríamos ver como tenía la vergota metida, bien metida.

El negro se vino, y creo que Elzita también. Pararon unos segundos, él le murmuró algo, que ella acepto. Se paró junto a la mesa Inclinada, ofreciendo las nalgas, el negro sin dudar se la jodió de nuevo, le metía toda la vergota hasta los huevos.

Para cambiar un poquito Elzita se arrodilló en la cama, sin dejar salir la vergota, y se puso de a perrita, haciendo muchos ruidos, de aquellos típicos de una mujer muy caliente cuando está siendo chingada. Eran gritos de hembra cogida y en el sumo del placer.

El negro le decía: ¡sí puta! ¡Sí! ¡así mueve el culo! que quiero meterte mi vergota hasta el fondo ¡Así!, perra cachonda! así te quiero coger, y coger hasta que te vengas llena de mi leche.

Y Elzita le respondía: sí puto, si, ¡sí! ¡quiero que me metas esa vergota! soy tu puta, ¡tu perra! quiero que me cojas más ¡que me hagas más puta de lo que soy! sí ¡pinche negro! ¡cógeme cabrón! ¡coge a tu pinche puta!

Se vinieron y todos nos quedamos quietos, había sido mucha excitación. después de algunos minutos y unos tragos, el negro volvió a acariciar, a manosearla y Elzita, dio muestras inmediatas de que seguía con ganas de más verga.

En un pequeño murmullo mi puta esposa, me pidió que consiguiera un gel. Como ya me lo había imaginado, lo llevaba a la mano, y se lo pase al negro, que entendió de inmediato la intención. Después me comentó que desde que la vio le tuvo ganas a su culo. No muy grande, pero sí muy paradito y redondito

Sin hablar mucho con sólo una pequeña presión de las manos el negro la puso a la orilla de la cama tomando los tobillos en cada mano para abrirle las piernas al máximo. Le puso un poco de gel en el culo y en su vergota.

y sin compasión le colocó la punta de la cabezota en el culo, y se la fue metiendo poco a poco sin compasión, metía y sacaba un poco, hasta que Elzita tenía todo aquel palote metido por el culo hasta que los huevos le tocaban las nalgas.

Urraba, urraba con cada metida:

¡Mete más cabrón! ¡mete más! quiero tener toda esa vergota metida por mi puto culo ¡así cabrón! ¡haz que esta puta sea más puta… cógeme pinche negro…! ¡rómpeme el culo!

Finalmente, el pinche negro le inyectó su leche a mi putita, se movió más un poco y sacó la verga enseñando el culo chorreando atole…

¡Todos respiramos! Sí, eso era lo que quería el gerente. Ahora sólo faltarían detalles.

Saliendo Elzita difícilmente podía caminar bien. Estaba feliz, por mucho tiempo había soñado que le metieran una tranca como esa. Y siendo un show era más emocionante.

Sí, si Miguel se ponía de acuerdo en los detalles, ella quería seguir cogiendo con ese negro. Más bien que el negro le siguiera metiendo la vergota.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed