Me sabes a café... (6)

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Sus besos, mi mirada , esa miel compartida, ha hecho de la mañana un oasis de sensaciones al que nos deja con sed de más, un espejismo que nos sacia momentáneamente, sin dejar que nos saciemos del todo, queriendo más... nuestro encuentro no nos hace preguntarnos nada más, solo disfrutarnos , es ahora lo que nos preocupa, la atracción es más que evidente, libres pero al mismo tiempo necesitándonos...mi gato reclama comida, es hora de hacer el desayuno salgo de sus brazos mimosa hasta la cocina, solo unas braguitas y mi camiseta de tirantes preferida ya viejísima pero muy cómoda me acompañan hasta la nevera en busca de algo para reponer fuerzas, él  se queda relajado en la cama, mi música favorita y mi gato restregándose por mis tobillos me provocan las ganas de bailar, está mañana me siento radiante, mi pelo alborotado sigue el compás de mis pies mientras unto mantequilla a unas deliciosas tostadas bailo al mismo tiempo que canturreo cuchillo al aire, lo chupo mientras coloco el café en el fuego, todavía sigue en la cama? Me pregunto mientras no dejo de bailar airosa por la cocina.


Tras estirarme y desperezarme un poco en la cama me levanto y me lavo la cara.
Oigo música a lo lejos y busco su procedencia, hasta que la oigo salir de la cocina. Al ir a entrar la veo bailando y me apoyo en el marco de la puerta contemplándola. Veo como contonea ese delicioso cuerpo que tanto me gusta. Y la veo tan sexy con sus braguitas y esa camiseta, insinuante con cada movimiento de sus caderas. Amo como se mueven las nalgas de ese precioso culito.

Me quedo así en silencio unos minutos disfrutando de su baile sin que ella se dé cuenta. Viendo como chupa el cuchillo de una forma lasciva que junto con la visión de su culito hace que me acerque sigilosamente hasta atraparla por detrás en un fuerte abrazo, quedando aprisionada por mi cuerpo contra la encimera de mármol.

-Me encantas nena.  Verte bailar así me ha encantado. - le digo mientras mis manos acarician su cintura rodeando su cadera.

Beso su cuello, su clavícula, dejo caer los tirantes de su camiseta y abarco desde atrás sus pechos. Los amaso sin dejar de besar ese delicioso cuello. Deja recostar su cabeza en mi hombro entregándose a sentir mis caricias.

Mientras una de mis manos la acaricia sobre sus braguitas. Presiono. Y gime estirando su brazo hasta acariciar mi nuca.

-Dime que prefieres primero, café y tostadas o volver a sentir placer en tu cuerpo......-le susurro.

Sus manos son muy tentadoras, pero no ..  es hora de desayunar, niego con mi cabeza de un lado a o otro sus ganas de darme placer y aprovecho mi brazo en su nuca para voltearme, froto mi nariz en su barbilla y le confirmo que es hora de untar la mantequilla, el café empieza a salir...

-mmm que hambre.. no crees?? 

Le digo mientras estiro mi cuerpo para alcanzar la mantequilla, llego a ella con la punta de mis yemas y agarro una cantidad considerada, mientras su ceja arqueada me mira sorprendida y él allí inmóvil observando como introduzco mis dedos lamiendo la mantequilla, su ceja se relaja y sus ojos ahora solo prestan atención a mi boca que sonríe traviesa, mis ojos se encienden, su polla se alegra

-también quiere desayunar, cielo?

Le pregunto mientras meto mis dedos en su boca, no puede contestar, no hace falta al final no necesito su permiso, y con mi otra mano apoyada en su pecho le hago retroceder hasta apoyar su culo en la mesa de la cocina, lame mis dedos con gusto, mi boca empieza a untar mantequilla a lo largo y ancho de su polla...

-pensaste que te quedarías sin desayunar? 

- Jodida mujer!! ¿Pensabas dejarme con las ganas? -gruñe divertido

Sus ojos arden en malicia, esa que me gusta, sujeta con su mano mi barbilla presionando mi cuello y me da mi merecido, me gusta cómo me mira ahora y le rindo mi boca para que haga con ella lo que quiera, mi garganta se abre a cada embestida y su ceño fruncido, sus muslos tensos y ese culo sujeto por mis manos duro como una piedra me llevan al máximo del placer, me levanta y me recuesta sobre la mesa, aprovecha la mantequilla que queda en su boca para lubricarme y ahora me clava contra la mesa, sin miramientos, grito!! Y me sujeta con la palma de su mano en mi baja espalda no va a dejar que me mueva, recoge mi camiseta por encima de mi cuello y mis pechos caen sobre la mesa, tirando de mi camiseta entra una y otra vez con todas sus fuerzas, el café comienza a silbar acelerado, como se acelera mi orgasmo que empieza a desbordarme, mis gemidos consiguen acallar esa maldita cafetera...


-dios!!! Castígame así, soy mala malísima...


Y explota en un tremendo orgasmo, ceño fruncido, dientes apretados...


Sus ojos ahora piden caricias, se volvió loco y he de calmar su acelerada respiración le beso y acaricio la nuca confirmándole que volveré a ser mala...


-Lo quieres con leche?  Le susurro dulce en su oído 

Sentir su boca en mi polla, follarla así de forma profunda casi ahogándole y luego darle la vuelta para follar con ese ímpetu, con esa intensidad ha sido una gozada. Lo he disfrutado de una forma brutal. Con unas ganas locas. Me encanta sentirlo apretadito en mi glande cuando entro en el. A lo largo de mi polla en cada movimiento de mis caderas. Es una delicia. Y darle esos azotes viendo como enrojecen sus nalgas. Oírle jadear con mis embestidas cada vez más duras y profundas me excita muchísimo 

Escuchar que me pida más y más hace que me acelere clavándome dentro, agarrando su camiseta, agarrando luego sus pechos, esos pechos que me encantan, coronados por sus pezones duros y erectos. Todo ha sido excitante y placentero. 

Y sus besos, caricias y susurros finales diciéndome que volverá a ser mala aplacan mi pulso aceptando su invitación a devorar esas tostadas y saborear el delicioso y humeante café. 
 Las miradas una a cada lado de la mesa, dicen más que nuestras propias bocas podrían decir, ahora inmersas en la recompensa en forma de café y tostadas merecidas y ansiadas después de tanto desgaste.
Sólo sonreímos mientras disfrutamos de nuestro desayuno, aprovechando los escasos minutos que nos quedan, disfrutándonos en ese silencio que llena la cocina.

-Mami papi, ha estado genial!!la abuela me llevo al parque de atracciones, ¿y sabéis que?, la próxima semana me llevará al safari.
-Ah, ¿sí cielo?
-¡Sii! ¿sabes? hay unos moninos super graciosos, ¡son tan monos!

Ahí , en ese  mismo instante supe que me veía, como siempre me miro.


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