SEXO POR CURRO (2/2)

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Inicio la marcha del coche automático sin soltarme el pezón, me subí la falda y empecé a acariciarme el pubis sin mirarle. Ve que no pongo demasiado entusiasmo al acariciarme y serio me dije que me deje de ñoñerías y me masturbe de verdad. Me enfadé conmigo misma preguntándome porque habría aceptado el trabajo y me respondí de inmediato, por dinero sabiendo dónde me metía.

Me estiré la piel de encima del clítoris para tensarla con una mano y me lo froté con la otra. Él seguía acariciándome el pezón y de vez en cuando me lo apretaba, cada vez con más fuerza. Me pasé el dedo por la raja para humedecerlo y me lo froto por la parte de arriba para que resbale. Sin dejar de conducir me soltó el pezón y girando un poco el cuerpo me puso la mano en el sexo.

Tenía unas manos proporcionadas con su estatura y cuando me metió un dedo pensé que me habían follado pollas más pequeñas. Me metió un más y sentí como la carne se me estiraba y cuando empezó a follarme supe que no iba a tardar en correrme. Intenté que fuera un orgasmo lento y discreto para no mostrar demasiado entusiasmo. Fue imposible.

Cuando notó que me estaba corriendo curvó los dos dedos sobre el sitio adecuado y los agitó salvajemente. Me retorcí en el asiento al correrme y me vi obligada a retirarle la mano cuando no aguantaba más. Se llevó los dedos a la boca y se los chupó mirándome a la cara.

Para el motor una vez estacionado en su plaza de garaje y se echó el asiento para atrás todo lo posible, se bajó la bragueta y se sacó el pene, sabía lo que quería. Me incliné sobre su sexo y me ofreció un pañuelo de papel, al menos no pretendía que me tragara su corrida.

La tenía morcillona y casi no me cabía en la boca, solo conseguí meterme el capullo y poco más. Le masturbé mientras se la chupaba y no tardó en correrse. Me retiré y escupí el semen en el pañuelo. Se metió la polla en los pantalones y salimos del coche. Al entrar en las oficinas me devolvió las bragas y sin mediar palabra cada uno se dirigió directamente a su despacho.

Cuando estuve a solas en mi despacho recapacité sobre lo ocurrido y me sentí como una puta, sin embargo, tuve que reconocer que las comidas no habían estado mal, ninguna de las dos. Se me ocurrió pensar que debía ser la leche ser follada por el pedazo de polla que tenía el abuelo y si además sabía manejarla tenía que ser increíble.

Dos días después me llamó el otro López y me dijo que la traducción de un texto del alemán al español estaba un poco floja y no se entendía muy bien el sentido de algunas frases. Fui a su despacho para comentarlo y cuando entré estaba sentado en su mesa y me invitó a sentarme en las butacas de cortesía. Me lee un párrafo y lleva razón, no tiene mucho sentido. Me entran serias dudas de haberlo escrito yo y le podo que me permita leerlo.

Di la vuelta a la mesa y me apoyé con los codos encima para ver bien la pantalla y le pedí que pasase al párrafo sincronizado en alemán. Leí el original y sin dejar de mirar a la pantalla le dije que alguien había tocado la traducción porque yo había traducido lo que estaba escrito.

No había acabado de decírselo cuando notó una mano recorriéndome los muslos de forma ascendente. Cuando llegan al culo me mete los dedos por dentro de las bragas y me acaricia el coño. No dije ni hice nada y me quedé parada donde estaba. Con el movimiento de la mano hacia los lados me indicó que abriera las piernas y obedecí.

Ya con más libertad de movimientos me acarició la parte superior consiguiendo que me mojara al momento. Me palpó la entrada de la vagina para comprobar que estaba preparada y me metió dos dedos directamente. Joder tenía las manos tan grandes como las de su hermano y me llenó por completo.

Acercó el sillón de ruedas a mi espalda y me hizo sentarme encima de él al tiempo que me subía la falda hasta la cintura. Al sentarme noté que tenía la polla fuera y se pegó a mi piel. Sin sacarme los dedos del sexo me acarició el clítoris con la otra mano y me sentí en el cielo.

Siguió tocándome hasta que me corrí mordiéndome los labios para no gritar. Me incorporó un poco hacia delante y me retiró las bragas a un lado. Lo siguiente que noté fue su polla entrando dentro de mí, estaba empalmado de verdad. Tiene una polla tremenda, nunca me habían llenado tanto el sexo al penetrarme.

Me balanceé hacia delante y hacia atrás hasta que conseguí excitarme de nuevo y empecé a follármele yo a él. Llevó las manos a mis pechos y jugó con ellos hasta que el juego se convirtió en pura excitación y empezó a pellizcarme los pezones. Cuando iba a correrse, antes de inundarme de semen, me los retorció con fuerza e hizo que me corriera con él.

Me incorporé y me ofreció unos pañuelos de papel para limpiarme. Me los puse a modo de compresa y salí de su despacho en dirección al baño. Desde la puerta y antes de salir me giré y mirándole a la cara le dije que, por favor, corrigiera el fichero y lo dejara como yo lo había traducido. Me lanzó una sonrisa de satisfacción y me dijo que me fuera.

En las semanas siguientes no recibí más atenciones de ninguno de los dos hermanos. Cuando miré el saldo de mi cuenta a final de mes en el banco, vi que había dos ingresos del mismo pagador, uno por el concepto de nómina y otro de mayor cuantía por “extras”. En ese momento pensé que era una pena que no tuvieran necesidades con más frecuencia.


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