Visita inesperada

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Era un viernes normal, llegaba del trabajo, como cada fin de semana, mi pareja llegaba a casa, esa tarde tenía todo para recibirlo como siempre.
Se acercaba la hora y preparé la ducha para estar fresca y con los aromas que a él le encantaban, dejé sin seguro la puerta, imaginé que sería delicioso que entrará a casa y me alcanzará para darnos un baño juntos.
Tal como lo pensé, sonó el timbre y solo grité "pasa, te estoy esperando", escuché claramente que abrió la puerta y la cerró con seguro, eso me puso más hot, a continuación le lance estas palabras "ayúdame a enjabonarme", escuché los pasos, mi corazón se acelera, me dispongo a aplicar los aceites de baño correspondientes, y le exclamo: "ven, hazme tuya, te he extrañado".

Dándole la espalda, dejando que el agua recorra mi cuerpo, siento sus manos en mis caderas y una de inmediato busca mi sexo, cuando volteo para invitarlo a pasar a la regadera, gran sorpresa, era un amigo que  había olvidado pasaría a revisar unos documentos conmigo, fue un momento muy raro, confuso y por pocos segundos algo incómodo, sin embargo, nuestro instinto estaba ya activado y dejamos que la situación continuara, claro, tenía el factor que mi pareja estaba por llegar, esa adrenalina fue sensacional, tener el tiempo en contra y lo prohibido que me resultaba el hacerlo con un amigo.
Toma la toalla, me envuelve y me invita a salir de la ducha, nos dirigimos a la sala para estar más alerta de quien estaba próximo a llegar, fue todo un placer disfrutar, primero me despoja la toalla, me recuesta en el sofá, y se dirige hacia mí pelvis, besándome durante el recorrido hacia ella, respirando sobre mi piel, una sensación muy excitante, de inmediato empiezo a lubricar, recibí un oral maravilloso, después introduce sus dedos, jugando con mi clítoris, besando mis muslos, apretando con su pecho mis nalgas, logra hacerme terminar, los gemidos fueron totalmente llenos de placer, se desnuda completamente, me levanta dándome un beso tan rico, su erección fue tan firme que se me antojaba ser penetrada de inmediato, se sienta y me lleva hacia su miembro, era necesario devolver el detalle y a continuación me veo lamiendo sus testículos y el pene completo, empiezo a darle oral hasta casi lograr su eyaculación, dejo de mamarle y utilizo mis manos para poder recibir su semen en mis pechos.
Verle esa cara de placer fue tan gratificante. 

Acto seguido suena el teléfono, mi pareja llama para informar que está próximo a llegar.

Mi amigo se viste y se retira, al salir solo comenta: "tengo pendiente un asunto" (o más que eso), solo sonreí y le di un beso tierno, mi respuesta fue: "aquí te espero cuando quieras". 

Cierro la puerta y me dirijo a la regadera, ahora si era necesario tomar ese baño, llega mi pareja y al escucharme en la ducha, sin invitación se mete conmigo, dispuesto a tomar una ducha y hacer mi cuerpo suyo como siempre, me tocaba una segunda ronda de sexo y placer, a la cual accedí, además teníamos una semana de no vernos, necesitábamos demostrar que nos extrañábamos sexualmente, cogimos una y otra vez, yo no pude evitar recordar y pensar en mi amigo en un par de ocasiones mientras era penetrada por ese otro miembro que me hacía sentir mujer dichosa y plena en su sexualidad, fue increíble esa noche, jamás siquiera había pensado que algo así fuese capaz de hacer, pero con honestidad les digo, fue sensacional.

Esa visita se dio un par de ocasiones más y provocaron que las noches de doble ronda de sexo fueran tan placenteras.


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